Todo se reconvierte esperando el momento.
Los siete hogares restantes del edificio están vacios debido a las
ansiadas vacaciones. La puerta del
portal cerrada a cal y canto. Las
solitarias escaleras, concentran un fresco inusual en esas fechas.
Ella. Solo ella, reina de la soledad, es capaz de
sentir con agrado esa circunstancia. Por
fin el silencio, deja oír el eco de la propia ausencia.
El piso casi vacío, sin apenas muebles. Las persianas bajadas para evitar
la mínima luz. Ventanas de grandes hojas equipadas con doble
cristal y burletes de goma que provocan un hermetismo, para que ningún sonido
exterior turbe su deleite.
En la mesita de noche, el vaso lleno de té frio junto a un reloj de
fluorescentes manillas. Una cama,
vestida tan solo con sábana de algodón sobre el cochón, espera paciente a que un
ser, cuerpo en completa desnudez física y anímica, deje caer sus huesos exentos
de carne para elevar su mente famélica de sueños.
Las agujas
marcan las dos. Morfeo despistado,
parece haberse cogido también vacaciones. Un trago de té para enjugar la seca garganta.
Vuelve a cerrar sus ojos, pero los sueños no están dispuestos a visitarla esta
noche.
Un efecto luminiscente, parece
intentar penetrar a través de sus parpados. Abre sus ojos de nuevo, pero tan solo le
espera la absoluta oscuridad. Dilata sus
pupilas al máximo, blancos puntitos, aparecen en suspensión alrededor suyo.
Deseos incontrolables de una mente en
rebeldía contra lo divino y lo terrenal.
..— Gracias por acompañarme.
.- Fíjate, resulta que estáis ahí. Ja, ja, imagínate que fueseis reales.
.- Lo que hace el aburrimiento
.-
Nunca creí en el más allá y hace tiempo que me decepcionó el acá.
.-
En parte. A veces me gustaría
.- Sois un simple producto de mi
imaginación
.- Si fuerais de verdad
.- Voy a intentar dormir
.- Si viese que os movíais
espontáneamente
.- Cómo entender vuestro mensaje
.- Un dibujo, una recta, una curva
.- No sois nada, pero… me gustaría tanto
poder creer que sois algo
.- Señor, ¿porqué no puedo creer? ¿Por
qué, te llamo señor?
.- Tal vez, solo sea una expresión
cultural
.- Me imagino que la gente que cree en
ti…
.- Y la que no… No tendrías que hacer
diferencias entre ellos
.- sin embargo. Da igual
.- pufs, vaya horas de pensar bobadas
.- ¿Qué hora será?
.- Las dos y diez. Que despacio pasa el tiempo
.- A ver, hoy me pillas dispuesta
.- Yo quiero creer, pero…
.- Una señal, un algo, no sé
.- Estoy tonta, hablando yo sola
.- Que más da, no me apetece mover ni un
musculo
.- Y si me levanto y me fumo un
cigarro??
.- Que mierda, si al menos hubiese algún
ruido
.- Con las ganas que tenia de que se
fueran de veraneo estos insoportables personajes de una puñetera vez
.- También jode, que justo hoy eche de
menos los llantos del crío del segundo
.- Y tú qué ¿no dices nada?
.- Nada, aquí no hay ni Dios
.- Me tenéis harta, los unos y los otros
Se levanta de la cama, malhumorada. Tira con fuerza de la cinta de la persiana, hasta
que llega hacer tope en la parte superior.
Abre las dos hojas y sin
pensarlo más, a tientas por el pasillo, sin encender la luz, se dirige al salón
a por el paquete de tabaco y el encendedor.
Con el pitillo encendido, aspirando con fuerza apoya sus antebrazos en
el mármol, observa perpleja todas las
luces que iluminan la ciudad y se espanta del bullicio, murmullo que aún
persiste en la terraza del bar, donde su clientela suele aguantar hasta altas horas.
Dirige
su mirada hacia arriba, el cielo está raso, junto a la luna en creciente, chisporrotean
cientos y cientos, miles pequeños puntos de luz.
Una profunda y última calada, arroja
con desprecio la colilla hacia la terraza y se vuelve a la cama.
.-
Me cago en “tó” lo que se menea. Qué asco de vida.
Imagen de la red
Fumando espero al hombre que más quiero y mientras fumo....
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