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viernes, 10 de enero de 2014

Angélica-2.- Inocentada de mal gusto


      Al tercer día despertó. Entreabrió los parpados llegando a sus pupilas, una luz clara e intensa.  Volvió a cerrarlos reconfortada, el infierno había acabado, solo tenía que esperar a que llegase el  momento y dirigirse hacia la luz.
   En un movimiento espontaneo, involuntario, su cuerpo se sintió preso. Volvió a abrir los ojos. Estaba atada de pies y manos a las barandillas de la cama.de su garganta brotó un grito desgarrador.
.-AaaaH.  Mierda.
     Un agente de uniforme entró en la habitación.
       .-tranquila, estás en el hospital, ¿pero qué has hecho?
.-desáteme
       .-no puedo, es el protocolo a seguir después de un intento de suicidio
     Su cuerpo empezó a votar sobre el colchón intentando despojarse de sus ataduras
       .-o te estás quieta o llamo a la enfermera y te deja grogui. Elije, hablamos tranquilamente o acabo con la tontería en un momento.
.- ¿mis padres?
       .-aquí no ha venido nadie. Si no se presentan tus padres, se está valorando el quitarles la custodia. Plantéate el pasar aquí las navidades, hasta que el juez decida.
.- ¿pero nadie ha preguntado por mi?
       .-bueno si, unas chicas de tu edad, cutres, de estas pandilleras, pero estabas dormida
.-son mis amigas
        .-bueno, voy a avisar de que te has despertado
       Se fue cuchicheando: .-con esas compañías, luego pasan cosas, demasiado poco pasa.
    Un ratito y llegó la enfermera.
       .-hola Angélica, vamos a ver, te voy a desatar los pies y las manos para que estés más cómoda, preo espero que lo pienses, si haces el mínimo intento de  autolesionarte, tu situación de comodidad, agravará considerablemente
.-te prometo que no, de verdad, pero desátame por favor.
       .-ahora te vas a dar una ducha calentita antes de comer algo ¿tendrás hambre?
.-tampoco mucha
      .-vamos a la ducha, que voy a pedir la merienda. ¿Te apetece un café con leche y galletas y luego un yogur?
.-sí, está bien
    La puerta del baño debía permanecer entreabierta, por seguridad
       .- ¿pero cómo se te ha ocurrido hacer esta bobada?
.-ya ve, desesperación, impotencia
       .-  pero  con lo guapa que eres, ese mal de amores
.-no, ojalá, son cosas familiares, me querían mandar con una familia de acogida
     La enfermera quedó callada, inmóvil, vaya metedura de pata.
    Como era natural, salió de la ducha con las vendas de las muñecas empapadas.
      .-mejor, mientras te suben la merienda te cambio los vendajes y veo que tal llevas los puntos
.- ¿me he hecho mucho?
     .-bastante, ahora lo verás, si ves que te vas a marear, no mires
.-prefiero verlo
      Al quitar la venda de la muñeca derecha, se podían ver, dos cortes profundos y anchos. Los puntos negros como hormigas, intentaban unir la carne desgarrada. En un abrir y cerrar de ojos, cayó al suelo como una bola, tan blanca como la nieve.  Ayudada por el policía, la tumbaron en la cama y con tranquilidad, siguió con su trabajo.
      .-despierta valiente
.-Jo, qué caída más tonta, me he quedado helada. Que mal cuerpo
      .-mira que te avisé
.-pero yo me esperaba unos cortecitos
      .-pues has visto la muñeca derecha, los de la izquierda son más asquerosos
.-calla, calla, que me vuelvo a marear solo de pensarlo, que sudores
       .-ya pasó, lo importante es que estás bien, ya verás como todo tiene solución
.-no sé yo
    .-todo, todo tiene solución, solo depende de ti y de nadie más
.-si fuera tan sencillo
     .-yo no he dicho que sea sencillo, ahora a merendar
     Después de la cena una noche interminable le esperaba en aquella habitación. En el cambio de turno, la policía que entraba de noche, prefirió volverla a atar para pasar una noche despreocupada.
   La puerta abierta, dejaba entrar la claridad de los blancos fluorescentes del pasillo. Su guardián recostada en un sillón a la entrada, entretenía el tiempo guasapeando. 
   Concentrando la mirada en la luz roja de estambay de la televisión, sus ojos iban empapando irremediablemente la funda de la almohada.
.- ¿podría llamar a la enfermera? me estoy haciendo pis
     .-toca el timbre
        La fierecilla despertó en su interior.
.-sí, pues como lo toque con el......
     .-me parece a mí que esta noche alguna niña engreída y contestona, se va a mear en la cama
.-por favor, perdone, podía usted avisar que viniesen
      .-llamaré, pero las tonterías con migo sobran
  Pasaban las horas, nada cambiaba, era como una película en pausa, una imagen congelada en el tiempo.
