Esta noche estoy desconocido, son las seis de la madrugada y aún no he sido capaz de conciliar el sueño; no estoy nervioso, ni nada parecido, únicamente me encuentro más despierto que incluso cualquier día.
Puede ser que algo esté pasando en este momento, en algún sitio del universo, ya que Raquel también se acaba de dormir, estaba tensa, le dolía algo, o quizás tampoco se podía dormir y eso le ha hecho ponerse nerviosa, no sé, tonterías que se me pasan por la cabeza; yo he preguntado y no he recibido respuesta, como es normal.
Me he levantado, ahora estoy frente al ordenador, es una manera como otra cualquiera de que el tiempo pase más rápido y así el aburrimiento de estar despierto mirando al techo, no se me haga eterno e insoportable. Aprovecharé para pensar y escribir sobre algo que tengo pendiente.
Normalmente, cuando alguien me hace alguna pregunta o sugerencia, la escucho, la proceso un momento y la guardo en mi cabeza como borrador. Al cabo de unos días, la analizo y pienso en ella, al no tener clara la respuesta, me pongo una serie de ejemplos, los comparo entre si y escenifico un término medio, entre los más aceptables.
Hace unos días mi hermano Ferdinando, me planteó que adaptase mi manera de escribir y editar el blog dependiendo de quien fuera el lector al que creía, debería ir dirigido.
Las preguntas que me hice en su momento:
*¿Quién va a leer este blog?
*¿Qué quiero publicar en él?
*¿Que pretendo conseguir?
En un principio, debía de ser un blog anónimo, utilizarlo como un almacén en la red, donde guardar momentos, opiniones, historias, verdades y ficciones, a los que pudiera acceder cualquiera, pero solo unos pocos, supieran quien era el autor.
Pronto me di cuenta, que me había equivocado en el enfoque primario, pensé en crear otro y dejar este en el olvido, pero no quería excluir a todos, por lo que quité el acceso directo desde otros blog, logrando así que solo entrase, aquel que se había preocupado de guardar mi dirección en favoritos.
A partir de ese momento bajaron considerablemente las entradas, pensé en rebajarlas aún más, restringiendo el acceso solo a seguidores, pero no me pareció lo idóneo en ese momento, de todas formas me gustaría que todo el que entré y lo crea conveniente, se adjunte como miembro, por si un día me da la bobada.
Para hacer participes de mis escritos a gente que realmente les pudiesen interesar, o personas que me gustaría lo leyesen (cada cual puede hacer luego lo que le venga en gana); cada vez que publico algo, lo comparto en Facebook y Twitter, sitios en los que tampoco acepto como amigos a todo perro pichichi.
Al final resulta que escribo, para mi familia y amigos, a modo de diario, una manera de compartir colectivamente en la distancia, verdades maquilladas y ficciones que no dejar de tener algo de veracidad.
Sé que con estas: opiniones, historias, relatos para mi familia, etc. conseguiré, o así lo pretendo, que la gente que me importa, vaya conociéndome un poquito más cada día, que pueda reírse de lo tonto que estoy en ciertos momentos y que se sientan recordados en algunas de mis palabras, porque la distancia, no me hace olvidarme de ellos.
Tal vez, cuando pasen los años, los que ahora no tienen ganas de perder su tiempo leyendo lo que escribo (entre los que cuento a mi hija) debido a su juventud, se pregunten quien era aquel personaje del que oían hablar en su casa y del que les gustaría conocer alguna cosa más. Incluso yo, podré recordar los momentos en que escribí aquella pequeña gran melodía, o aquellas letras, para algún ser querido.
*¿Qué formato y lenguaje utilizar? Ese sí que es un problema, he de reconocer que siempre he sido y soy, un poco (demasiado) perro a la hora de leer algo más allá de un par de folios, salvo excepciones puntuales que ni yo logro explicarme, debido a lo cual, no me planteo hacer ningún relato largo, o me perdería a medio camino.
Es verdad que me gustaría escribir una novela, componer una obra de concierto, conducir un camión de esos americanos de morro largo y tener un cuerpazo divino de la muerte, pero al final, me conformo con ser como soy y mis limitaciones. Soy un tipo normal, con problemas, preocupaciones, fantasías, obligaciones, errores y algún que otro acierto, aunque estos vayan emparejados a alguna casualidad, (en ese momento sonó la flauta), un ser como tantos otros, que quieren dejar algo a los demás, pero no poseen nada, excepto cosas que contar y muchas de ellas sin ningún interés.
Así que ya sabéis. Cuando no tengáis otra cosa que hacer, podéis poneros a lavarle la cabeza a un burro, perderéis: agua tiempo y jabón. Pero seguro que al final, me conoceréis un poquito más y si hay algo que no entendéis, no debéis preocuparos, seguro que no sois los únicos; hay veces que no me entiendo ni yo.
Ahora pensad un momento: ¿que habéis perdido por leer esto?
Yo sé, que solo con pensar, ya habéis ganado algo, aunque no sepa deciros que.
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