Subiendo por la escalera
donde se
encarama el marco
de la
puerta que está abierta,
dejando
ver las estrellas,
estrellas
que se amontonan
en el
firmamento negro.
La luna blanca enfadada
entre las
nubes furiosas
va corriendo
a tropezones.
Agua cargada de rabia
deja fluir
su tristeza
escapando
a borbotones,
formando
un río de angustia
que cubre
los escalones.
Escalera sin peldaños,
paredes
sin pasamanos.
La ceguera el argumento,
el limbo
único destino.
La soledad compañera
que te
abraza en el camino,
y tras
la puerta, la nada,
la nada, llamada olvido.
¡Qué fuerte!
ResponderEliminarEstremecedor poema. America Santiago.
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