El lunes por la tarde junto con
sus amigas, les contaba que al día siguiente otra vez faltaría a clase porque
ya empezaba el tratamiento. Solo ellas
en todo el colegio sabían lo que tenia y lo tenían bien callado para evitar
burlas de los demás; que no empezasen a decir que por eso nunca jugaba con los
demás a juegos de chicos.
Inma.- pero ya verás como todo va a salir bien
Jaime.- no, si no tengo miedo
Adry.- ¿ni un poquito?
Jaime.- bueno, la verdad es que
bastante
Inma.- pues ahora en vez de dos
vueltas corriendo, vamos a tener que empezar a dar tres
Jaime.- calla, que me dijo el
doctor Jesús, que voy a tener que ir al gimnasio
Inma.- hala que guay, yo quería
ir a uno que han puesto cerca de mi casa pero mi madre y mi abuela dicen que
eso es de chicos
Adry.- pues vaya tontería
Jaime.- tu abuela, de todas
formas, es más rara
Adry.- ¿y tu abuela como es de
rara?
Jaime.- no sé yo, puede ser que
más
Adry.- mi abuela era muy buena,
siempre estaba sentada en una butaca con ruedas leyendo libros y me gustaba
sentarme en el suelo a oírla leer en voz alta
Inma.- ¿hace mucho?
Adry.- sí, yo era pequeña, pero
cuando cierro los ojos por la noche en la cama, aún puedo oír su voz
Jaime.- mirar, esto es un secreto
entre mi abuelo Pedro y yo, pero vosotras lo podéis saber. Es
una piedra que él cogió de pequeño en el río y la ha llevado en el bolsillo
hasta anteayer que me la dio para que me de suerte
Adry.- ¿pero eso puede ser?
Inma.- claro, es un amuleto;
guárdala bien y te traerá mucha suerte, seguro
Adry.- a mí también me gustará
tener algo de mi abuela
Inma.- bueno tienes a tu abuelo
y es muy majo
Jaime.- ¿sabéis de lo que más
tengo miedo?
Inma.- ¿de qué?
Jaime.- de qué cuando se enteren
de mi enfermedad, no os dejen jugar conmigo
Adry.- tú eres tonto, eso no va
a pasar, es más hoy se lo voy a decir a mi abuelo para que veas que no pasa
nada
Jaime.- no, no le digas nada aún
Inma.- mi abuela, no sé yo, pero
mira, se ponga como se ponga no nos va a separar a los tres, seguiremos las dos
a tú lado siempre
Jaime.- y… si se me cae el pelo,
no os va a dar vergüenza estar conmigo
Inma.- tú eres tonto ¿por qué se
te va a caer?
Jaime.- porque puede pasar y lo
más seguro…
Adry.- pues vaya tontería ¿y si mañana
me rompo yo una pierna?
Inma.- pues nos toca llevarte en
brazos, ja, ja, ja,
Jaime.- jolín, no es para reírse,
no es lo mismo
Inma.- pues yo creo que eso
tampoco no es tan grave, lo más importante es que te cures y el pelo ya crecerá
Adry.- también te podemos
regalar una gorra
Inma.- le decimos a tu abuelo
que nos deje la boina
Adry.- pues también ¿se la pido a ver cómo te queda?
Jaime.- mira que te deje a ti la
cachaba cuando te partas la pierna
Inma.- mira ya estáis arreglados
los dos
-Laura los mira desde el árbol pendiente de su conversación y se ríe de
la inocencia que los invade-
Laura.- vamos que ya es hora de
empezar a dar vueltas corriendo
Adry.- hoy vamos a dar tres
Inma.- o cuatro
Laura.- ¿no van a ser muchas?
Jaime.- bueno tres
Laura.- vamos, pero como las
liebres, que hay tardes qué vais a paso de tortuga
Inma.- pues corremos mucho
Laura.- a que me pongo yo y os
gano
Adry.- a ver valiente
Laura.- os vais a enterar
Jaime.- que no mamá, tú sigue
leyendo
-Tras tres vueltas ya están cansados-
Inma.- no puedo más
Jaime.- yo creo que nos teníamos
que sentar ya
Adry.- yo creía que no llegaba
Laura.- qué ¿y la cuarta? La dejamos para mañana
Inma.- es que el parque es muy
grande
Adry.- me pesa todo el cuerpo,
tengo que sentarme ¡ya!
-
Los abuelos y abuelas ya empezaban a reclamar la presencia de todos
para marchar a casa-
Laura.- levantar del suelo que ya
os tenéis que ir
Adry.- ¿me dejas que te de un
beso para darte suerte?
