Flor que esparce su perfume,
por la funda
de mi almohada.
Mano, cogida entre sueños,
brillante luce
tu cara.
Suavidad en
tus caricias,
un suspirar de
ternura
al llegar la
madrugada.
Proteges todo tu hogar
con alas de
mariposa.
Vivos colores, brillantes,
como pétalos
de rosa,
que nada turbe
la paz,
que nada
intente igualarte,
pues tú eres
la más hermosa.
Valiente espada de acero
contra las
necias palabras.
Tan suave como una pluma
en pestañas
ensamblada,
para los más
tiernos besos
a tu pequeña
camada.
Para qué envidiar al sol,
si la luz,
está en tu cara.
Para qué, querer la luna,
si eres, la
noche estrellada.
El amor de mis amores,
diosa de mi
corazón.
El tallo de mis retoños.
El deseo de mi pasión.
No sueltes, jamás, mi mano,
si me faltas,
muero yo.
Regalo de cumpleaños para mi
amamantísima esposa.
Ana Sánchez González.
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