Interactiva cap. 3º
Olga, llegó a la puerta
de la casa de sus padres, (bueno en realidad de su abuela) hizo sonar el timbre
tres veces, era su manía; enseguida abrió la puerta su padre, con una
mezcla de expresiones en su rostro:
Contrariado por lo sucedido el día anterior, preocupado por donde
habría pasado la noche y alegría de volverla a ver sana y salva.
.-hija, ¿tú sabes el
disgusto que me has dado? (Él se refería
al no saber nada de ella en toda la noche)
.-lo siento padre pero......
La abuela y la madre,
salieron a recibirla como fieras.
.- ¿dónde está el
vestido?
.-aquí en la bolsa
.-tráelo ahora
mismo, no lo deshonres más
.-mejor
será que te marches de esta casa y no vuelvas
.-bueno a eso tendré
también que decir algo yo
.-mientras esta sea mi casa, la puerta está
bien abierta para quien quiera marchar
.-déjalo padre, voy a por la ropa y ya nos veremos fuera de este
nido de víboras
.-aquí no hay
nada tuyo
.-perdona, pero esa ropa, sí la he pagado yo
.-cuando puedas la metes en una maleta y la llevas a la calle la
liebre 6, no te pondrán ninguna pega para poder guardarla allí unos días, dile
a Pipi (la dueña) que llevas las cosas de Olga.
Volvió a casa de
Pipi, todos los esquemas familiares se le habían roto, no entendía a ninguno de
los tres, era como si en una sola noche, se hubiese intercambiado el carácter
de los tres. Iba pensando en la
bronca de su padre, el apoyo de su abuela y esa neutralidad típica de su
madre; ahora ya solo tenía un barullo mental
que no conseguía desenredar; lo allí ocurrido no tenía ni pies ni cabeza.
.- ¿ya estás de
vuelta?, ¿qué ha pasado?
.-te lo cuento y no te lo crees.
Espero que esta tarde o mañana, venga mi padre a traer mis cosas, claro
si no te molesta que las tenga aquí unos días, mientras llamo a alguna amiga y
encuentro un sitio donde guardarlas
.- ¿como que alguna
amiga?, ¿y yo que soy?
.-perdona, pero ahora mismo no lo sé
.-bueno maja, pues a
partir de ahora, considera esta tu casa, me vendrá bien la compañía y una
aportación económica para compartir gastos
.-entonces ya me puedo ir, no tengo trabajo. Como no venda la ropa de marca en algún
mercadillo de segunda mano
.-tampoco va a pasar
nada por un mes o dos
.-que no, que no quiero abusar
.- ¿si el destino hizo
que nos conociéramos?, ¿sería por algo?
.- ¿tal vez tengas razón?, pero no te puedo responder hasta que mi
padre, traiga mis cosas y hable con él
.-por lo pronto hoy cenas y duermes aquí y
mañana dios dirá. Vamos a ponerle
sabanas a la cama de tu habitación ya verás que chula
.-que chulada
.- ¿te gusta?
.-me encanta
.-es que mi hermana
pequeña, estuvo viviendo aquí con nosotros un año, mientras terminaba la
carrera y la dejé tal y como ella la había decorado
.-jolín, es que no le falta un detalle
.-ves, el destino es
sabio y sabía que te iba a gustar
Hacía mucho tiempo que Pipi, no pasaba una
tarde tan genial en su casa, aquella persona le había caído del cielo y pondría
todo de su parte para conservarla como amiga a su lado.
Eso había que
celebrarlo y que mejor manera que hacerlo cenando en casa. Por fin una noche, con otra persona
compartiendo la mesa, luego un rato de charla viendo una peli y a dormir a
pierna suelta. Todo un lujo para su rutinaria vida y un motivo perfecto para no
salir a aburrirse y emborracharse por no tener otra cosa que hacer de mayor
interés.
Pipi,
se levantaría como siempre a los ocho para arreglarse e ir a trabajar como
dependienta en aquella tienda de artículos de diseño; Olga invertiría el tiempo de la mañana, en
darle una limpieza a fondo a la casa, (una cosa nueva que aprender a su edad) y
tener la comida hecha para cuando volviese, (rebuscaría por la nevera a ver qué
inventaba).
