Y te regalé una
rosa.
La dejaste
abandonada
sin paladear su olor.
Ni una vez la
contemplaste.
Una mirada
siquiera,
donde sola marchitaba
al rincón le dedicaste.
Y yo que visto de harapos
y ná tengo que perder,
a tu puerta solicito
que me devuelvas la flor
que seca yace en el suelo.
Pá tener a
quién querer.
Me encantó tu poesía La Rosa. Hay ternura en tus versos tristes, infinitos y eternos. Precioso Carlos. Un beso de tu amiga America Santiago.
ResponderEliminarGracias por tus visitas y opiniones, siempre llenas de alago inmerecido..
ResponderEliminarmuacksssss.
Un placer leerle y aprenderle Maestro en lamento sevillano.
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