Nada más llegar a casa, lo primera intención
es comer algo y después que se acostase para que descansase.
El doctor les ha avisado que se
encontraría bastante cansado pero que no se preocupen, la primera dosis ha sido
nada, flojita, pero el cuerpo hará su reacción.
Jaime se encuentra bien, está muy contento
viendo que no le han hecho daño y en su interior piensa:
.- pues no era para tanto
Laura.- ¿qué tal estás?
Jaime.- yo bien
Ernesto.- ahora comemos y te
acuestas
Jaime.- estoy bien; por qué no
vamos a ver a Raúl y a Patri, seguro que están deseando verme
Laura.- yo creo que estás mejor
en casa, pero si tú te atreves
Jaime.- vamos y así me da el aire
Ernesto.- a ver si la liamos
Laura.- vamos, que está aquí al
lado
Los tres van tan contentos a
ver a sus amigos.
Entran en el bar y aquello es un alboroto de
alegría, pero al momento Jaime se empieza a encontrar mal.
Jaime.- Papá, creo que no me
encuentro bien
Ernesto.- es que sois muy
cabezones, nos teníamos que haber quedado en casa
Laura.- ¿pero te mareas? ¿Quieres que te llevemos al hospital?
Jaime.- que no mamá, que me duele
todo el cuerpo
Ernesto.- si es que eso es normal,
vamos para casa y te acuestas; vamos
que te llevo yo a caballito
Jaime.- que no, qué vergüenza,
vamos andando despacio
Patricia.- Raúl; vete a por el coche
Laura.- dejaros de tonterías, que
en lo que vas y vuelves ya estamos en casa
Ernesto.- vamos, ya os diré cómo va
la cosa
Raúl.- cualquier cosa, llamas
Laura.- tranquilidad, ahora que
descanse que es lo que tiene que hacer; la culpa es mía por no querer ver las cosas
como son
Patricia.- nadie es culpable, habéis venido, os hemos visto y punto.
Llegan a casa, Jaime se va directo
a la cama y se mete dentro vestido; siente escalofríos y le llega el dolor
hasta la punta de los dedos.
Laura.- vamos ponte el pijama y a
descansar
Ernesto.- tienes mala cara, pero
estate tranquilo que ahora te damos un paracetamol
Jaime.- es raro, como si tuviese gripe, me duele todo
Ernesto.- hay mi gigante valiente,
que se nos ha quedado en nada
Laura.- no te rías del niño que
está mal
Ernesto.- si no me río de él, pero
mejor eso que ponerme a llorar
Laura.- marcha de aquí y deja de
decir bobadas
Jaime.- ¿te puedo pedir una cosa?
Laura.- pues claro, que quieres ¿que
me quede aquí contigo?
Jaime.- no. Que vayas a la salida del cole y les digas a
Inma y Adry que estoy bien y que no se preocupen
Laura.- no te preocupes que yo se
lo digo cuando salgan, voy al parque y les cuento que te has portado muy bien.
Jaime.- vale mamá
Ernesto.- tómate este paracetamol
que te vendrá bien y descansa, verás cómo mañana estás mejor.
Laura.- yo me quedo con él un
rato, tú vete a ver la tele al comedor
Ernesto.- vamos que molesto
Laura.- ¿eres tonto? Que quiero
yo estar aquí un rato
Jaime.- un beso papá
Ernesto.- claro que sí, uno y todos
los que quieras; venga a descansar
A las cinco Laura sale a
cumplir con el encargo que le ha hecho para sus amigas, mientras Ernesto queda
como un pasmarote en el pasillo con los oídos bien pendientes por si se queja
Jaime. Hace un momento se ha quedado ya
dormido.
-Cuando vuelve Laura, todo
está en silencio sepulcral.
La puerta de la
habitación entreabierta y las luces apagadas-
Laura.- ¿Qué tal?
Ernesto.- parece que está mejor, al
menos duerme.
Laura.- qué guapo, hazle una foto
así dormidito con esos tirabuzones rubios sobre la almohada.
Ernesto.- ya le he hecho varias,
jolín que putada, dentro de poco nos pasaremos un tiempo sin verlo así.
Laura.- pero a las niñas se les
veía bien contentas con su sombrero
Ernesto.- y los niños estaban
chulos con la gorra
Laura.- ellos son más
inteligentes que nosotros y con Paula están muy bien, esa señora es un cielo
Ernesto.- bueno todos, porque la
verdad es que son majísimos
Laura.- vamos a sentarnos a la
cocina para estar más cómodos y nos tomamos un café que si hace algún ruido lo
oímos.
-No se han terminado de sentar
cuando suena el timbre-
Ernesto.- qué raro ¿quién será a
esta hora?
Virtudes.- buenas tardes ¿se acuerda
de mí?
Ernesto.- sí claro
Virtudes.- este es Andrés ¿podríamos
hablar ahora con ustedes un momento?
Ernesto.- pasar a la cocina que
está mi mujer, ahora es que está Jaime dormido
Laura.- buenas tardes ¿les
apetece un café?
Virtudes.- pues sí; mira estos son los padres de Jaime “el niño
nuevo” Ernesto y Laura y este es Andrés el profesor que se dedica a pasar de
casa en casa como apoyo a los estudios de los pacientes en edad escolar
Laura.- encantada de conocerle; pero sentaros, es que a Jaime le dolía todo
el cuerpo y lo tenemos dormido
Andrés.- tengo que apuntar vuestro
teléfono y vosotros apuntar el mío. Yo suelo pasar por cada casa una hora tres
veces a la semana, a la hora que prefieran y así apoyar en los estudios a estos
pequeños. Hay muchos que faltan bastante al colegio y si
ese fuera el caso ya se incrementa el horario bien por la mañana o por la tarde
alternando días entre Virtudes y yo.
Laura.- Jaime dice que quiere
seguir yendo a la escuela, así que tendría que ser a partir de las seis que es
cuando él hace los deberes
Virtudes.- a mí me parece estupendo, pero el cansancio a
veces supera las ganas y las miradas de los compañeros no ayudan mucho.
Laura.- Jaime nunca fue de muchos
amigos y sus amigas lo apoyan incondicionalmente.
Andrés.- demos el tiempo al
tiempo, yo si les parece bien pasaré los martes y jueves a las seis para así ir
haciendo amistad con él y ayudarle con los deberes; después, más adelante Dios dirá.
Ernesto.- perfecto, yo sé que toda
ayuda va a ser buena
Virtudes.- pues en eso quedamos; ya los veo yo dentro de
tres semanas en el hospital, que si quieren dejarlo allí conmigo no se va a
aburrir.
Laura.- muchas gracias por venir
y aquí estamos para si necesitan algo.
-Otra vez solos en la cocina,
hablando con sus miradas, en silencio, con el oído puesto en la respiración de
su pequeño-.
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