Tan solo, la punta de los dedos,
deben de
ejercer presión
en la espalda
con dulzura.
Los cuerpos se difuminan
amalgamando sus
torsos,
rodeados entre
sí.
Los corazones se besan
fundiéndose en
un latido
al compás del
frenesí.
Dos
almas que se hacen una
creando bella
fragancia
del ahora y el
aquí.
Tal vez, un solo segundo.
Quizás, solo imaginario.
Despedida en el andén
que nunca
borrará el tiempo.
Se dirán adiós las manos,
perdurará el
sentimiento.
Sutil y elegante
ResponderEliminarClaro como yo... ja, ja, ja,
EliminarGraciñas...