.-perdone, le importaría darle la vuelta a la almohada, se me está quedando la cara helada
     .-vaya nochecita que me vas a dar
.-por favor si es un momento
     .- que penita me da la llorona, anda levanta la cabeza un momento y ahora a dormir, que ya es hora
.-gracias
      .-de nada
   Al final de tanto fingir que dormía, su mente se evadió de la realidad.  Veinte minutos contados, en los que ni siquiera los sueños se acercaron a interesarse por su estado.
         .- Angélica, despierta. Sujeta bien el termómetro que no se te caiga del sobaco
.- ¿cuando me desatáis?
         .-Ssss. Dentro de un ratito.  Ahora vuelvo

     Por fin llegó la hora, se volvió a cambiar el turno de guardia y con la llegada del desayuno, la despojaron de aquellas tiras de venda que tanta frustración le habían hecho sentir.
  Por suerte, por los pelos. A las once llegaron sus amigas.  Ante la mirada poco agradecida del centinela, entraron y se abalanzaron sobre ella, colmándola de besos.
      .-que susto nos has dado imbécil
.-me salió mal la jugada
      .-te doy un guantazo
.-que ganas tenía de veros. Ah, me tenéis que traer ropa
       .-eso está hecho. Tú, ¿qué tal te encuentras?
.-jodida, la vida es una mierda
       .-no digas eso, estamos nosotras
            .- ¿tienes dinero para la tele?
.- ¿qué voy a tener? creo que me trajeran desnuda
       .-a ver toda la pasta sobre la cama
     Todas empezaron a rebuscar, poniendo todo lo que llevaban encima.
           .-esta tarde te traemos ropa y más dinero
       .-pero no llores boba
.-sois lo más grande y lo único que tengo
    Entró el vigilante con voz seca: .-debéis abandonar la habitación, lo jueza está al llegar.
     .-hasta la tarde
.-os espero
    .-animo guapa
.-adiós, adiós
     Una imagen que le tocaría guardar siempre en su retina.
           Una señora de cuarenta y tantos con cara de sota, abrió la puerta de la habitación.  Tras ella un joven con gesto sumiso.  Pidió traer una mesa y una silla para el joven, cuya misión era tomar nota de las preguntas y respuestas del interrogatorio.
     .-Buenos días Angélica
.-buenos días
     .-soy la titular del juzgado de menores que debe resolver tu expediente.  Pensaba tener unas navidades tranquilas, pero me las estás complicando.  Así que seré rápida.  En estos días, pasarán a verte el equipo de psicólogos para redactar su informe.  Ahora unas preguntas rápidas
.-si tengo que ir con una familia de acogida durante unos meses pues......
    .-eso deberías haberlo pensado antes. Tenías un pequeño expediente de grado dos, pero con el comportamiento en el despacho de la asistente social y la bobada después cometida, tu expediente ahora es de grado ocho y la familia con la que debías pasar un tiempo, se ha desestimado por el grado de riesgo.
.-prometo portarme bien y hacer lo que ustedes me digan
     .-sí, y yo soy caperucita roja, pero se me ha olvidado la cesta. Vamos al grano, que me quedan que hacer cosas esta mañana
    Media hora escasa, bastó para justificar que el trámite se había realizado.  Una vez terminadas las intrascendentes y superficiales preguntas, se entretuvo un momento en releer las respuestas.
     Abrió la puerta y antes de marchar, para sorpresa de todos, miró con gesto déspota fijamente al agente y a las enfermeras que esperaban su salida para entrar a curarla.
       .-a partir de ahora y hasta nueva orden, prohibidas todas las visitas sin autorización expresa del juzgado y cuando digo todas, son todas. Entendido.
     Angélica quedó petrificada, muda, en estado de shock.  Pasó casi un minuto. Ninguno ni pestañeó hasta que tragó saliva y rompió a llorar abrazándose a la almohada.
   Los tres se aproximaron a la cama. Nadie se atrevió a interrumpir su desconsuelo.  Ni una palabra de aliento logró salir de sus labios. En silencio, despacio, con la mirada perdida en ningún sitio y tragándose las lagrimas de la incomprensión, la dejaron sola.  Tan sola que hasta su soledad la abandonó.
    ¿Reír o llorar?  ¿Vivir o morir?  ¿Levantar la voz o doblar las rodillas?   Muy niña para hallar la respuesta.  Demasiado mayor para renunciar a sí misma.   Sin tiempo de madurar para entender como encontrar el término medio.
     Poco a poco, quedó dramáticamente dormida. Cualquier terrible pesadilla, sería más dulce que la amarga realidad.
   La puerta permaneció serrada hasta las cinco de la tarde.
      .-buenas tardes Angélica. Lo primero curarte, luego una buena ducha y a comer, que ya es hora
      Ella seguía abrazada con fuerza a su almohada, en la misma posición que hacia horas.
