Manjar de manos de nácar
que mi espalda acariciaba.
Esbeltas piernas de cera
que en mis versos
caminaban.
Cabellos color dorado
rayos de sol
reflejaban.
Labios de rojo pasión
que a mi oído susurraban.
Mirada que daba luz
a mis pupilas
cansadas.
Senos repletos de miel
que a mi alma
alimentaba.
Vientre que albergaba formas
de las promesas robadas.
Me hiciste surcar los cielos
para acudir a tu
almohada.
Y te fuiste como el viento
sin llegar la
madrugada.
Hoy es noche de difuntos
la noche más
esperada.
Sé que no vendrás a verme
para ti nunca fui
nada.
Aquel día que te fuiste
dejaste de ser mi
amada.
Nunca esperé tu regreso
y nunca fuiste olvidada.
Gracias por decirme adiós,
gracias por todo… y
por nada.
Preciosura de poema!!!! Enhorabuena, poeta!!
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