Al caer la tarde, la luz del día deja de entrar
por las ventanas. Como siempre la penumbra abraza a los residentes con la cara
iluminada por el tubo de rayos catódicos hasta la hora de la cena.
Los
fluorescentes se encienden parpadeando, como señal de que todos se deben de aproximar
a las mesas y una vez sentados ponerse el babero. (Prenda imprescindible según
la cocinera, para así evitar disgustos). Una
cuidadora, apaga el viejo televisor, única forma de que los más rezagados se levanten
de sus asientos (ya se están sirviendo las bandejas).
Rafael
mira la cena con cara de asco. Otra
vez ese pescado que no sabe a nada. Sabe
que hasta que no lo termine no podrá volver a su sillón, así que mejor empezar
y terminar con ese calvario lo antes posible.
Hoy le ha tocado el yogur de
sabor galleta, al menos se levantará de la mesa con un buen sabor de boca.
El aburrimiento le hace
cerrar un poco los ojos frente al plato.
Un
escalofrío le recorre la espalda. Se ha quedado dormido con la barbilla pegada a
su pecho. De nuevo el escalofrío se
repite con más intensidad.
.- déjame en paz estoy muy a gusto
Andrea se ríe y vuelve a soplarle en la nuca,
esta vez más prolongadamente.
.-
Vamos dormilón, ¿sabes qué hora es?
Rafael abre los ojos, incorpora la cabeza y
clava la mirada en la mesa ya vacía.
Ni se ha
percatado que Andrea está detrás de él. Al momento aparta su vista de ningún sitio. Esa voz, esa voz no es la de Bella. ¿Pero quién es? Vuelve la cara y allí está su
ángel preferido.
.- hola preciosa. ¿Ya es tarde verdad?
.-
un poco sí
.- me he quedado dormido
.-
un poco, pero para eso estamos aquí, para cuidar vuestros horarios
.- voy para arriba, que seguro que Bella ya
está rezongando porque no llego
Andrea lo mira sonriendo, viendo esa felicidad en sus ojos cada vez que
la nombra.
Sube
las escaleras, recorre el pasillo y abre la puerta de la habitación.
Antes de
dar la luz pregunta:
.- ¿estás dormida?
.- me quedé dormido en la silla. Me desnudo rápido y me acuesto
.- mira que todas las noches la misma canción
con los puños de la camisa
Se acaba de meter en la cama y alguien llama
a la puerta
.-
¿se puede? Soy yo
.- pasa, pasa
.-
buenas noches Bella. Me ha tocado despertarlo por eso ha llegado tarde
.- ya se lo había dicho yo
.-
acabo de acordarme. Te has subido a dormir y ni siquiera me has
dado las buenas noches
.- ah
perdona. Buenas noches
.-
ya, pero buenas noches, qué
.- ummmm . Buenas noches
.-
Bella, dile a este zoquete como me llamo
Pasados unos segundos, a Rafael se le dibuja un gesto de satisfacción
.- buenas noches Andrea
En
ese momento Andrea se abalanza sobre la parte de almohada vacía y la abraza con
fuerza.
.-
gracias Bella, muchas gracias. Ya
empezaba a pensar que todo era una simple invención de este vejestorio
Luego
da la vuelta a la cama y abraza a Rafael
.- que feliz me has hecho
.- pero no llores que te pones muy fea. Mira
dice Bella que me puedes abrazar siempre que quieras, que de ti no tiene celos
.-
anda coplero. Venga a dormir. Que como se enteren que ando por las
habitaciones a estas horas, me van a regañar.
Como
cada noche, se dispone a dormir, pero hoy algo le quita el sueño.
La luz
de la luna llena entra por la ventana recortando la silueta de las ramas de los
árboles.
.- gracias Bella. Gracias por ser lo mejor. Si no fuera por ti que vigilas mis sueños,
el despertar estaría vacío y los días no tendrían sentido. Mañana no lo recordaré, pero esta alegría que
hoy le has dado a ese angelito, tiene más valor que toda una vida de recuerdos,
con que cuentan el resto de los mortales.
Esa
cara redonda, blanca y sonriente, acerca sus labios a los de Rafael y con un
beso, lo deja dormido. Ella velará sus
sueños e iluminará su amanecer.
Cuando termine de leer cada capitulo espero volver a leer de manera continua para encontrar la magia de su escritura, Maestro.
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