       .-venga levanta a te muerdo en el culete
.-haz lo que quieras
     .-anda, si me creía que le había comido la lengua el gato
.- estás más tonta (Con una media sonrisa)
    La enfermera se echó sobre ella y empezó a hacerle cosquillas.
.-vale, me has convencido, ya me levanto
     .-más te vale, estira los brazos que vamos a ver como sigue esto
.-hoy prefiero no mirar
      .-esto está pero que muy bien. Mira un momento, ya está casi cerrado
.-vaya cicatrices me van a quedar
      .-bueno, eso no debe importarte. Ahora a la ducha y luego a comer
.-no tengo hambre
    .-pues la haces, una niña tan guapa, tiene que estar bien alimentada
.-te digo que estás boba
     .-ya lo sé y no me importa.  Voy a seguir con la ronda
          Todavía no había terminado el postre cuando:
     .-te traigo un regalo
          En su mano portaba una bolsa, vació el contenido sobre la cama para ver lo que contenía.
      Un pantalón, dos camisetas, unas zapatillas, unas cuantas monedas y un gorro rojo con una borla blanca.
      .-siento que no te lo hayan podido dar en persona
.-no digas nada, pero esa tía puta y amargada, se merece una mierda de navidad. Ojala se intoxiqué con la cena y se esté cagando todo un mes
     .-no es que apruebe tu vocabulario, pero no seré yo quien te quite la razón
       A la media hora volvió a entrar con un maletón negro
     .- chiquilla, otro regalo
      Alguien se había presentado para dejárselo, pensó que le vendría bien en esos momentos tan difíciles.  Era un teclado con el adaptador de corriente y unos cascos.
.-que guay, se ha acordado de mi
     .- ¿Qué es, un amigo?
.-no, bueno si. Un señor que siempre me ha demostrado su aprecio. Es muy majo y siempre nos anda dando guerra y consejos. Él es así con todos, siempre echándonos la bronca como si fuera nuestro padre o peor, pero con amabilidad.
    .- ¿porqué no tocas algo?
.- ¿Qué quieres que toque?
    .-algo tuyo, pero bajito que no se entere nadie. Este va a ser nuestro secreto
      Cerró los ojos y comenzó a tocar. Ella se marchó en silencio después de unos minutos y la dejó allí en su mundo.
      Siguió tocando hasta la hora de cenar. ¿Qué tacaba? Ni ella misma lo sabía, simplemente dejaba que sus dedos pulsasen las teclas contándoles sus experiencias de los últimos días.
        El nuevo vigilante entró para hablar con ella, eran las once, todo estaba en silencio y ella casi dormida.
.-no, por favor, no me ates, déjame libre para poder levantarme al servicio sin molestar a nadie
     .-tranquila que no venía a atarte
.-gracias, que alivio, me había asustado
     .-las enfermeras, tu y yo, esta noche estamos lejos de la familia, ¿te apetece que vallamos con ellas a su salita a celebrar la noche buena?
.-yo no quiero celebrar nada y menos molestar
     .-tú no molestas, ya lo he hablado con ellas y están de acuerdo
.-vale, ¿llevo el teclado?
    .-bien y así podemos cantar villancicos. Verás que bien lo pasamos
      Una noche que jamás ninguno olvidaría. Luego a dormir feliz.  Durante unas horas había disfrutado de una familia. la más cercana que tenía.
    ¿Navidad?, sin pena ni gloria, quien la quería, no podía visitarla y quien podría, no la echaba de menos.   Con los cascos puestos y abstraída de la realidad pasó todo el día. Solo paraba de tocar a la hora de la comida, merienda y cena.
     A la mañana siguiente, se presentó a primera hora el equipo de psicólogos. Los tres sentados frente a ella, la bombardeaban a preguntas. Ninguna, tenía que ver con la anterior, parecía que pretendiesen confundirla.  Así durante dos largas horas.
   Al terminar, la satisfacción se reflejaba en sus caras sonrientes.  Se pusieron de pie extendiendo sus manos para estrechar la suya.
       .- En hora buena, olvídate de todo lo abstracto de tu alrededor que pueda atormentarte, con tu nivel emocional e intelectual, puedes lograr lo que te propongas en esta vida
.- ¿pero estoy bien?
        .-Mejor que nosotros tres
.- ¿entonces el informe?
       .-favorable
           .-digamos sobresaliente. Mañana lo entregaremos en el juzgado
         En cuanto se corrió la voz por la planta, la alegría resplandecía en todos los rostros.
        El día veintiocho, día de los inocentes. A media mañana. Dos agentes, llegaron para trasladarla a su nuevo destino.
      Los poderes facticos, asesorados por el bufete de abogados del que era dueño y señor, el padre de su madre, ya habían redactado la resolución de la sentencia: quince meses de internamiento en un centro de menores. En ese tiempo se resolvería la adjudicación de la custodia a uno de los progenitores.   La jueza. Un estomago agradecido de favores y regalos, tan solo tuvo que firmarla y cursar su ejecución inmediata.

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