entre sueños de algodón,
luz de la luna menguante
entrando en la habitación.
Regálame una sonrisa
al acariciar tu frente.
Al rozar con mis pestañas
tus mejillas blanquecinas,
quiero sentir el aliento
susurrando melodías.
Por una mirada ausente.
A cambio cierro los ojos
y que no los veas brillar,
recuérdame sonriente,
tu sueño, no he de turbar.
Yo te ofrezco compañía.
Pongo la mano en tu pecho
siento tu respiración.
Con un suspiro entretienes
un balanceo en tic tac,
de los raíles de un tren
que no para de avanzar.
Quien dijo que la lluvia,
no entiende de poesía
Quien imaginó la frase
de que las nubes no huelen.
Por qué sol, ha de ser hombre
y la luna ser mujer.
Porqué la mar y la tierra
no son simplemente playa
donde poderse querer.
Donde abrazarse en la noche
sin miedo al amanecer
Cristales empañados
en los que no escribir nada.
La persiana sin rendijas
para que no entre la luz,
abrazados en penumbra
nos cantamos las canciones
que nunca, nadie oirá.
en el lento caminar.
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