Pipi, no se lo podía
creer, los almohadones del sofá colocados, las camas hechas y todo olía a
limpio. Aquel revuelto de fiambre,
queso y huevos, tenía una fachada asquerosa, pero un exquisito sabor; o tal vez, el comer acompañada engañaba sus papilas
gustativas.
No habían terminado de
recoger la cocina, cuando sonó el timbre tres veces.
.-este fijo que es mi padre
.-espera que ya le abro
yo
.-perdone que le
moleste ¿Pipi?
.-si, ¿que desea?
.-traigo las cosas
de Olga, me dijo que las dejase aquí.
Usted por casualidad, ¿no sabrá dónde la puedo encontrar?
.-pase, está en la
cocina, siéntase como en la casa de su hija,
aquí siempre será bienvenido
.-gracias
.-hola, papi. Ya ves la
primera vez que me ves fregando los cacharros
.-tiene una hija
maravillosa, mientras esté aquí, no tiene de que preocuparse
.-de eso tenía yo que hablar con tigo: podrías hasta que encuentre
trabajo adelantarme quinientos euros para los gastos de la casa
.-parece que te ha
hecho la boca un fraile, vengo a verte y ya estás pidiendo
.-bueno, ya me las apañaré
.-Estás tonta, pues
claro que te doy el dinero
.-no hace falta, esta
niña es tonta
.- ¿me has traído el móvil? tendré que llamar a la gente y a las
amigas
.- ¿a qué gente, a
qué amigas?, ¿a las que te llevan despellejando desde antes de ayer?
.-tampoco será para tanto
.-te dejo el móvil,
luego borras todos los contactos y esperas a ver quién te llama preocupándose
por ti
.-tienes razón, tendré que acostumbrarme a mi nueva vida
.-aquí te dejo este
par bártulos, que parecía que no tenias nada maja y mañana si puedo te traigo
otro viaje
.-pues te espero y tomamos un café, pero déjame algo para hacer la
compra al menos
.-eres la tía
saca. Y tú, por favor cuídala
.-ni ella es tan niña
como usted se cree, ni yo tan madura como se piensa
.-vamos, que esta tiene que entrar a trabajar
.-si os apetece, hay
café en el armario de arriba y la cafetera en dónde las cazuelas
.-gracias, pero
mejor mañana, que hoy tengo que hacer unas cosas
.-pues quedamos así, mañana tomamos café los tres. ¿No se te olvida nada?
.-toma, no llevo
más encima
.-pero además, si tengo
yo el dinero que te guardé la otra noche
Todos los días,
Olga, una vez hechas las camas y darle un repaso al polvo, salía a presentar su
currículum estudiantil (ya que experiencia laboral no tenía) en todo comercio
por el que pasaba. Luego al volver,
preparaba la comida y después tomaban un café y chalaban con su padre un
ratito.
Pasados diez días:
.-oiga, con usted, me
parece que tengo que hablar yo muy seriamente
.- ¿qué pasa ahora?
.-pues que ayer por la
tarde, han aparecido encima de la mesa del comedor tres billetes de cien euros,
así por arte de magia
.-es una
aportación a los gastos de la casa
.-pero no se da cuenta
que la independencia de Olga, empieza por buscarse la vida
.-y yo se que está
buscando trabajo, pero mientras tanto, habrá que echar una mano
.-no le voy a negar que
nos viene de perlas
.-pues por eso lo hace, porque sabe que andamos a dos velas y nos
quiere dar un empujoncillo
.-pero en cuanto
trabaje Olga este dinero se le da; lo consideramos un adelanto
.-como tú digas,
si así te quedas más agusto, pero sabes que no os lo voy a coger
.-estos padres, o se
pasan de estrictos o de tiernos y permisivos, no encuentran un término medio
.-como se nota que
no tienes hijos
Antes de finalizar el mes, sonaba por
primera vez el teléfono de Olga. Ella,
que estaba en el cuarto de baño y no lo escuchó, cuando llegó al salón, se encontró
con una llamada perdida; el número de la
pantalla parecía conocerlo, pero no estaba segura. Así que pensó: ¡va!; Ya llamaré más tarde.
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