A partir de aquel momento su vida
empezaba a cambiar. Todas las mañanas, allí estaría a las ocho en punto como un
clavo.
.-buenos días, ya veo que es usted puntual
.-señora, no la
quiero ver coger ni una caja, que pesan
.-yo me llamo Berta ¿y tú?
.-Matías
.-y no me llames señora ni de usted que me
haces más mayor de lo que soy
Después de las nueve, ya una vez que se
abría al público, se iba a los escalones a sacar unas monedas para otros gastos
y sobre todo para intentar no dar mala imagen en la tienda. A las dos volvía a
comprar el pan y a por lo que tuviese a bien darle para llevar a casa. Siempre
había algo y de vez en cuando le daba alguna botella de aceite o le compraba
cosas que ella no tenía: carne, pescado, algún utensilio de cocina. Eso casi
todos los días, así que él se deslomaba si hacía falta para que ella no moviese
ni un dedo y a las nueve en punto, estuviese todo colocado y presentado en el
escaparate.
A los quince días, Lidia estaba aún más
preciosa, se le empezaban a rellenar un poco más los pómulos, las piernecitas,
todo el cuerpo y además había dado un estirón. Cada vez que miraba a su mujer y
veía como su palidez iba desapareciendo, le entraban más ganas de descargar las
cajas que hiciera falta. Por primera vez en mucho tiempo se habían olvidado de
la palabra hambre y la sensación de angustia del estomago antes de irse a
dormir.
.-una pregunta
Berta, ¿a qué hora va usted a comprar todo esto?
.-hay majo, casi todos los días a las siete
estoy en el merca
.- ¿y allí se lo
cargan en la furgoneta?
.-si, si, lo cargo yo
.- ¿cómo? de eso
nada, mañana estoy yo allí a las siete
.-estas bobo ¿y vas a ir andando?
.-claro
.-mira, a las seis y media aquí en la puerta
y así bajamos juntos y vas viendo, por si algún día caigo mala y te toca
echarme una mano. Estoy pensando en
contratarte, pero las cosas no andan bien y solo de seguros
.-bueno por ahora
podemos seguir así, todo se andará cuando mejoren los tiempos y pueda.
Demasiado se gasta en nosotros, bien se yo que muchos días no tendría que tirar
nada, aparte de lo que compra fuera, sin hablar de los caprichos y ese peluche
tan grande para Lidia
Pasados unos cuantos días, Berta se empeñó en
acercarlo a casa al medio día para conocer a Gloria y Lidia. Berta no se podía
imaginar con lo que se iba a encontrar.
.-gire y métase por ese camino de la izquierda
(Unos cientos de metros más adelante)
.-aquí es
.- ¿y tu casa?
.-se la quedó el
banco con todo lo que había dentro
.- ¿y tu familia?
.-mi familia está
dentro
.- ¿padres, hermanos?
.- del resto
prefiero no acordarme, es lo mejor
.- ¿entonces vivís aquí?
.-claro, pase,
siéntase como en su casa. Gloria, Lidia, mirar quien se ha empeñado en
venir a conoceros en persona
Al entrar y mirar a su alrededor a Berta
se le cayó el alma al suelo.
.-pero que pequeñaja más guapa
Gloria le cogió las manos y empezó a
besárselas
.-gracias señora, no sé, como
agradecerle lo que hace
.-Matías trabaja más de lo que debe y
vosotras sois guapísimas
.-no tenemos aquí nada que ofrecerle,
ni siquiera un sitio cómodo donde sentarse, lo único si le gustan los
macarrones y no le importa, se podría quedar a comer con nosotros, aunque lo
vea todo un poco así, la limpieza no escasea
.-macarrones con bacón y tomate, justo
lo compró Matías ayer
Volvió a mirar todo su alrededor, luego
escaneó de arriba abajo a Gloria y por fin detuvo su mirada en aquella muñeca
de pelo ondulado, a la que se le salían los ojos de la cara según la miraba.
.-está bien, acepto su invitación
.-siéntese en esta silla, es la más
segura
.-esto está buenísimo
.-una hace lo que puede, pero gracias
.-decidido, necesito a Matías en la tienda
y a una persona que atienda mi casa
.-no, por pena no
.-que pena me pueden dar unas personas a
las que se les ve tan felices. Además solo tengo una manera de pagar tu trabajo
y el de Gloria
.- ¿mi trabajo?
