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martes, 28 de febrero de 2023

Gorras en el armario 018


 

               El final de aquella tarde se encapsulaba entre silencios y miradas;     Laura ayudaba a Patri a rebozar clamares entreteniendo el tiempo al calor de los fogones enharinándose las manos.    Ernesto sentado a en la barra dormitaba sus pupilas embelesadas en el televisor.    Raúl en el fregadero enjabonaba y aclaraba las tazas una y otra vez sin sentido, mientras Jaime por aburrimiento sacaba un cuaderno y se ponía a hacer deberes en una mesa.

      Esa tarde, ningún cliente más en la barra.

-         Llegó Claudio y su voz asustó a todos-

Claudio.- ¡que pasa! ¿Hay alguien en esta casa?

Raúl.- joder Claudio, que susto me has dado, casi se me cae la taza al suelo

Claudio.- si es que parece que estáis muertos.

          Esto qué es, un bar o una iglesia   ¿dónde están las señoras?

Ernesto.- en la cocina

Claudio.- ¡a ver esas cocineras! Que saquen una tapa rica

Patricia.- ¡cómo me hagas salir!

Claudio.- vamos, un par de cañas que están tardando

Laura.- buenas tardes, muy guerrero vienes hoy

Claudio.- con esas manos no se te ocurra tocarme

Laura.- muy bien dos cañas ¿Y mi vino?

Claudio.- usted perdone, vamos Raúl date brío que te duermes.    Patri, estoy esperando la tapa

Patricia.- ya estoy aquí, a ver, qué quieres de tapa

Claudio.- lo que tú quieras mi reina

Patricia.- es que si me lo pides así…

Raúl.- este ha pasado hoy por un par de bares antes de venir

Claudio.- bien sabes tú que no

Jaime.- acabé

Claudio.- ya era hora de que saludases tú también

Jaime.- si ya te he visto

Claudio.- pues aún no lo parece

Jaime.- vale, buenas tardes

Patricia.- mira cascarrabias, acabo de hacer un tomate aliñado y empanado que te vas a chupar los dedos.

Claudio.-  te das cuenta Raúl, esto sí es tratar bien a los clientes

Raúl.- no, si tiene guasa hoy la cosa

Claudio.- pero esto es mucho

Laura.-oye majo, que es para nosotros también

Claudio.- que decepción, yo que me creía que lo había hecho solo por mí

Patricia.- anda, calla y mira a ver si te gusta

Claudio.- y a ti que te pasa

Ernesto.- quién ¿a mí?

Claudio.- no, a mi tía la del pueblo.    Tu sí que estás hoy empanao, vamos coño, que yo no te lo voy a masticar

Ernesto.- ya voy pesado

 

-         Por fin, comenzó a volver la cosa a la normalidad; hoy todos en la barra, dos por dentro y cuatro por fuera degustando aquella delicia y hablando de todo y de nada al mismo tiempo.

Claudio.- no os lo había dicho, a partir del jueves me cojo una semana de vacaciones, no voy nunca a ningún sitio, pero bueno, no las voy a perder

Raúl.- pues aprovecha y haz algún viaje

Claudio.- no me gusta, prefiero estar en casa

Patricia.- pues ya yo tengo unas ganas de que a este de por cerrar el bar una semana, llevamos un montón de años día tras día a pie del cañón sin saber lo que es salir de aquí

Claudio.- además aquí no hay días de descanso

Patricia.- habrá que esperar a que se jubile, si no nos hemos muerto antes

Raúl.- te prometo que este verano cerramos una semana

Patricia.- ¡eh! apuntarlo, estáis de testigos, que luego a la hora de la verdad dice que lo he soñado

Laura.- muy bien y hacemos que coincida con nuestras vacaciones y nos vamos todos juntos al fin del mundo

Ernesto.- algo lejos me parece a mí eso

Laura.- tú cállate ¿Cuánto hace que no vamos a ningún sitio?

Jaime.- yo quiero que vayamos a la playa

Ernesto.- te das cuenta como es mejor estar callado

Claudio.- mira tú, así tal vez sí que me animaba yo a ir con vosotros

Ernesto.- por cierto, para que no te aburras ¿podrías hacer una cosa?

