Cambio de domicilio
En su
habitación, junto al radiador, han puesto para mí, una cuna, que mamá ha
pintado de blanco. Cada noche se levanta y me da el pecho recostada
sobre una almohada; una posición
cómoda, en la que a menudo, nos quedamos de nuevo las dos dormidas, hasta que
se da cuenta y me devuelve a mi sitio.
Me
han puesto un juguete colgado, que da vueltas cuando suena una dulce
musiquita. Tiene colgados con hilos
varios animalitos muy simpáticos, de vivos colores, aunque no puedo llegar a
ellos, deben ser al tacto muy blanditos y suaves, como si fuesen de algodón.
La bañera en grandísima,
mamá se mete con migo y me pone sobre su tripa, dejando que apoye la cabeza en
su pecho, me encanta estar en el agua, con ella, con sus manos suaves
acariciando todo mi cuerpo, siempre untadas en un aceitoso gel que deja en mí,
un perfume fresco e inconfundible.
A
papá, le gusta ponerme tumbada en sus piernas cuando está sentado para hacerme
fechorías, contarme historias y cantarme canciones. No es que cante muy bien, pero lo intenta
y cada día son diferentes; nunca repite lo mismo, (será que las sabe se
las inventa).
A mí me da igual, sus gestos representando a esos animales de los
que habla, me hacen gracia.
Hay muchas veces que los veo
preocupados, pero no sé porqué. De repente cuando no están juntos, a solas
empiezan a llorar sin motivo aparente, me abraza quien está con migo en ese
momento, solo me dice: pequeña te quiero, te quiero mucho. Se seca sus lágrimas
y sigue bromeando con mi cuerpo, como tal cosa, como si nada hubiese pasado.
Mi abuela viene a verme
todos los días, no entiendo por qué ella también llora al mirarme; luego
me sonríe y vuelve a llorar. Cuando pasa
un rato allí se va siempre despotricando, enfadada con el mundo, maldiciendo a alguien que creo saber quién
es.
Un entorno rodeado
de sonrisas y de llanos
de alegrías y tristezas
de encantos y desencantos.
Miradas que nunca entiendo
y que nadie me ha explicado
tantas lagrimas vertidas
que colmarían un lago.
Yo soy su felicidad
y también su desconsuelo
yo soy quien llena sus vidas
y la que les quita el sueño.
Que alguien me explique
porqué
hay tanta contradicción
entre lo que ellos
demuestran
y lo que percibo yo.
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