Inma.- y yo también
Jaime.- bueno
-
Las dos se abrazaron a él, besando cada una en una mejilla. Jaime quieto, todo colorado-
Jaime.- muchas gracias amigas
Inma.- hasta mañana
Adry.- por la tarde al salir nos
vemos aquí ¿vale?
Laura.- tranquilas, que aquí
estará, adiós pequeñas
Jaime.- hasta mañana
-
Laura tenía que ir a hacer unas compras antes de que cerrasen. Quería
hacer para comer unos filetes rusos; así
los pondría con ajo y perejil por la noche, para al día siguiente a la hora de
comer solo tener que pasarlos por la sartén. No sabía cuánto iban a tardar en
el hospital.
-
Hoy los deberes puede que quedasen sin hacer, no tenía ninguna gana de
sacar los cuadernos y los libros, estaba agotada y no había hecho nada.
Jaime.- mamá ¿y si vamos hasta la
tienda a ver a papá?
Laura.- pues mira sí y lo esperamos
a que salga y así ya venimos juntos
-
Se escondieron a un lado de la puerta y tiraron una moneda al suelo
dentro de la tienda. Cuando salió Ernesto para ver que había sido ese ruido:
Jaime.- ¡sorpresa!
Ernesto.- ¿pero qué hacéis aquí?
Laura.- a esperarte
Ramón.- pero que sorpresa ver a
esta gente por aquí
Laura.- ya ve, hoy hemos venido a
buscarlo
Ramón.- recoge lo que veas por
ahí e iros de paseo los tres esta tarde
Ernesto.- me queda el colocar
cuatro cosas que llegaron esta mañana y cómo ha habido gente, pues quedó para
más tarde
Ramón.- pequeño, vete a ayudar a
tu padre y tú Laura entra a sentarte a mi despacho
Laura.- si da igual, espero aquí
en la puerta
Ramón.- que te he dicho que
entres
-
Entraron al despacho y el jefe cerró la puerta-
Ramón.- ¿Te apetece un café?
Tengo aquí esta cafetera siempre caliente, yo es el único vicio que tengo
Laura.- no gracias, que luego no
duermo
Ramón.- ¿cómo va lo del chaval?
Ya me ha dicho que mañana no viene que empieza con la quimio
Laura.- pues va, que quiere que le
diga, es un trago que uno no sabe como digerirlo
Ramón.- mi hermano también pasó
por ella y se pasa mal, para que te voy a engañar, pero mira por suerte lo
cogieron a tiempo y lo sigue contando
Laura.- sí, lo importante es
contarlo, hay algunos que no lo cuentan
Ramón.- pero bueno, esto se ha
descubierto muy pronto y en un tiempo pues a seguir con todo como si casi no
hubiese pasado
Laura.- intentaremos que falte al
trabajo los menos días posibles, por lo menos lo van a tratar aquí y evitaremos
ir de viaje cada cuatro días
Ramón.- que falte los días que
tenga que faltar, que son muchos años lo que lleva con nosotros.
Todavía me acuerdo el día
que entró a pedir trabajo, aún no erais ni novios. Le dije que doblase una
camisa y se me quedó mirando sin mover ni una mano, luego se dio la vuelta y antes de llegar a la
puerta, no sé, me hizo tanta gracia que le dije que volviese y estuve con él
dos horas hasta que fue capaz de doblarla malamente.
Laura.- quién le iba a decir a él
que este sería su trabajo tantos años
Ramón.- yo también pensaba que al
poco tiempo se iría, antes era así, la gente no quería estar detrás de un
mostrador aguantando a los clientes. Y hay que aguantar mucho algunas veces
Laura.- ya ve como son las cosas,
el mundo da tantas vueltas, que nunca se sabe
Ramón.- hay jefes que no saben
valorar a la gente que siempre está al pie del cañón, pero te aseguro que ese
no es mi caso, no digo que sea como un hijo, te mentiría, pero sí que le tengo
mucho aprecio
Laura.- no se preocupe que
faltará lo menos posible
Ramón.- eso no hace falta que me
lo jures, ya lo sé yo.
Jaime.- ¡mamá! Que ya
Laura.- ya voy
- salieron del despacho para encontrarse con Ernesto-
Ramón.- feliz paseo pareja y
media
Ernesto.- hasta mañana
Ramón.- mañana no te quiero ver
en todo el día
Laura.- muchas gracias
Jaime.- adiós D. Ramón
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