Cuando llegó la hora, todos estaban deseando
que llegase para por fin conocerlo en persona.
Esa semana Lidia dormiría con ellos en su
cama, ya que normalmente ocupaba la habitación de Jorge.
Cuando llamó a la puerta salieron a
abrirle todos. Berta les había comentado
que estaba encantado con que viviesen allí y le hiciesen tanta compañía. Le
daba mucha seguridad y alegría el saber que no estaba sola.
Berta y su hijo les tenían una sorpresa
preparada, pero Jorge sin comentarle nada a su madre había dado un giro rotundo
al desenlace final.
Para ese día tan especial para Berta,
Gloria había preparado una tarta rellena de nata y chocolate, luego la había
adornado sutilmente con cachitos de frutas frescas formando el número sesenta y
cinco.
Las propinas que daban a Matías las
clientas a las que por encargo, llevaba la compra a casa, las habían ido
guardando para esa fecha y ya tenían el regalo guardado en su habitación.
Ese día al ser domingo y tener el comercio
cerrado, estuvieron conversando toda la mañana, comieron, le cantaron el
cumpleaños feliz, sopló las velas, comieron la tarta y ya en el café Jorge sacó
un regalo de su bolso colgado en el respaldo de la silla. Era una pulsera muy elegante de oro y
brillantes.
Sus escasas expectativas de sorprender a
Berta con su regalo, se habían minimizado; pero quien da lo que tiene, no está
obligado a más.
.-corre Lidia, vete a la habitación y trae
esa caja que hay debajo de la cama
La niña apareció al rato, escondida tras un
cuadrado grandote, dentro de aquel mamotreto, una pequeña cajita coloreada con
rotuladores y un gran rosetón de raso en la tapa totalmente desproporcionado.
Al abrir aquella cajita se encontró con una
crucecita de madera oscura, con un Cristo en plata y su nombre grabado en la
plaquita horizontal situada en la parte trasera.
.-es lo único que hemos podido comprarte,
no daba para más el presupuesto pero esperamos que te guste
.-me parecen los regalos más bonitos y
fabulosos que he recibido en toda la vida. Yo
también tengo un regalo para vosotros
(Jorge, permanecía callado y sonriente).
.-durante este tiempo, hemos estado
hablando mi hijo y yo. Te está esperando un buen puesto de trabajo en
su empresa como jefe de seguridad, así que ya podéis ir preparando las maletas,
os vais a Francia a empezar una nueva vida
.- ¿y tú, te vienes con nosotros?
.-no, yo no pinto nada allí
.-pues a Lidia y a mí, tampoco se nos da
nada bien la pintura. Que vaya Matías y cuando ahorre que vuelva y montamos
algo aquí, mientras nosotras sacaremos adelante el negocio como podamos.
.-gracias y perdona Jorge, no pretendo
despreciar tu ofrecimiento pero entiéndelo, yo no puedo separarme de esta bruja
que tienes por madre ni de mis princesas
(Jorge se puso serio, con cara de disgustado).
.-perdona hijo, no me esperaba esta
reacción
(Entonces
se le saltó la risa).
.-ahora se nos ha vuelto bobo
.-no madre, tú no te olías nada,
pero el trabajo no está en Francia, está aquí y no es de seguridad
.- ¿aquí?, ¿dónde y de qué?
.-tú, acabas de cumplir los sesenta
y cinco, así que mañana mismo te jubilas. Matías se pondrá como autónomo y le
traspasaremos la tienda gratuitamente; solo tendrá que pagar el alquiler que
fijaremos en un contrato por cinco años.
Seguirán viviendo aquí con tigo; Gloria por su trabajo como empleada de
hogar, cobrará la misma cantidad que sea el alquiler del local, deduciendo el
importe de la seguridad social.
.-pero yo no me quiero jubilar aún
.-y ellos prefieren quedarse con
tigo que venirse a Francia, además seguro que a Matías no le molesta que le
eches alguna mano de vez en cuando; eso sí con mucho cuidado, no se te ocurra
entrar detrás del mostrador, no te pillen y la liemos.
.-te lo agradezco, pero me parece excesivo
.-esta vez, he encontrado a mi
madre radiante, como hacía años que no la veía; yo no estoy casado, pero ella
tiene una nieta y por una nieta se hace todo.
