A primera hora estaban allí los tres, preguntaron
al celador de la puerta; este los
acompañó hasta el sótano.
En aquel pasillo aún no había
nadie, así que se sentaron a esperar.
Al momento comenzaron a oírse
pasos, un enfermero se acercó a ellos.
Enfermero.- No sé por qué, pero creo
que tú eres Jaime
Laura.- sí hemos venido muy
pronto
Enfermero.- el primer día suele
pasar, tranquilo, ahora en un momento te llamo y empezamos
Ernesto.- parece simpático
Jaime.- y que alto es
Laura.- eso es porque come mucho,
no como otro que yo me sé, que se va a quedar canijo por no comer
-
Al poco tiempo llegó una niña con su madre, que ya conocían de las
consultas.
Amalia.- ¿tú también vienes a
quimio?
Jaime.- sí es el primer día
Laura.- ¿y esto tarda mucho?
Madre.- bastante, hoy puedo venir
yo. Normalmente ya viene ella sola,
viene y va en ambulancia hasta el pueblo
Ernesto.- ¿pero ella sola?
Madre.- ya os acostumbrareis,
bueno el vuestro es que es muy pequeño, Amelia ya tiene trece años.
-
Mientras, Jaime y Amalia hablaban a unos metros, en otra fila de bancos
junto a la pared-
Amalia.- ya verás, son muy
simpáticos, ahora empezará a llegar más gente, falta una niña, dos niños y una
señora mayor que se ríe mucho con nosotros.
Jaime.- ¿duele mucho?
Amalia.- no, bueno a veces parece
que quema, yo lo que estoy es muy cansada
Jaime.- ¿y el pelo? ¿Se cae al
día siguiente?
Amalia.- no, poco a poco, pero no
sé si te durará un mes
Jaime.- tú estás muy guapa con
ese sombrero
Amalia.- a ti, seguro que te
sienta bien una gorra
Jaime.- seguro que sí
Amalia.- mira ahí vienen Isabel,
Lorenzo y Alejandro los tres vienen en la misma ambulancia
Jaime.- ¿y sus padres?
Amalia.- a ellos en el pueblo los
recogen en casa y luego los vuelven a llevar
Isabel.- hola, ¿tú eres nuevo?
Jaime.- sí, es la primera vez que
vengo
Isabel.- mira, estos son Lorenzo y
Alejandro, a Amalia ya veo que la conoces y yo soy Isabel
Jaime.- yo me llamo Jaime
Alejandro.- ya tenemos otro compañero
Lorenzo.- esto es como una gran
familia, ya iras cogiendo confianza
Amalia.- es el más pequeño de
todos, será como nuestro bebé
-
Las dos gorras y los dos
sombreros contrastan con aquel pelo rubio y brillante.
-
Ya
viene el enfermero riéndose por el pasillo mirando a ver a quién le toca hoy
primero.
Enfermero.- vamos Isabel, que te
pongo la vía
-
Al momento sale con la muñeca vendada
-
Isabel.- pasa Alejandro, que te toca
Jaime.- ¿y esa venda?
Isabel.- mira no es nada, así ya
por aquí nos sacan la sangre para la analítica y nos dejan puesta la vía para
la medicación
Jaime.- ¿pero duele mucho?
Isabel.- que va, un pinchacito
Alejandro.- Vamos Jaime que te toca
-
Los padres están distraídos hablando con la madre de Amalia, así que se
arma de valor y entra él solo.
-
Al momento sale todo orgulloso
Jaime.- la siguiente es… Amalia
-
Antes de sentarse con sus compañeros, va hasta donde están sus padres
Jaime.- mirar, ya me han puesto
la vía y me han sacado la sangre para los análisis
Laura.- ¿y has entrado tú solo?
Jaime.- claro, todos entran
solos. Me voy a sentar con mis amigos
Ernesto.- vale, tira
-
Ya está entrando Lorenzo, cuando por el pasillo se aproxima una señora
Isabel.- Mira Jaime, esa señora es
Paula
Amalia.- mira Paula tenemos un
compañero nuevo que se llama Jaime
Paula.- pero que bonico, si es muy chiquitín
Jaime.- no soy tan pequeño, he
entrado yo solo
Paula.- verás que bien lo vamos a
pasar
Lorenzo.- vamos Paula, que solo
quedas tú; hoy te has dormido
Paula.- ya voy, que estaba
saludando a Jaime
Alejandro.- ya verás que bien, ahora
nos vamos todos a la cafetería a desayunar mientras suben los análisis.