.-sí, tú (claro si te apetece) vas a
mantener mi casa limpia y además así tendremos la comida hecha y calentita
cuando lleguemos al medio día y para eso que mejor que vivir allí
.-no podemos
permitirlo
.-el piso me queda grande, yo estoy muy
sola y a esta niña le hace falta una cama como dios manda. O sea, que ya está
todo hablado
.-pues mira, yo digo que sí, a mi no se
me caen los anillos por fregar
.-eso sí, yo os doy alojamiento y comida,
pero lo de cobrar no sé como la haremos o lo que podré pagaros y cuando
.- ¿dinero?, ya se verá, primero habrá
que probar si nos entendemos en la convivencia diaria
.- ahora solo puedo comprar ropa para Lidia. Mis
armarios están llenos y con unos arreglillos la ropa de mi marido te quedará
estupendamente y para ti hay un montón de cuando yo era joven, que además ahora
es lo que está otra vez de moda
Con el tiempo (poco) fueron cogiendo
confianza, contándose experiencias vividas, momentos felices y también
terribles de su pasado.
Un día hablando Berta y Gloria, salió el
tema del huevo de chocolate, el cumpleaños de Lidia, el día antes de que Matías
entrase en aquella tienda por primera vez.
Gloria podía haberlo ocultado, pero no le parecía justo, así que le
contó toda la verdad.
Pasaron unos días y aprovechando que el
sábado por la tarde estaba cerrado, Berta mandó a Matías a la tienda para que
recolocase las estanterías, poniendo en la parte de fuera los productos con
fecha más cercana a su caducidad y al tiempo hacer una limpieza a fondo. Le dijo que sin prisas, tenía todo el domingo
por delante si no acababa antes de la hora de la cena.
Lidia dormía con las manitas cruzadas, como
un angelito la siesta en su habitación, mientras Gloria y Berta conversaban
mientras esperaban a que la linda muñeca se despertase, sentadas en el sofá y
haciendo como que veían la tele, a la que no prestaban ninguna atención.
.-oye, que ya son las seis
.-voy a despertar y vestir a esta mona
.-a mi me dejas que la peine, me encanta
tocarle el pelo
(Salieron a dar un paseo)
.- ¿te apetece que le compremos un
regalo a papá en esta tienda?
.-ti, pa papá
Entraron y estuvieron mirando los objetos en
las estanterías para hombre. La verdad, aquellos artículos no tenían nada, pero
nada de asequibles. Eso
sí, eran una preciosidad casi todos.
.- ¿qué te gusta para papá?
.-eto
Una suave bufanda de cachemir marrón clarito,
con un pájaro de colores bordado en un extremo.
.- ¿nos podría envolver esto para regalo?, si puede ser, lo pone en una caja en la que
sobre sitio
.-por su puesto, sin ningún
problema
Rellenó el fondo de la caja con papeles
rebujados de distintos colores, dejándolos esponjosos para que la bufanda
quedase un la parte central de la caja.
.-espera por favor, no cierres la caja aún
.- ¿desean algo más?
.-sí, escúcheme un momento. Yo soy la mujer y esta la hija
.- ¿pero de quien?
.- del hombre que entró y la amenazó
para al final llevarse un pequeño huevo de chocolate. Perdónelo si puede, pero
eso era el regalo de cumpleaños para esta niña
(La dependienta se quedó muda)
.-entiendo que haya llevado el arma a la
policía, o que la haya tirado, pero si aún la tiene, nos gustaría recuperarla
Se fue a la trastienda y sin desenvolverla
del bonito pañuelo ya lleno de polvo, la puso en la caja debajo de la bufanda,
haciendo que se confundiéndose entre los papales. Seguidamente, cerró la tapa y
la rodeo con una cinta ancha y brillante, haciéndole un lazo en la parte
superior.
Se dio la vuelta y cogió algo disimuladamente.
Salió de detrás del mostrador. Se puso
en cuclillas junto a la niña y le ofreció un huevo decorado con florecitas
rosas de los nuevos que habían llegado, especiales para princesitas.
.-cógelo, es para ti
.-como se dice
.-gazas
.- ¿me das un beso?
.-no
.- ¿y por qué no le das un besito? que
te ha hecho un regalo
.-no
.-no pasa nada, otro día será, oye
pero recuerda que me lo debes
.-tí, oto día
.-gracias por no hacer la denuncia
.-imagínese, que llego y le digo a la policía
o a mi propia jefa, que ha entrado un señor, me ha atracado, se ha llevado un
huevo de chocolate y se ha dejado olvidada la pistola sobre el mostrador. Ja,
ja, no darían crédito a mis palabras y seguro me echarían la bronca, por no
pedirle el carnet de identidad antes de marchar
.-tiene razón, pero según es, lo más
seguro es que se lo hubiese dado
.-me gustaría volverlo a ver
.-pobrecito, vaya vergüenza
.-sin prisa, cuando él lo crea
conveniente
.-adiós y muchas gracias
.- ¿como se llama la niña?
.-Lidia
.-adiós Lidia y ya sabes, me debes
un beso
.-tí, oto día
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