Hoy ya no estaré contigo
mirando las blancas gotas
que discurren en silencio
cual lágrimas hacia el cuerpo.
Te pensaré en una nube
o en un silbido del viento,
y sentiré la caricia
de mis dedos en tu pelo.
No quiero ver velatorios
con llantos de cocodrilo,
ni oír palabras fingidas
alabanzas de cumplido.
Ni sermones en la iglesia,
ni desfile en procesión,
estaré allá, a lo lejos
rezándote mi oración.
No me pidas que me acerque
andando hasta el cementerio.
No quiero escuchar la tierra
golpeando la madera.
Me quedo con los susurros
que de gozo me llenaban
al finalizar la apnea.
Para qué decir adiós.
Para qué sentir tristeza.
Lágrimas blancas al aire,
nos recuerden tu belleza.
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