Entre historietas
y juegos, se hace más ameno el tiempo de espera. Colocan un par de conjuntos de
asientos frente a frente y ponen la mesa de las revistas en medio.
Paula.- hoy me he traído una cosa
¿quién sabe jugar a la siete y media? – Mientras saca una baraja de cartas del
bolso-
Alejandro.- ¿tú sabes jugar?
Jaime.- creo, pero no sé si me
acuerdo
Alejandro.- pues te pones a mi lado y
ves como se juega y ya verás que aprendes enseguida
Isabel.- pero eso es trampa
Paula.- no, porque Jaime solo
puede mirar las cartas de Alejandro
-
Según van sucediéndose las partidas, la emoción al ganar va subiendo de
tono. Ernesto lee una revista y las madres
sentadas frente al pasillo les piden silencio de vez en cuando, para que no
salga nadie a echarles la bronca.
-
Por las puertas del fondo ven salir y dirigirse al despacho al doctor y
la enfermera
Laura.- prepararos que ya han
llegado
Paula.- tranquila que queda un
rato; hasta que no venga Fernando con
los resultados
-
Ellos siguen a lo suyo llevando con ojo la cuenta de las veces ganadas
de cada uno.
-
De pronto todos se levantan; corren a recibir a la maestra del
hospital; la que les repasa las
lecciones el día de tratamiento, la que procura
llevar al día los estudios de los que tienen que estar ingresados.
Maestra.- veo que hay un nuevo alumno
que apuntar en la lista
Lorenzo.- se llama Jaime
Maestra.- bueno Jaime, verás que
bien explicamos aquí la lección
Paula.- mira, esos son sus padres
Maestra.- pues voy a hablar con
ellos
Paula.- tranquila que yo me ocupo
de estos malandrines
Maestra.- buenos días, yo soy
Virtudes, la maestra y ustedes me han dicho que son los padres de Jaime
Laura.- yo soy Laura y mi marido
Ernesto
Maestra.- ¿son ustedes de aquí o de
un pueblo?
Laura.- vivimos aquí cerca
Maestra.- mejor, ya hablo yo con la
asociación y que manden a alguien a casa para que siga el curso con normalidad
Laura.- ¿pero no puede ir al
colegio?
Maestra.- mire habrá muchos días
que no se encuentre demasiado bien, días que ni siquiera le apetezca salir ni
ver a nadie, pero si él quiere ir algún día mejor, eso es buena señal.
Ernesto.- yo creo que al menos lo
va a intentar
Maestra.- tiempo al tiempo, de
todas formas vaya o no vaya, pasará por su casa alguien para que este curso no
lo pierda
-Fernando (el enfermero) da
unas palmadas desde la mitad del pasillo.
.- ¡vamos al lío!
Los padres de Jaime se levantan enseguida
del asiento, mientras la madre de Amelia coge una revista con que matar el
tiempo.
En las puertas de acceso a la
sala la Paula se interpone a su paso.
Paula.- Venir todos aquí; ¿qué opinan mis renacuajos? ¿Los dejamos
entrar?
Fernando.- bueno, daros cuenta que
es el primer día
Jaime.- ¿pero no pueden pasar?
Paula.- eso lo deciden tus
compañeros y compañeras.
El día que nos toca a
nosotros en la sala no hay ni biombos ni nada separando los sillones para que
nos podamos ver y hablar lo que queramos.
Cosas del doctor Hernández.
Jaime.- a bueno, si lo dice el
doctor Jesús
Paula.- para dejarles entrar hay
que levantar la mano. ¿Quién está de acuerdo?
Todos con las manos arriba dan
el visto bueno a que estén allí con ellos.
Paula.- pueden pasar;
lo siento pero las cosas son y deben de ser así
-Mientras se van colocando en sus sitios Paula vuelve a la zona de
asientos a invitar que entre a la madre
que ha quedado solitaria, no es de recibo que quede allí sola-
-cada uno se pone en una camilla con el
respaldo inclinado para estar más cómodo y al momento llega Ester; Fernando ya tiene colocados en un carrito las
bolsas y tarros con el nombre de cada paciente rotulado en rojo-
Ester.- bueno pues empezamos, a
Jaime lo dejaremos para el último, para que vea que no pasa nada.
Los padres no están a su lado,
Paula los ha mandado sentar en unos cómodos sillones que hay junto a la
pared. –Ya le toca a Jaime-
Fernando.- vas a notar cómo te entra
el frio en la vena pero no es nada, enseguida lo dejas de notar
Ester.- ves, a que no duele
Jaime.- y ¿eso es todo?
