Hola mi amor, despierta,
que ya te hice una
tostada.
Es domingo, no madrugas,
por fin un día de
descanso
sin que te suene la
alarma.
Quieto tonto,
que se te enfría el
café.
El niño ya está
despierto,
te espera en el comedor
para que juegues con
él.
Vamos mi amor, vístete,
que a misa ya están
tocando.
Pasearemos del brazo
siendo la envidia de
todos
los ojos del
vecindario.
Señor, Cristo Redentor
que escuchas mis
oraciones.
regrese a mi
habitación.
No quiero que mi
consuelo
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