El final de
aquella tarde se encapsulaba entre silencios y miradas; Laura ayudaba a Patri a rebozar clamares
entreteniendo el tiempo al calor de los fogones enharinándose las manos. Ernesto
sentado a en la barra dormitaba sus pupilas embelesadas en el televisor. Raúl en el fregadero enjabonaba y aclaraba las
tazas una y otra vez sin sentido, mientras Jaime por aburrimiento sacaba un
cuaderno y se ponía a hacer deberes en una mesa.
Esa
tarde, ningún cliente más en la barra.
-
Llegó Claudio y su voz asustó a todos-
Claudio.- ¡que pasa! ¿Hay alguien
en esta casa?
Raúl.- joder Claudio, que susto
me has dado, casi se me cae la taza al suelo
Claudio.- si es que parece que
estáis muertos.
Esto qué es, un bar o
una iglesia ¿dónde están las señoras?
Ernesto.- en la cocina
Claudio.- ¡a ver esas cocineras!
Que saquen una tapa rica
Patricia.- ¡cómo me hagas salir!
Claudio.- vamos, un par de cañas
que están tardando
Laura.- buenas tardes, muy
guerrero vienes hoy
Claudio.- con esas manos no se te
ocurra tocarme
Laura.- muy bien dos cañas ¿Y mi
vino?
Claudio.- usted perdone, vamos Raúl
date brío que te duermes. Patri, estoy
esperando la tapa
Patricia.- ya estoy aquí, a ver, qué
quieres de tapa
Claudio.- lo que tú quieras mi
reina
Patricia.- es que si me lo pides así…
Raúl.- este ha pasado hoy por un
par de bares antes de venir
Claudio.- bien sabes tú que no
Jaime.- acabé
Claudio.- ya era hora de que
saludases tú también
Jaime.- si ya te he visto
Claudio.- pues aún no lo parece
Jaime.- vale, buenas tardes
Patricia.- mira cascarrabias, acabo
de hacer un tomate aliñado y empanado que te vas a chupar los dedos.
Claudio.- te das cuenta Raúl, esto sí es tratar bien a
los clientes
Raúl.- no, si tiene guasa hoy
la cosa
Claudio.- pero esto es mucho
Laura.-oye majo, que es para
nosotros también
Claudio.- que decepción, yo que me
creía que lo había hecho solo por mí
Patricia.- anda, calla y mira a ver
si te gusta
Claudio.- y a ti que te pasa
Ernesto.- quién ¿a mí?
Claudio.- no, a mi tía la del
pueblo. Tu sí que estás hoy empanao,
vamos coño, que yo no te lo voy a masticar
Ernesto.- ya voy pesado
-
Por fin, comenzó a volver la cosa a la normalidad; hoy todos en la
barra, dos por dentro y cuatro por fuera degustando aquella delicia y hablando
de todo y de nada al mismo tiempo.
Claudio.- no os lo había dicho, a
partir del jueves me cojo una semana de vacaciones, no voy nunca a ningún
sitio, pero bueno, no las voy a perder
Raúl.- pues aprovecha y haz
algún viaje
Claudio.- no me gusta, prefiero
estar en casa
Patricia.- pues ya yo tengo unas
ganas de que a este de por cerrar el bar una semana, llevamos un montón de años
día tras día a pie del cañón sin saber lo que es salir de aquí
Claudio.- además aquí no hay días
de descanso
Patricia.- habrá que esperar a que
se jubile, si no nos hemos muerto antes
Raúl.- te prometo que este
verano cerramos una semana
Patricia.- ¡eh! apuntarlo, estáis de
testigos, que luego a la hora de la verdad dice que lo he soñado
Laura.- muy bien y hacemos que
coincida con nuestras vacaciones y nos vamos todos juntos al fin del mundo
Ernesto.- algo lejos me parece a mí
eso
Laura.- tú cállate ¿Cuánto hace
que no vamos a ningún sitio?
Jaime.- yo quiero que vayamos a
la playa
Ernesto.- te das cuenta como es
mejor estar callado
Claudio.- mira tú, así tal vez sí
que me animaba yo a ir con vosotros
Ernesto.- por cierto, para que no
te aburras ¿podrías hacer una cosa?
