Te
miro, me miras.
Seguimos
consumiendo
sorbo a sorbo la copa.
Miradas
intermitentes, sinuosas,
recorren la barra de punta a punta.
Por fin te
levantas;
Con paso lento,
recorres esa distancia
que nos separa.
Te detienes
junto a mí.
Puedo sentir
tu aliento.
Junto a mi espalda,
oigo tu respiración.
Tus pasos, no
se detienen,
era una mera ilusión.
Otra vez en la
distancia,
las miradas se acentúan.
Nuestros pechos
exhalan deseo.
Nuestros gestos se vuelven lascivos,
esperando una iniciativa.
Sorbo a sorbo se
consume el tiempo.
Sorbo a sorbo
se escapa la noche.
Sorbo a
sorbo quedamos solos.
Nadie más,
excepto unos metros
se interpone entre nosotros.
Los dos, al
mismo tiempo,
recorremos el camino
de encuentro.
Sin mediar
palabra
cogemos nuestras manos.
Situación
anunciada
desde el primer momento.
La calle
vacía.
Farola encendida
testigo de un beso.
A tragos, en un
rincón,
devoramos los abrazos.
Enjugamos
nuestros cuerpos
con susurros pasionales.
Pasos cortos
hacía lo más oscuro.
Sorbo a sorbo,
los minutos hasta casa.
Trago a trago,
la distancia hasta la cama.
Sorbo a sorbo, la
duda.
Sin amor, sin
compromiso,
sin adiós, sin despedida.
Trago a trago,
se va pasando la vida.
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