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domingo, 21 de agosto de 2016

Monólogo





        Todo se reconvierte esperando el momento.
     Los siete hogares restantes del edificio están vacios debido a las ansiadas vacaciones.   La puerta del portal cerrada a cal y canto.  Las solitarias escaleras, concentran un fresco inusual en esas fechas.
        Ella.   Solo ella, reina de la soledad, es capaz de sentir con agrado esa circunstancia.  Por fin el silencio, deja oír el eco de la propia ausencia.
    
      El piso casi vacío, sin apenas muebles. Las persianas bajadas para evitar la mínima luz.      Ventanas de grandes hojas equipadas con doble cristal y burletes de goma que provocan un hermetismo, para que ningún sonido exterior turbe su deleite.
    En la mesita de noche, el vaso lleno de té frio junto a un reloj de fluorescentes manillas.  Una cama, vestida tan solo con sábana de algodón sobre el cochón, espera paciente a que un ser, cuerpo en completa desnudez física y anímica, deje caer sus huesos exentos de carne para elevar su mente famélica de sueños.
  
     Las agujas marcan las dos.  Morfeo despistado, parece haberse cogido también vacaciones.  Un trago de té para enjugar la seca garganta. Vuelve a cerrar sus ojos, pero los sueños no están dispuestos a visitarla esta noche. 

   Un efecto luminiscente,  parece intentar penetrar a través de sus parpados.   Abre sus ojos de nuevo, pero tan solo le espera la absoluta oscuridad.  Dilata sus pupilas al máximo, blancos puntitos, aparecen en suspensión alrededor suyo. 
Deseos incontrolables de una mente en rebeldía contra lo divino y lo terrenal.

..— Gracias por acompañarme.
.-  Fíjate, resulta que estáis ahí. Ja, ja,  imagínate que fueseis reales.
.- Lo que hace el aburrimiento
.-  Nunca creí en el más allá y hace tiempo que me decepcionó el acá.
.-  En parte. A veces me gustaría
.- Sois un simple producto de mi imaginación
.- Si fuerais de verdad
.- Voy a intentar dormir
.- Si viese que os movíais espontáneamente
.- Cómo entender vuestro mensaje
.- Un dibujo, una recta, una curva
.- No sois nada, pero… me gustaría tanto poder creer que sois algo
.- Señor, ¿porqué no puedo creer? ¿Por qué, te llamo señor?
.- Tal vez, solo sea una expresión cultural
.- Me imagino que la gente que cree en ti…
.- Y la que no… No tendrías que hacer diferencias entre ellos
.- sin embargo. Da igual
.- pufs, vaya horas de pensar bobadas
.- ¿Qué hora será?
.- Las dos y diez.  Que despacio pasa el tiempo
.- A ver, hoy me pillas dispuesta
.- Yo quiero creer, pero…
.- Una señal, un algo, no sé
.- Estoy tonta, hablando yo sola
.- Que más da, no me apetece mover ni un musculo
.- Y si me levanto y me fumo un cigarro??
.- Que mierda, si al menos hubiese algún ruido
.- Con las ganas que tenia de que se fueran de veraneo estos insoportables personajes de una puñetera vez
.- También jode, que justo hoy eche de menos los llantos del crío del segundo
.- Y tú qué ¿no dices nada?
.- Nada, aquí no hay ni Dios
.- Me tenéis harta, los unos y los otros


   Se levanta de la cama, malhumorada.  Tira con fuerza de la cinta de la persiana, hasta que llega hacer tope en la parte superior.     Abre las dos hojas y sin pensarlo más, a tientas por el pasillo, sin encender la luz, se dirige al salón a por el paquete de tabaco y el encendedor.
    Con el pitillo encendido, aspirando con fuerza apoya sus antebrazos en el mármol, observa  perpleja todas las luces que iluminan la ciudad y se espanta del bullicio, murmullo que aún persiste en la terraza  del bar, donde  su clientela suele aguantar hasta altas horas.
     Dirige su mirada hacia arriba, el cielo está raso, junto a la luna en creciente, chisporrotean cientos y cientos, miles pequeños puntos de luz.
     Una profunda y última calada,  arroja con desprecio la colilla hacia la terraza y se vuelve a la cama.
.-  Me cago en “tó” lo que se menea. Qué asco de vida.



Imagen de la red



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