.-buenas noches (dejándose caer en el sofá)
.- ¿te queda mucho?
.-ya está todo, limpias y ordenadas las estanterías, y fregado para abrir el lunes
.-mira, Lidia te ha traído un regalo
.- ¿un regalo?
.-está encima de la mesa de la cocina
.-men (la niña lo cogió de la mano)
.-alá que caja más grande
.-pa tí papá
.-ábrelo de una vez
.-vaya bufanda más bonita (la sacó y se la puso al cuello, sin fijarse en que había algo más)
Se agachó y rodeó el cuello de la niña con el resto de bufanda en el que estaba el pajarito.
.-nos la pondremos todos los días
.-pero mira, hay algo más
.-a ver
Al ir a coger el pañuelo, debido a su peso, volvió a cerrar la caja rápidamente. Sin decir nada, se subió a una silla y la dejó encima de un mueble, donde no fuera accesible a Lidia hasta dentro de muchos años.
.-vamos a cenar que vengo con un hambre que me como a una niña cruda con ropa y todo
Lidia echó a correr y él tras ella acabando en la alfombra del comedor mordiéndole en la barriga. Los chillidos y las risas, se podían oír en todo el edificio.
Con la recuperación del arma, se había quitado un peso de encima. Se iba a abrir un nuevo centro de convenciones y se necesitaría personal de seguridad; por lo que Matías decidió volver a hablar con su antiguo jefe para ver si le echaba una mano de una vez.
Al cabo de unos días, decidió acercarse al edificio donde sabía que lo localizaría. En la puerta estaba un antiguo compañero.
.-coño Matías ¿cómo te va?
.-bien, tirando
.-es que oí algo como que te habían desahuciado y que andabas pidiendo por ahí
.-ya está todo arreglado (prefirió morderse la lengua para no decir lo que pensaba)
.-me alegro
.- ¿está don Anselmo?
.-sí, pero no sé si está ocupado en este momento
.-inténtalo hombre, mira a ver si me puede atender un momento, tengo algo importante que decirle
Pasados unos pocos minutos, dio orden de que subiese a su despacho.
.-deja las llaves y todo lo que lleves metálico en el mostrador y pasa por el arco, ya sabes
.-seguís con las mismas normas de seguridad, como de costumbre
.-en el primer piso la segunda puerta a la derecha
Subió las escaleras sin demasiada prisa.
.- ¿da usted su permiso?
.-adelante
.-buenos días don Anselmo
.-hombre Matías, ¿que se te ofrece?
.-venía a pedirle que me echase un cable para entrar como vigilante en el nuevo centro de convenciones
.-no sé, está la cosa muy mal
.-pero si usted hiciera una simple llamada, quizás
.-eso está gestionado por una empresa privada
.-perdone mi atrevimiento, ¿pero que tiene usted en contra mía? Siempre fui su favorito
.-yo nada, pero es que sus inclinaciones políticas y sus antecedentes de lucha sindical, no son las más idóneas para pedir favores en este momento
.- ¿y mi profesionalidad y dedicación?
.-eso no cuenta para vigilante de una puerta
.-de acuerdo, dentro de una semana, me comenta si puede hacer algo o no
.-déjame tu número de teléfono y cuando sepa algo te llamo
.-prefiero si no le molesta, que me lo diga cara a cara, si no ha podido hacer nada, le prometo que le dejaré de molestar
.-entonces, el lunes a las diez lo espero
.-hasta el lunes y por favor aunque no consiga nada, por favor inténtelo
En la comida, comentó lo que había hecho por la mañana.
.-Berta, ¿no sé si te quedarás sin ayudante?
.-ojalá, que salga bien
.- ¿y crees que te van a llamar?
.-por intentarlo
.-pues claro que sí, que tú vales mucho
.-si me hubieses hecho caso, te hubieses dejado de sindicatos y andar dando la cara por todos los que luego ni se acuerdan de ti
.- ¿y qué?
.-todos están colocados en un sitio u otro y tu mírate, a cuenta de aquello, hemos perdido todo
.-no hagas ni caso Matías, tú tienes lo que nadie te puede quitar, dignidad y que no me entere yo de que vas a chuparle el culo a ese desagradecido
.- ¿y qué hacemos?, vamos a seguir viviendo de su caridad
.-no, yo os pago como puedo por vuestro trabajo, y quien está haciendo caridad, sois vosotros con migo, que me estáis ayudando por un plato de comida. Aquí la más beneficiada soy yo
.-bueno, a comer, que al final vamos a decir alguna tontería salida de tono de la que luego nos vamos a arrepentir
.-tienes razón pero cada vez que veo que esos por lo que has hecho tanto, dándote la espalda, me enciendo
.-hoy por hoy, comemos y tenemos donde dormir
.-y mañana y pasado también, por eso podéis estar tranquilos
El domingo por la noche, se levantó sin hacer ruido, bajó la caja de encima del armario de la cocina, cogió la pistola, la guardó en el bolsillo de su chaqueta y se volvió a acostar.
.- ¿Dónde has ido?
.-a mear
.- ¿no te puedes dormir?
.- no, estoy pensando en mañana
.-no te preocupes, fijo, el no ya lo tienes y con el sí, perdona que te lo diga pero yo no soñaría
.-lo que más me jode es tener que rebajarme y tener que ponerle buena cara, cuando es él y toda su familia quienes de por vida deberían estarme agradecido
.-no te rebajes, tiene razón Berta, prefiero volver a vivir en aquella nave que verte arrastrado toda la vida
.-entonces me perdonas por haberte hecho pasar por tantas calamidades
.-estoy orgullosa de ti y las volvería a pasar, solo me importa ver feliz a Lidia y siempre lo ha sido, incluso más que si hubieses estado trabajando, todo el día de viaje, te habrías perdido sus primeros años de vida y ella te conocería solo de vista.
.-te quiero, te quiero mucho
.-y yo, duérmete que mañana hay que ir temprano al merca a por fruta
.-dame un beso mi amor
.-no quiero, que te veo las intenciones
.-mala, que eres mala
.-te doy un beso y a dormir
.-pobre papá
.-que pesado
.-vale, vale a dormir
.-sí, eso te lo crees tú, que poco insistes, abrázame que te vas a enterar
(Mejor será mejor dejarlo aquí y correr un tupido velo hasta la mañana siguiente a las nueve con todo descargado y colocado en la tienda).
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