Queridos reyes magos;
Este año, creo que
me he portado bien. He intentado no hacer mal a nadie y ayudar en
lo posible a aquellos que lo necesitaban.
Seguro que habrá habido aciertos y errores,
no soy perfecto ni pretendo serlo, solo intento hacer caso a mi conciencia, que
creo no me da malos consejos.
Os podría pedir trabajo, pero tenéis
demasiado poco, para tanta gente que lo necesita.
Os podía pedir amor, pero por suerte estoy
rebosante de él y lleno de orgullo de aquellos que me quieren.
Os podía pedir salud, pero con que siga la
cosa igual, tampoco me puedo quejar.
Os podía pedir un juguete nuevo, pero con el
que tengo me es suficiente.
Os debería pedir que mi juguete funcionase,
pero los imposibles siempre se quedan reducidos en una mera y a veces
frustrante ilusión.
Solo os pido que os acerquéis por mi
casa, deis en beso en su frente y recarguéis sus pilas. Para que su sonrisa no
deje de fluir.
No os pediré que arregléis las deformidades
de su cuerpo y mente, solo que se mantenga estable y que no sienta ningún
dolor.
Ya, puestos a pedir, tal vez, podíais
retocarle a la baja un poquito el “chip” del geniecillo que se gasta.
Tal vez os pido demasiado, pero por algo
debe de ser, que os llaman los reyes magos.
AMEN
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