Yo me conformo con ser el tito Jorge y verla un par de veces al año y
traerle algún regalo, para que tenga ganas de que venga
.-pero... es que no sé qué decir
.-no digas nada Gloria, ya le habéis
quitado a mi madre casi diez años de encima; y que quede una cosa muy clara, no
os estoy comprando para que cuidéis a mi madre, esto es un trabajo y cuando no
os interese, podéis decir adiós con toda libertad y en cualquier momento; yo os
seguiré igualmente agradecido por lo que habéis hecho un estos meses
.-pero... algún
día tal vez te casarás, tendrás hijos, vendrás con tu familia a ver a tu
madre. Creo que será mejor que en unos
meses, nos alquilemos un pisito cerca de la tienda y ella se venga a vivir con
nosotros, así el piso estará libre para cuando queráis venir
.-Gloria, no te enteras de nada. Punto
número uno: Si fuese la cosa como tú dices, para unos días hay hoteles de
sobra. Punto numero dos: A ver, soy
gay, no tengo pareja y mis cuarenta, ya no tengo ganas de complicarme la
vida. Para adoptar un niño y que me lo
crie una niñera prefiero no hacerlo, eso en caso que me lo concedieran que lo
veo difícil; viajo mucho y no tengo tiempo para dedicárselo a nadie
.-no sabíamos nada
.-no os sintáis incómodos, es mi
opción de vida, yo la que tomé en su momento y no me arrepiento
.-no sé qué decir
.-cinco años de nada, se pasan en
seguida, luego volvemos a hablar, no quiero ataros a mi madre de por vida, solo
que dejéis que disfrute de la compañía de esta nietecita que ha conocido ya con
dos años y que el día que marchéis, volváis de vez en cuando a verla como si
realmente fuese la abuela de Lidia.
.-pues dicho queda, en fin, tendré que
jubilarme, ahora una copita de moscatel para celebrarlo
.-tú quédate ahí sentada Berta, ya voy
yo a por las copas. Matías, saca lo que
queráis del mueble bar
.-Gloria, trae un poco de zumo para
que brinde también Lidia
.-por su puesto no vamos a dejar a la
niña sin hacer el brindis
El lunes antes de volver a su trabajo,
Jorge, abrió una cuenta a nombre de los tres (Matías, gloria y Lidia) en la que
ingresó diez mil euros, para que cerrasen un mes para que se hiciera una
reforma en la tienda y así modernizarla, adaptándola a los nuevos tiempos para
poder mejorar el negocio.
Una vez terminada la adaptación, Berta se
sentía orgullosa, casi todo lo invertido, se había gastado en materiales, la
mano de obra no especializada la había realizado Matías. Todo era luz, incluso el antiguo mostrador,
cámaras expositoras y vitrinas de cristal, que quedaban de antes parecían
distintas gracias a las tiras de Leeds que sustituían a los viejos
fluorescentes.
Por la mañana y casi toda la tarde, Matías y
Gloria habían estado colocando. Después de haber cenado el día de antes de su
nueva apertura, decidieron salir junto a Lidia y dar una vuelta; hacia una temperatura
agradable.
.-acompáñanos, a ver el escaparate de
noche y nos das tu opinión
.-estoy cansada ir vosotros yo ya lo veo
mañana
.-beta, ven pofa
.-como no voy a ir con esta muñeca
Cuando se estaban aproximando, el luminoso
daba una luz muy diferente a la del día anterior. Esa
misma tarde, lo habían sustituido por uno nuevo.
Un gran cartel de metacrilato cubría por
completo toda la cornisa; el fondo iba
cambiando de color, y la palabra ultramarinos no estaba, ahora se podía leer:
La tienda
de BERTA
En letras hechas con tubos de neón que
parecían tener algo dentro que se desplazaba hacia un lado y otro cambiando la
tonalidad:
.-qué bonito
.- ¿te gusta?
.-sí, mucho
Berta se agachó
junto a la pequeña
.-mira, algún día
en ese cartel pondrá: la tienda de Lidia
.-bueno, no corramos
tanto
.- gracias por este
detalle, pero mañana tienes que madrugar, y yo, desde luego, no me pienso
levantar a ayudarte; estoy jubilada
.-vale esta te la guardo puñetera
.- allá a las
once me acerco a darte un poco la vara y ayudarte a despachar que tu eres un
poco ceporro
.-tú, échale más leña al fuego
.-parecéis
dos críos tontos, desde luego es que no sé como luego os podéis llevar tan bien
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