El médico junto a la enfermera se dirigen a la habitación, todo está en
silencio, abrirán la puerta despacito para no despertar al crio.
La
imagen que se encuentran les deja sin palabras por unos instantes.
Enfermera.- me da hasta pena
despertarlos
Médico.- si los dejamos así más tiempo van a despertar
con un dolor de cuello que va a ser a ellos a los que hay que ingresar
Enfermera.- lo que hace el cansancio
Médico.- lo que hace el tener a su
niño a la vista
- Ella
abre levemente los ojos y rápidamente se pone en pie-
Laura.- Ernesto, vamos, que te has quedado dormido
Ernesto.- no me he dado ni cuenta,
uff, me duele todo el cuerpo.
Laura.- levanta que está aquí el
médico
Ernesto.- que sí, que sí. Que dolor de piernas, como si me hubiesen
puesto un saco encima
Enfermera.- no era un saco
precisamente
Médico.- después de contrastar los
análisis y las pruebas que le hemos hecho a su hijo no les voy a engañar, ahora
no tengo nada claro. Por lo que les voy a dar cita para una
nueva revisión dentro de una semana
Ernesto.- ¿pero es grave?
Médico.- tranquilo, tan solo quiero
asegurarme con el equipo de descartar
posibles causas. Puede ser una simple infección, así que por
si le vuelve a subir la fiebre le voy a
recetar un antibiótico para cinco días, uno cada doce horas
Laura.- no me gusta nada esa
prudencia ¿Qué nos tiene que decir?
Médico.-
mi obligación es dar un diagnostico correcto, no aventurarme en conclusiones. Ahora se van a ir a casa, van a seguir con
su normalidad y cuando vuelvan ya les pondrán un tratamiento correcto. Por lo pronto que se alimente bien y haga
ejercicio físico, que lo veo muy débil y se me olvidaba, un
poco de hierro no le vendría mal, antes de que se vayan les trae la enfermera
las recetas.
Ernesto.- o sea que tiene anemia
Laura.- ya decía yo que comía muy
poco y es que no hace nada de ejercicio, si lo digo yo, que me han salido los
dos muy de sofá y eso no puede ser bueno, a partir de ahora van a cambiar
muchas cosas
Médico.- bueno tampoco hace falta ahora
que hagan un maratón, pero un poco de ejercicio no viene mal.
Enfermera.- ahora en un momento les
bajo la receta del hierro
Médico.- aquí les dejo estos
papeles y no se preocupen, los niños son así
Laura.- muchas gracias, pero no
nos oculte nada ¡eh!
Ernesto.- voy a decir al celador
que nos avise a un taxi, no me parece bien llamar a estas horas a Raúl
Laura.- ni se te ocurra llamarlo,
mañana ya si quiere que nos eche la bronca por no llamarlo.
Ernesto se va hasta el
mostrador a pedir al celador que si puede llamar a un taxi para que vengan a
recogerlos.
La enfermera ya viene por el
pasillo con la nueva receta.
Pero si ya es de día, que noche más larga y
la vez tan corta. Pero… ¿Cuánto tiempo
han estado dormidos?
Ernesto.- venía a decirle que llame para que vengan
para llevarnos a casa
Celador.- no hace falta que
molestemos a su amigo
Ernesto.- no, por favor llame a un
taxi
Celador.- tampoco va a hacer falta
Ernesto.- y cómo
Celador.- yo salgo en unos minutos
y mire, me apetece llevarlos en mi coche;
si a ustedes no les parece mal.
Ernesto.- pues muchas gracias, voy
a la habitación y cuando quiera nos avisa.
Celador.- ¿a qué hora abre su amigo
el bar?
Ernesto.- seguro que ya está
poniendo desayunos
Celador.- pues ya sabe cómo pagarme
la carrera, si no le parece mal.
Ernesto.- eso está hecho, voy a
decírselo a mi mujer
Anda despacio
pasillo adelante, pensando en la suerte que tiene encontrar por el mundo
personas tan amables; gentes que pasan
inadvertidas en el día a día pero que están ahí sin dar importancia a sus
buenas obras.