Isabel.- no esto es la pre, para
evitar alergias y otras cosas
Lorenzo.- lo mismo te entra un poco
de sueño
Amalia.- Alejandro a veces hasta
ronca
Alejandro.- son más exageraos; porque un día respiraba mal; a Amalia sí que
hay veces que se le oye desde el pasillo
Paula.- tú si te quieres dormir
te duermes, a estos no les hagas ni caso
- Al poco tiempo llega el
doctor a ver cómo va la cosa-
Jesús.- parece que hoy no se
duerme nadie, bueno ya sabéis que no quiero escándalos
Paula.- pero si nos portamos
siempre muy bien
Jesús. Tú calla que eres la peor de todos. ¿Qué traes inventado para hoy?
Paula.- hoy les voy a leer un cachito de un libro que
me han regalado
Jesús.- eso está bien; Fernando, Ester, Vamos a poner la
medicación.
-a cada uno les van conectando
a la vía la bolsa con su nombre antes de
que Paula se ponga a leer. Después los
dejan allí solos, están bien cuidados en caso de que haya alguna cosa fuera de
lo normal; de todas formas pasan a cada
momento por delante de la puerta y observan que todo está tranquilo-
Paula comienza a leer bajito, para que alguno se
quede dormido; con voz suave va
relatando la introducción de ese libro que le han regalado. A
todos se les pone una sonrisa en el rostro al ver como a los padres de Jaime se
les van cerrando los ojos de aburrimiento.
Paula los mira, mientras va bajando aún más
la voz.
Isabel y Lorenzo le hacen un gesto a Jaime
poniéndose el dedo índice en los labios.
Ester y Fernando que se han acercado, pues les extraña tanto silencio,
se apoyan en el marco de la puerta callados, esperando el alboroto que está por llegar.
Paula les indica que estén
atentos dejando caídas las manos con las palmas hacia arriba y cuando las
levanta gritan todos a la vez, cada uno lo que le parece:
¡ZAS, ZAS! , ¡AUUUUUU!, ¡TIRÚ, TIRÚ, TIRÚ!, ¡VAMOS DORMILONES!
Los padres de Jaime se
levantan del sillón asustados y todos empiezan a reírse a carcajadas; Ester y Fernando se esconden tras el tabique
mientras que Paula se hace la dormida.
Ernesto.- Jodídos muchachos, que
susto me han dado
Jaime.- Sssss. Calla, que está la
señora dormida
--Lo que provoca de nuevo una serie de
carcajadas--
Fernando.- aquí aún queda un rato,
yo que ustedes, me iría a tomar algo a la cafetería.
Laura.- pues sí, porque se me ha
quedado la garganta
Seca; vamos los tres a tomar
algo fresco
Ernesto.- eso es que has roncado
Laura.- tú sí que roncas, anda
cállate
Cuando salen los tres por la
puerta y se alejan, ya deja Paula de hacerse la dormida.
Paula.- pero como sois tan malos,
mira que despertar a los señores
Lorenzo.- anda, pero si la que
inventas eres tú
Paula.- ¿yo? Pero si yo estaba
dormida
Isabel.- Y mira Jaime, era el que
más se reía
Jaime.- pero yo casi no he
gritado
Amalia.- tú tranquilo ya irás
aprendiendo
Paula.- bueno, que seguimos con
el libro
Alejandro.- ese libro es un rollo,
cuéntanos una historia de esas que te sabes de memoria
Paula.- mejor que nos cuente una
historia Jaime
Isabel.- venga Jaime anímate
Jaime.- no sé, en el cole estamos
leyendo una historia de piratas y está muy emocionante
Lorenzo.- pues venga, tú de lo que
te acuerdes
-Jaime intenta recordar el principio y
comienza con su historia; todos
escuchan atentos al pequeño recién llegado que con el movimiento del brazo en el
que no tiene la vía, intenta dar más
entusiasmo a las batallas protagonizadas por la tripulación.
Poco a poco va pasando el
tiempo, las bolsas se van agotando y Ester va retirando de sus brazos con
cuidado agujas y vendaje, mientras tanto Fernando les hace una revisión de
pulsaciones y temperatura antes de mandar que se incorporen despacio y esperen
sentados a que vuelva el doctor.
Por el pasillo ya se acerca
Virtudes para ir con ellos a otra planta donde repasar lo que debían dar hoy en
el colegio hasta la hora en que la ambulancia vuelva a recogerlos para
llevarlos de nuevo a casa.
Amalia hoy se va con su
madre, Ernesto y Laura han entrado un momento al despacho a hablar con el
doctor, Paula espera en el pasillo junto a Jaime, para llevarlos a casa y así
saber donde viven por si les apetece que sea ella quien lo recoja para acudir
al tratamiento.
A Jaime le gustaría quedarse con sus nuevos compañeros en la clase del
hospital, pero ya han esperado sus padres mucho rato, tal vez el próximo día se
pueda quedar y si eso, que luego vengan a buscarlo.
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