El tiempo pasa
deprisa,
mucho queda en
el olvido,
pero el tiempo,
no regresa,
para cambiar
lo vivido.
Manos juntas
en un parque.
Un banco, una
fuente.
Con mirada de
gorrión,
primer beso en
la mejilla,
que embriaga
la despedida
en el gesto
del adiós.
La noche,
sueña sus labios,
callados,
cerrados.
El alba su
corazón.
Primavera que
detiene, sumisa.
Dormido, el
perfume de una flor.
Al pasar los
días,
las manos se
aprietan,
en aquel
rincón.
Se rozan sus
labios,
se cierran los
ojos
de pura
emoción.
Cuerpos que
levitan,
despliegan sus
alas
en su
conclusión.
Meguillas
rosadas,
gestos de
vergüenza,
con satisfacción.
Acaba el
tiempo de verano,
los días, las
noches,
paseos de
ilusión.
En la
distancia está el olvido,
se pierde en
la niebla,
lo que
entonces, sucedió.
Sus pasos ya,
no se cruzaron,
caminos
distantes,
ni ellos,
pusieron intención.
Solos,
buscaron otros labios,
carnosos, sedientos,
de agua, de la sinrazón.
En la vida, todo pasa.
Al oír silbar
el viento,
te canta,
canciones mudas,
de eso hace ya,
tanto tiempo.
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