Te empieza a salir el pelo
con reflejos gris ceniza,
sedosos hilos de cielo,
suave, mi niña bonita.
Las semanas se amontonan,
el tiempo va haciendo mella,
entre sesión y sesión
el cuerpo no recupera.
Las piernas piden consuelo
en la ganada derrota,
las uñas, duelen cantares,
en las yagas de la boca.
Fuego sobre blanca nieve
para enterrar el aliento,
muralla de mármol rojo
para contener el viento,
mantillo de tierra negra
para que agarre el sarmiento,
sauces llorones que abrazan
las brasas del sufrimiento,
ni el agua azul de los mares
pueden paliar el efecto
que provoca el Tratamiento.
Infusión metida en vena.
Veneno que es necesario
para desterrar posibles,
dicen para estar tranquila
en los años venideros.
Con el amor de los tuyos,
con tu alma de guerrera
la batalla está ganada,
pero una frase resuena
que pesa como una losa.
Cansada, de estar cansada,
Si es eso, no es otra cosa.
Gracias, mi querida Ana
por ser como eres.
Por tu fortaleza.
Bueno. Ya ves. La vida sigue. Con sinsabores, a veces. Que son menos si estás rodeado de quien te quiere... y aún queda amor para hacer poesía del dolor.
ResponderEliminarUn abrazo para Ana y otro para ti.
Pues si, cuando todo pase.... Habrá que hacer una historieta de esto. Con el optimismo, de poder volver la cabeza y que todo sea un recuerdo.
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