Quién te iba a decir a ti
que ibas a
acabar así;
Delgaducho, desgarbado,
media barba ya
canosa,
escribiendo poesía
cuando no se
hace otra cosa.
Dando vida a personajes
a los que
nadie conoce
pero que se
hacen querer.
Por quien se adentra en mi blog
o en mis
libros gasta un euro
para mis textos
leer.
Tantos años trascurridos
por los
caminos del mundo
que no me
parezco en nada
a aquel
rubiales de antaño.
La vida sigue sus pasos.
La verdad que
no te extraño.
Tú eras el amanecer,
yo me pinto como ocaso.
Tú eras capullo naciendo,
yo ese pétalo
marchito
esperando un
verso fluya.
Contigo empezó mi vida
Conmigo, acaba la tuya.
Carlos Torrijos
C.a.r.l. (España)
¡Qué bonito y qué tierno! Mmm
ResponderEliminarHasta tenía cara de bueno
EliminarEl tiempo lleva sus velas desplegadas, para llevarnos al único puerto que nos espera al final de la travesía. Por si acaso, hay que tener preparado el epitafio.
ResponderEliminarLo hice ya hace tiempo.
Eliminarja, ja,
Cuánto tiempo de aquellas carreteras, de aquel Paquito el Chocolatero, de las luces en las plazas, de risas, música y charlas. Cuánto lo echo de menos maese, qué buenos tiempos aquellos cuando uno era feliz y ni siquiera lo sabía. Gracias por tanto.
ResponderEliminarLos caminos de la vida no son como uno pensaba. No son como uno creia. Me miro en un espejo roto y y me siento como el mismo espejo. Pero la fuerza de la vida hace que siga. Tú tocayo das más de lo que esperas. Y sigues adelante. La fuerza de la palabra y música son un Don que se te ha dado. Gracias por compartir. Así te vemos los que te apreciamos. Un abrazo en la distancia. Tocayo
ResponderEliminarMis respetos J. Carlos
EliminarEres impresionante
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