Dónde quedó aquel espejito, encontrado en
la calle, perdido por alguna señora, de las pocas que entonces usaban aquella
almohadilla de polvos marrones.
Estupendo juguete jamás soñado, con el que proyectar un haz de luz a
diversos sitios, reflejo de un rayo de sol de media tarde.
Tras la persiana del balcón, creyéndome
pasajero de aquel circulo luminoso que escalaba por la pared de enfrente, de
balcón en balcón, intentando parar el temblor del pulso en algún tiesto con
flores de geranio.
Paseando por el borde de la acera
manteniendo el equilibrio y tapándolo, cada vez que alguien se aproximaba, para
que nadie pudiese descubrir mi secreto, mi juguete, mi tesoro.
La inocencia de aquellos años en
los que la realidad no existía; todo lo
que estuviese fuera de lo considerado normal, debía de ser malo y cualquier
objeto encontrado, primero tenía que pasar por manos de los progenitores y lo
normal, era no volverlo a ver.
Pero aquella polvera de dos tapas, era solo mía y conmigo iba a todos
sitios; En la orilla del río, con ella,
podía meterme en el agua y acariciar a los renacuajos que entonces habitaban en
aquella poza de debajo del puente.
Gateaba por las ramas de los arboles en busca de algún nido inalcanzable
y me perdía en el aire dirección a alguna nube que surcaba el cielo de mi
pequeña ciudad.
Qué cosas, algo tan pequeño, insignificante tontería que recuerdo como
si fuera ayer.
Seguro, sí, estoy seguro que de
niño tendría otros juguetes, seguro más grandes, más bonitos, más caros, más
duraderos en el tiempo; juguetes que seguro, servirían para jugar con otros de
mi edad pero no los recuerdo, ósea, que no debieron tener demasiada importancia
para mí.
O
tal vez este fuera el único mío, propio e intransferible por su condición, tal
vez por el olor a perfume de mujer, por ser brillante por dentro y por fuera o
simplemente por ser un secreto.
Intento recordar en qué momento se apartó de mi lado, donde lo perdí o cuando quedó olvidado.
No importa…
Aún hoy está en mi recuerdo, aún en la distancia,
forma parte de mi pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario