Y aquella mujer
rebelde, con el símbolo de paz y
libertad tatuado en su hombro. La que cantaba en la playa alrededor de una
hoguera a los sueños idílicos, acompañada por su guitarra, un cartón de vino y
una pipa de hierba.
Libremente decidió
concebir su primer hijo y libremente aceptar las normas repudiadas hasta ese
momento, la palabra había cambiado de concepto y significado, la lucha seguiría
por conseguirla, pero la suya había pasado a un segundo plano.
Tuvo, varios retoños y a
todos educó por igual para que fueran libres.
El mayor, nada más
cumplir los catorce años, buscó su libertad en la independencia económica, uniéndose
de por vida a un horario inflexible en una actividad que odiaba.
La segunda, pretendió alcanzar su libertad
en la esclavitud de los estudios, y una vez terminados, se casó dejando sus
alas colgadas en un armario.
La tercera, también
decidió estudiar. Esta, montaría su propia empresa para no ser esclava del
horario y seguiría soltera para no perder su independencia. Viviendo encarcelada
en el miedo a encontrar el amor.
El cuarto
la buscó obviando lo terrenal, encomendando su alma a lo más alto, sumido en la
introspección de lo mundano, entre unos muros, de los que nunca salió.
El más
pequeño tras analizar a sus hermanos mayores, decidió deambular por el mundo
sin normas ni ataduras, mendigando para comer y utilizando los bancos del
parque para dormir. Hasta que una noche,
aún siendo joven, murió preso del hambre y el frio, con la soledad como única compañía.
Cuando llegó a su
destino, buscó el libro de las palabras sagradas. Aquella palabra no existía en
aquel gran diccionario. Se afanó en buscar alguna palabra parecida a lo que su
madre les había inculcado.
Un señor con alas se acercó a él para
preguntarle que buscaba con tanto ímpetu.
Le dijo que buscaba el significado de la palabra libertad y este se
quedó extrañado, ¿qué palabra sería esa? Tantos habían pasado por allí y nunca
la había escuchado.
.-Libertad, esa palabra no existe, espera,
buscaré en el libro de los tontos.
Mira aquí si viene, y nos
remite a la palabra conciencia.
Ca, Ce, Ci, Co, Con… Conciencia.- Opción
de elegir las cadenas que se asirán a los grilletes. Manera de aceptar los errores
cometidos. Búsqueda procurada de la
piedra filosofal, que no es más que otra quimera a la que suelen llamar
felicidad.
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