Claudio.- tú dirás

Ernesto.- En esta semana te vas a ver tiendas de coches de segunda mano a ver cómo están de precio y en qué estado.     A ver si me encuentras algo bueno, bonito y barato.

Raúl.- pero… en serio vas a comprar un coche, esto es lo último que me esperaba de ti

Claudio.- bueno, no te preocupes que yo te lo miro

Ernesto.- no me voy a comprar un coche, pero se lo va a comprar mi señora

Patricia.- ¡ole! Así se habla;    vete aprendiendo

Raúl.- pero si nuestro coche está a tu nombre

Patricia.- ya, pero a mí no me gusta conducir

Ernesto.- bueno pues quedamos en que miras algo que merezca la pena y luego ya lo pensamos con lo que encuentres

Claudio.- déjalo de mi mano, que busco debajo de las piedras;    ya sé lo que hacer todas las tardes antes de pasar por aquí a rematar la jornada

Laura.- vamos para casa, que mañana hay que estar allí a primera hora y sin desayunar

Patricia.- que se dé bien la cosa

Raúl.- venga valiente y no des mucha guerra

Ernesto.- si se porta muy bien

Claudio.- cuando salga paso por cafetería y os espero a desayunar mientras suben los análisis que tardan un rato largo

Laura.- pues nada, hasta mañana.

-         Claudio se quedó un poco más hablando con ellos en el bar.

-         Los tres se fueron paseando a casa sin darse cuenta que habían quedado la compra en la cocina de Patri olvidada.

Laura.- ¿y cómo te da ahora por decirle a Claudio que te mire un coche?

Jaime.- pero un coche chulo

Laura.- ¿no lo puedes mirar tú?      Que ganas de buscarle complicaciones al hombre

Ernesto.- déjame que se lo que hago, que es para que no se aburra

Laura.- yo no sé en qué estás pensando;   últimamente te dan unas tonterías

Ernesto.- que te digo yo que es lo mejor

Jaime.- pero al final compramos el coche o no

Laura.- y yo que sé, no ves que no hay quien entienda a tu padre

-         Nada más entrar en el portal, se da cuenta el niño.

Jaime.- mamá y la bolsa

Laura.- qué bolsa

Jaime.- la de la carne picada

Laura.- anda coño, Ernesto tira corriendo al bar que me la he dejado en la cocina;  está allí en el suelo al lado del congelador

Ernesto.- luego soy yo el que está en las nubes

Laura.- vamos corre

-         A medio camino se cruza con Claudio que va para el hospital

Claudio.- ¿pero dónde vas? ¿Pasa algo?

Ernesto.- no nada, que se ha dejado en el bar Laura la compra
Claudio.- pues date, que estaban recogiendo

-         Patri ya está fuera y Raúl está empezando a apagar las luces

Ernesto.- ¡Patri! Dile que espere, que se ha dejado Laura la compra en la cocina

Patricia.- espera Raúl, que viene corriendo Ernesto a no sé qué de la cocina

Ernesto.- bufff…    Creía que no llegaba, mira a ver en la cocina cerca del congelador que se ha dejado Laura una bolsa

Patricia.- madre mía, cómo están las cabezas, anda, qué voy a ver

Raúl.- ¿y eso de decirle a Claudio que te mire un coche?

Ernesto.- es algo difícil de explicar, pero todo tiene su explicación
Raúl.- ¿pero tú quieres un coche que yo se que está de maravilla?

Ernesto.- que no, que no quiero ningún coche

Raúl.-  pues sí, ya veo que tiene explicación

Patricia.- Toma la bolsa y marcha para casa

Ernesto.- hasta mañana

Patricia.- y a ver si hacemos más ejercicio;   que no me aguantas una carrera

Raúl.- últimamente piensa unas tonterías;  le pregunto ahora que si quiere un coche, porque el de la relojería lo vende de segunda y está nuevo.      Va y me dice que no, que él no quiere ningún coche, pero que todo tiene una explicación

Patricia.- pues la tendrá, que te voy a decir yo

Raúl.- vámonos a dormir, que a estas horas es lo mejor que podemos hacer.

 

 

 


 

 

 

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