Entre pinares
frondosos,
ve su infancia
reflejada.
La casa donde
habitaba,
mira con ojos
llorosos
al ver su puerta
cerrada.
Después de un invierno
frío,
vestida de color verde,
la montaña llora el río,
corre entre rocas
bravío,
y por el valle se pierde.
Se hacen más largos
los días.
Los jilgueros, sinfonías.
Ha vuelto la
golondrina,
y recorren la colina,
las cabras ya con sus crías.
Y vuelve la algarabía.
A sus calles la
alegría.
En el verano la fiesta,
en la plaza con la
orquesta,
termina la romería.
Y vuelve la soledad.
Nieves están por
venir.
Y le llaman libertad
junto a la lumbre
esperar,
la puerta, se vuelva a
abrir.
(Quintillas)
Hemosas quintillas, entrañables, cálidas, nostálgicas. Me has hecho añorar mi pueblo y no lo tengo, no te digo más, poeta.
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