Tienes que traer dinero
porque cada uno paga lo suyo
Isabel.- nos dejan ir porque va
con nosotros Paula, hace de madre de todos
Jaime.- mi madre vendrá todos los
días
Amalia.- pues mejor, así están más
tranquilos
Jaime.- ¿hay que venir todos los
días?
Lorenzo.- no, al principio es cada
tres semanas y luego ya según cada uno
Jaime.- ¿Cuánto tiempo?
Lorenzo.- eso depende, a mí solo me
queda de venir dos veces
Isabel.- no sé; yo a la semana que viene ya empiezo lo más
seguro a venir todas las semanas, pero creo que a otra cosa
-
Ya viene Paula voceando-
Paula.- ¡Vamos, a desayunar!
Enfermero.- así me gusta a mí, todos
a la misma hora para evitarme viajes a laboratorio
Laura.- ah, pero ya está
Paula.- ustedes deben de ser los
padres de Jaime, a la madre de Amalia ya la he visto otras veces
Ernesto.- aquí estamos a ver
Paula.- a mi me tienen de
encargada para que no se extravíe ninguno en este rato hasta que vea los
análisis Jesús
Laura.- pues vamos a desayunar
Paula.- ¡polluelos! Todos de la
mano ¡marchando!
-En la cafetería está esperando Claudio a que lleguen-
Claudio.- ¿y toda esta tropa?
Paula.- ya ve, acabamos de
adoptar a otro nuevo
Laura.- se ve que los cuida bien
Paula.- yo entiendo que vengan
con él, es muy pequeño, pero en lo que yo esté aquí “y aún me queda” lo traen y
luego vuelven a recogerlo, se hacen las horas muy largas y no se pueden
desatender los trabajos, que hay que seguir comiendo
Laura.- pero es que…
Paula.- yo te entiendo, yo
también soy madre, pero mira estate tranquila, ahora cuando terminemos el
desayuno hablamos un rato.
-
Juntan un par de mesas para ponerse todos juntos siempre piden lo mismo
y uno a uno, van sacando las monedas del bolsillo y dejándolas en un platito
central para que luego pase Paula por caja.
Claudio.- visto lo visto, cuando
terminemos yo me voy a dormir y creo que tú te deberías ir al trabajo, aquí va
a estar bien cuidado.
Ernesto.- no, yo me quedo, para la
próxima vez, veremos
-
Ernesto y Claudio se quedan en la barra, Laura y la madre de Amalia,
sentadas como dos pasmarotes, mientras
los niños miran embelesados según Paula les cuenta una historia de
duendes y hadas que los sumerge en un mundo infantil pareciendo no tener más de
cuatro años.
Laura.- que pendientes están a
cada palabra
Paula.- silencio que está a punto
de llegar la bruja
¡ZAS! Dando
un golpe en la mesa
-
El susto hace saltar de las sillas a niños y madres; todo se envuelve
en carcajadas ante la mirada
desagradable del resto de clientes
Paula.- perdón, perdón, no me di
cuenta
Alejandro.- sigue Paula, sigue
Paula.- vamos a pagar y nos vamos
a nuestro pasillo que estamos más tranquilos.
.- Mis polluelos, todos
de la mano ¡Arreando!
Que me encanto,me recuerda hasta hace poco a mi hijo que estuvo 2 años recibiendo quimio en el hospital del niño por enfermedad de leucemia ,el tiene 11 años hoy,pero me alegra como en esta historia todos se miran como familia y se comorenden ,y sobre todo la solidaridad esa compañia que tanto se necesita,me siento que volvi a vivir aquelllos duros momentos con mi hijo,pero que al final me acostumbre y tuve confianza en el sitema de atencion y tratamiento,pero aca en esto que lei me gusto mucho su convivencia y la experiencia,al final mi hijo finalizo su tratamiento y ahora esta yendo siempre s sus citas cada mes,cada dos meses pero como un chequeo de rutina y esta muy bien gracias a Dios,el tema esta de acorde a las actualidades del momento en cuanto a la enfermedad del cancer.Lindo,muy lindo.Gracias.
ResponderEliminaresto está escrito, como si fuera años atrás y me enfoco en el entorno, para no erir a nadie y dandole visivilidad, no rascar innecesariamente en heridas de los que lo han padecido y sus familis.
EliminarGracias y espero te siga gustando.