Transcurre la
noche
con pálido
rostro.
Inexorable camino
hacia el
abismo incierto.
Pompas de
jabón
con pupilas
nubladas
por nebulosas
doradas
que a otros
tiempos pertenecen,
residententes
en la estrella
de afiladas
puntas
y opaco
caminar.
Recio diafragma
cosido a
dentelladas.
Semicircular
horizonte.
Negro lodazal.
Lápida de
uñas pintadas
y zapatos
de tacón.
Pestañas postizas
en parpados
desprendidos.
Paredes grises.
Junto a
sucio cenicero
el aliento nicótico.
Dedos y
dientes amarillentos
para consolar
la soledad.
Las arrugas
marcadas
junto al
carmín de los labios,
en los últimos
segundos
de la diosa
destronada.
Antes de
que el sol despunte
se ve a la
luna llorar.
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