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domingo, 11 de diciembre de 2022

Última noche

 


 

    En la Calle solitaria

de la pequeña ciudad,

el invierno que transcurre.

    Noche de lunes en un rincón

que despierta los deseos

durmientes bajo un cartón.

 

    Caminando al hospital

se dirigen pies descalzos,

barba blanca, uñas negras,

ropa cubierta de mugre

envuelta en la densa niebla.

    Tras esperar en la sala

habrán de lavarlo entero

antes de hacerle las pruebas.

 

    Con camisón perfumado

descansa en el aposento.

    Se han esmerado en el trato,

le han recortado las barbas,

acicalado su cuerpo

con jabón y agua abundante,

para después darle crema

antes de tirar los guantes.

 

     Mientras espera al doctor

que no ha de llegar a tiempo

el cometido, cumplido.

      Morir en cama decente

limpio de olores ajenos.

     No presentarse ante Dios

como un simple pordiosero.

 

 


6 comentarios:

  1. "¡Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios!" Los pordioseros son de Dios. Abrazos querido amigo Carlos. America Santiago.

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    1. Cuando el único deseo que le queda en sus manos es llegar limpio a otro barrio.

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