Todo es girar infinito y el final no es más
que un principio; acaba un año y empieza otro nuevo, nada tiene porque cambiar,
es un día más en nuestras vidas. Al igual que las estaciones se van sucediendo
unas tras otras en su orden establecido.
Haremos nuevos
planes, que quizás nunca se llegaran a realizar y se enmendaran errores que sí,
se volverán a cometer, porque también nosotros, hemos sido creados en un
universo que se mueve en círculos y
elipses que giran alrededor de un punto indeterminado.
Nos
conformaremos con pensar aquello, de que la esperanza es lo último que se
pierde e intentaremos corregir nuestra trayectoria acomodándola a nuestros
interés personales, o tal vez morales para al final de esos nuestros días,
haber conseguido blanquear nuestra débil conciencia, por si acaso el final, no
es más que un nuevo renacer.
Entre tanto
podemos hacer varias cosas; pero cada uno deberá confeccionar su propia lista y
ordenarla con respecto a sus prioridades.
En mi lista dejaré un espacio “no sé
muy bien en qué lugar colocado” donde pensar en que todos vosotros, lleguéis a cumplir
alguna de vuestras aspiraciones.
No lo vais a tener
fácil, por desgracia los seres humanos somos poco humildes a la hora de solicitar
y demasiado egoístas cuando nos toca dar, pero eso no hay quien lo arregle, así
que pensad por un momento en lo que este año que termina os ha regalado y no lo
dejéis olvidado, culpando a todo lo que os ha podido quitar, o quizás a aquello
que nunca pusisteis interés por conseguir.
Esta es mi pensada de
fin de año. Intentar ser felices día a día, y quereos a vosotros mismos tal y
como os gustaría que os quisiesen. ¿A los demás? No sé. Seguro que de lo que tengamos de sobra, no nos importa
regalarles un poquito, por muy tacaños que seamos.
FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO.
Carlos Torrijos
C.a.r.l. (España)
Gaviota Blanca
ResponderEliminarHermosa reflexión. Tenemos tanto potencial para amar, edificar la vida y crear oportunidades propio y para otros. Si pensáramos con la simpleza de los niños, sería más fácil amarnos unos a otros. Felicidades querido amigo Carlos Torrijos.
tenemos la maldita manía de querer crecer demasiado deprisa.
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