Claudio.- tú dirás
Ernesto.- En esta semana te vas a
ver tiendas de coches de segunda mano a ver cómo están de precio y en qué
estado. A ver si me encuentras algo bueno, bonito y
barato.
Raúl.- pero… en serio vas a
comprar un coche, esto es lo último que me esperaba de ti
Claudio.- bueno, no te preocupes
que yo te lo miro
Ernesto.- no me voy a comprar un
coche, pero se lo va a comprar mi señora
Patricia.- ¡ole! Así se habla; vete aprendiendo
Raúl.- pero si nuestro coche
está a tu nombre
Patricia.- ya, pero a mí no me gusta
conducir
Ernesto.- bueno pues quedamos en
que miras algo que merezca la pena y luego ya lo pensamos con lo que encuentres
Claudio.- déjalo de mi mano, que
busco debajo de las piedras; ya sé lo
que hacer todas las tardes antes de pasar por aquí a rematar la jornada
Laura.- vamos para casa, que
mañana hay que estar allí a primera hora y sin desayunar
Patricia.- que se dé bien la cosa
Raúl.- venga valiente y no des
mucha guerra
Ernesto.- si se porta muy bien
Claudio.- cuando salga paso por
cafetería y os espero a desayunar mientras suben los análisis que tardan un
rato largo
Laura.- pues nada, hasta mañana.
-
Claudio se quedó un poco más hablando con ellos en el bar.
-
Los tres se fueron paseando a casa sin darse cuenta que habían quedado
la compra en la cocina de Patri olvidada.
Laura.- ¿y cómo te da ahora por
decirle a Claudio que te mire un coche?
Jaime.- pero un coche chulo
Laura.- ¿no lo puedes mirar
tú? Que ganas de buscarle
complicaciones al hombre
Ernesto.- déjame que se lo que
hago, que es para que no se aburra
Laura.- yo no sé en qué estás
pensando; últimamente te dan unas tonterías
Ernesto.- que te digo yo que es lo
mejor
Jaime.- pero al final compramos
el coche o no
Laura.- y yo que sé, no ves que
no hay quien entienda a tu padre
-
Nada más entrar en el portal, se da cuenta el niño.
Jaime.- mamá y la bolsa
Laura.- qué bolsa
Jaime.- la de la carne picada
Laura.- anda coño, Ernesto tira
corriendo al bar que me la he dejado en la cocina; está allí en el suelo al lado del congelador
Ernesto.- luego soy yo el que está
en las nubes
Laura.- vamos corre
-
A medio camino se cruza con Claudio que va para el hospital
Claudio.- ¿pero dónde vas? ¿Pasa
algo?
Ernesto.- no nada, que se ha dejado
en el bar Laura la compra
Claudio.- pues date, que
estaban recogiendo
-
Patri ya está fuera y Raúl está empezando a apagar las luces
Ernesto.- ¡Patri! Dile que espere,
que se ha dejado Laura la compra en la cocina
Patricia.- espera Raúl, que viene
corriendo Ernesto a no sé qué de la cocina
Ernesto.- bufff… Creía que no llegaba, mira a ver en la
cocina cerca del congelador que se ha dejado Laura una bolsa
Patricia.- madre mía, cómo están las
cabezas, anda, qué voy a ver
Raúl.- ¿y eso de decirle a
Claudio que te mire un coche?
Ernesto.- es algo difícil de
explicar, pero todo tiene su explicación
Raúl.- ¿pero tú quieres un
coche que yo se que está de maravilla?
Ernesto.- que no, que no quiero
ningún coche
Raúl.- pues sí, ya veo que tiene explicación
Patricia.- Toma la bolsa y marcha
para casa
Ernesto.- hasta mañana
Patricia.- y a ver si hacemos más
ejercicio; que no me aguantas una carrera
Raúl.- últimamente piensa unas
tonterías; le pregunto ahora que si
quiere un coche, porque el de la relojería lo vende de segunda y está
nuevo. Va y me dice que no, que él no quiere ningún
coche, pero que todo tiene una explicación
Patricia.- pues la tendrá, que te
voy a decir yo
Raúl.- vámonos a dormir, que a
estas horas es lo mejor que podemos hacer.
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