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jueves, 2 de febrero de 2023

Gorras en el armario 007


 

                Se levantaron como siempre, cuando el maldito despertador se ponía a bailar vibrando sobre el cristal de la mesita de noche.

  Lo típico: el aseo, el desayuno, la ropa limpia y las voces desde la cocina llamando a Jaime para que se despegase de las sábanas.

 

        -Jaime llega a la cocina con los ojos aún cerrados-

Ernesto.- un día de estos te estontonas contra el marco de la puerta

Laura.- ya se sabe el camino de todos los días

Ernesto.- hasta el día que se de

Laura.- vete primero a lavar la cara y vienes a desayunar

Jaime.- pero para qué tan pronto, si hasta las doce

Ernesto.- bueno pues vamos tranquilos, dando un paseo

Laura.- debíamos de pasar por el bar a ver a Raúl y Patri, que les extrañará que ayer no pasásemos

Jaime.- vale, pues yo desayuno en el bar

Laura.- tú desayunas aquí y punto

Jaime.- siempre tiene que ser lo que ella diga

Laura.- porque soy tu madre

Jaime.- acabas de inventar la pólvora maja

Ernesto.- vamos, deja de protestar y siéntate

Jaime.- estáis en las nubes.  Que hoy no puedo comer nada, que tengo análisis

Ernesto.- tienes razón, menos mal a ti, porque tu madre no sé donde tendrá la cabeza

Laura.- habló Blas, el listo

Jaime.- pues me visto y vamos al bar.

 

-         Nada más entrar por la puerta-

Raúl.- aparecieron ¿todo está bien?

Ernesto.- sí, ayer estuvimos de campo

Raúl.- y este ¿no tiene cole?

Ernesto.- vamos otra vez de análisis a ver que sale

Patricia.- Laura, pasa a la cocina que te tengo que contar una cosa y estoy con las manos en la masa

Laura.- ¿Qué me tienes que contar?

Patricia.- no, que me tienes que contar tú a mí

Laura.- pues no sabemos nada, hoy otra vez análisis a ver que sale

Patricia.- estamos aquí para lo que necesitéis, estos días la cara que tenéis…     no me gusta nada y somos amigas para lo bueno y para lo malo

-Laura se arrincona cabizbaja junto a la nevera-

Patricia.- pero que pasa

Laura.- leucemia, casi nos lo han asegurado, ahora hay que saber de qué tipo es

         -Patri se agarra fuerte a la espumadera que tiene en la mano reprimiendo el deseo de salir y abrazarlo;    va a romper a llorar y no quiere que el niño lo pase mal.-

            -Laura se acerca a ella, para fundirse en un abrazo desconsolado-

Raúl.- qué, ¿os estáis confesando?

Patricia.- ¡estamos haciendo lo que nos dé la gana!

Laura.- luego se lo dices tú a Raúl

Patricia.- oye, que estamos para lo que os haga falta y si hay que llevarlo a algún sitio, sabes, nosotros tenemos un dinerillo ahorrado que no es mucho, pero ahí está

Laura.- que no, que seguro que es poca cosa, le pondrán un tratamiento y a esperar

         -Las dos respiran profundo varias veces y salen de la cocina-

Raúl.- mucho teníais que hablar

Patricia.- ¡que te calles!

-Enseguida se va a hablar con Jaime-

Patricia.- ¿has desayunado bien?

Jaime.- otra, que hoy no puedo desayunar

Patricia.- ven vamos detrás de la barra a ver que le encontramos a Raúl de eso que él siempre tiene escondido, pero para después

 

-En ese momento entra al bar Claudio-

Raúl.- ya te había puesto falta esta mañana

Claudio.- tenía que arreglar un asunto y por eso vengo más tarde

Ernesto.- o sea que ahora cada mañana pasas por aquí

Claudio.- la semana que me toca de noche (que son casi todas porque yo lo prefiero) pues al salir, paso por aquí, desayuno y ya me voy a la cama con la barriga llena.

Raúl.- como tienen que ser

Claudio.- y el pequeño en el cole

Ernesto.- no, ahí está escondido tras la barra rebuscando alguna chuchería

Claudio.- y que tal

Ernesto.- hoy otra vez análisis

Claudio.- si te hace falta algo del hospital me lo dices que aquí hay veces que dan cita cuando quieren

Ernesto.- no, por ahora va la cosa rápido

  -Patri y Jaime salen de detrás de la barra con las manos llenas de pastelitos y se van a sentar a la mesa con Laura-

Raúl.- me dejáis sin existencias

Patricia.- no hagas caso, que es un gruñón

Jaime.- me puedo llevar uno para después de los análisis

Patricia.- pues claro, o dos

Laura.- no, solo uno que si no luego no come

Patricia.- pero que pelo más bonito tienes

     -Laura vuelve la cara y cierra los ojos con fuerza-

Patricia.- perdona Laura, ni cuenta

Jaime.- por qué lloras mamá

Laura.- esta que es tonta y dice unas cosas…

Ernesto.- qué, ¿vamos caminando?

Claudio.- cobra lo mío y lo que tengan ellos

    -salen los cuatro del bar y se paran en la esquina-

Claudio.- ¿cómo va la cosa?

Laura.-  a ver que sale hoy

Claudio.- las cosas de palacio van despacio

Laura.- yo ya no sé, si despacio o deprisa

Claudio.- ya vi en el volante que era la cita para el doctor Hernández, podéis estar bien tranquilos, una eminencia para lo joven que es

Laura.- sí y además muy agradable

Claudio.- y Ester, está siempre pendiente de no pasar por alto una cita

         -Ernesto está aparte con Jaime viendo el pastelito que le ha regalado Patri para después-

Jaime.- qué, ¿vamos?

Ernesto.- que están hablando

Laura.- ¡ya voy!

Claudio.- ya saben, en lo que pueda ayudar.

Laura.- gracias.

 

             Esa tarde después de comer toca ir al cole.

  Laura, se acercará hasta la oficina para dejar colocados algunos expedientes que quedaron sobre la mesa días antes y Ernesto ira a la tienda para faltar las menos horas posibles.

     Al salir del cole Laura lo espera apoyada en el árbol de siempre con una revista de esas que habla de las vidas de otros;    la mejor forma de no pensar en la suya.

      Las dos niñas sentadas junto a Jaime, embelesadas escuchan el porqué de la falta al cole; las enfermeras eran muy majas y él es muy valiente, no le ha dolido nada el pinchazo.

 

     Al momento la abuela de Inma se acerca con desaire a por su nieta.

          Jaime queda hablando solo con Adry, explicándole, que ahora por la tarde tiene que correr  y hacer ejercicio alrededor del parque, que se lo ha dicho el doctor.

 

Adry.- ¿y por qué no corremos juntos?

Jaime.- tú, ¿correrías con migo?

Adry.- pues claro

Jaime.- mira mamá, vamos a dar una vuelta corriendo al parque Adry y yo, ¿te parece bien?

Laura.- muy bien, una  o dos, pero por la acera sin salir a la carretera

Adry.- ¡abuelo!, que me voy a dar una vuelta al parque con Jaime corriendo

Abuelo.- mucho cuidado, por la acera.

Laura.- no se preocupe que yo nos los pierdo de vista

Abuelo.- gracias, la mía ya no da para tanto.

 

     Corren y corren, Inma los mira con envidia, pero a ella no le dejan.  Habrá que esperar unos días a que le pase la bobada a la mandona y todo vuelva a la normalidad.

 

 


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