El principio
fue testigo de los sueños de abundancia,
aquel día
tan lejano que unía dos corazones.
En que con
arras y anillos se forjaban ilusiones,
sobre nubes
de colores con alas de tolerancia.
Se deja
pasar el tiempo y no se le da importancia.
Todo empezó
con un grito y siguió con moratones,
Cielo teñido
de negro cargado de nubarrones,
Y el futuro
prometido fue quedando en la distancia.
Y mi
postura tal vez se llame resignación.
O la
abnegación al yugo por las madres inculcada,
enseñada a
rajatabla en forma de educación.
Y los días
se hacen años y una mujer maltratada,
aunque me
llamen cobarde respeten mi decisión.
Solo tengo
dos caminos o muerta o acostumbrada.
Fdo.-
Ojos de Gata
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