Pérfida alma
negra
de alas rojizas
y ojos de añil.
Indesmayable media
que hace esbelta
tu pierna de mujer.
Carnoso labio
brillante
empapado de
deseo
por el pico de
la lengua.
No, no me
hagas
volver la mirada
hacía tus
senos,
o sucumbiré
perdido
en la
irracionalidad
de mi lujuria,
un ocaso
insensato
que me hará
tuyo
por siempre.
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