Cuando entra en la habitación
ya está despierto Jaime discutiendo con su madre que es muy pesada y al lado la
enfermera riéndose de la situación.
Ernesto.- ¿a que no sabes cómo
vamos a ir a casa?
Laura.- ¿eres tonto?
Jaime.- en helicóptero
Laura.- a ver quién es más tonto
de los dos
Ernesto.- nos lleva el celador en
su coche
Enfermera.- ¿Claudio? ¿El celador?
Ernesto.- sí el celador, no sé cómo
se llama
Laura.- pero tú ¿porqué le pides
favores a nadie?
Ernesto.- que se ha ofrecido él. Que yo solo le dije que llamase a un taxi
Enfermera.- ustedes tienes que tener
algo especial, yo me voy ahora mismo a la capilla a poner una vela a San Judas,
porque aún no me lo creo
Laura.- pero ¿tan raro es?
Enfermera.- en boca cerrada no entran
moscas. Bueno Jaime, en una semana nos
vemos y no te enfades con tu madre, es que te quiere mucho.
Jaime.- pero si es que es muy
pesada
Laura.- no te vuelvo a dar un
beso en la vida, ya vendrás a pedir.
Ernesto.- cuéntame que te han
hecho. ¿Te pincharon?
Jaime.- otro pesado, que tengo
sueño
Laura.- pues hay que ir al cole
dentro de un momento
Jaime.- bueno sí
Ernesto.- hoy no hay cole y yo paso
por la oficina camino a la tienda y les digo que hoy tú no vas a trabajar.
Les llevo el parte de
urgencias y digan lo que quieran.
Laura.- no, si no pensaba ir; para eso están las horas que hago de más y tú
tenias que hacer lo mismo
Ernesto.- pero pasaré por allí a
avisar, además tampoco hay ahora mucho jaleo.
-Claudio llama a la puerta, ya tiene el coche en la entrada de
urgencias dispuesto a llevarlos a casa-
Claudio.- vamos, que esta gente se
tiene que ir a dormir
Laura.- pero porqué se molesta
usted
Claudio.- ninguna molestia, además
hoy voy a desayunar gratis
Ernesto.- vamos a ir a desayunar
donde Raúl y así que sepa que todo está bien
Claudio.- envolver al crío en esta
manta que no coja frío, que luego a la noche ya la pongo yo otra vez en su
sitio.
Con Jaime envuelto en la manta
en brazos de su padre, montan en el coche; por fin el regreso deseado al hogar.
-Una vez Jaime y su
madre quedan en casa, ellos se dirigen hasta el bar de Raúl-.
Ernesto.- buenos días, ya está el
pájaro en el nido
Raúl.- ¿pero no te dije que me
avisaras?
Ernesto.- no me ha dejado este
señor
Claudio.- coincidía con mi hora de
salida
Raúl.- pues ahora a desayunar,
que bien ganado está
Ernesto.- ¿Qué te apetece para
entonar el cuerpo?
Claudio.- un café con leche y unos
churros, que los veo ahí y parecen recientes
Raúl.- eso son mandangas, está
mi señora haciendo unas croquetas de jamón de chuparse los dedos que están a
punto de salir y los churros para después.
¡Cocina, unas croquetas de la casa para ya!
- La mujer de Raúl se asoma
a la puerta de la cocina-
Patricia.- sin prisas, que no se
hacen solas
Ernesto.- buenos días Patri, ya
estamos aquí
Patricia.- anda que menudo susto
anoche y este en vez de llamar… Yo en
vela hasta las tantas sin saber donde estaba
Claudio.- bueno mejor que solo haya
sido un susto
Patricia.- a veces mataros era poco
¿Y cómo está Jaime?
Ernesto.- por ahora bien, cansado,
tendremos que volver en una semana para ver los resultados
Raúl.- ese rubiales es fuerte,
seguro que ha pillado algún virus de esos que andan por ahí
Ernesto.- ya nos han recetado
antibióticos por si acaso y hierro, debe de tener algo de anemia
Patricia.- verás tú, tanta
chupitaina y refrescos, a ese lo engordo yo en dos días.
Me gusta y es solo el comienzo ... luego ya seguiràs .... te sigo cerquita..
ResponderEliminarGraciñas...
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