Cuando se acostaron se acabaron las
risas.
.-bueno, llegó la hora de dar
explicaciones
.-no sé, como empezar
.-puedes empezar por lo que has hecho este
medio día
.-he ido a entregar la dichosa cartera a su
dueño
.- ¿que había en ella?
.-nada importante, papeles
.- ¿y quién es el dueño?
.-alguien al que no conoces
.-no seas mentiroso ¿qué me quieres
ocultar?
.-mejor que sepas lo justo, lo hago para
protegeros
.-la única manera de protegernos es que sepamos
toda la verdad
.-si no sabes nada, nadie te amenazará como
tiempo atrás estuvieron haciendo con migo
.-claro y se van a creer que la tonta no
sabe nada, me podrán amenazar igual que a ti y no tendré nada con que
defenderme
.-está bien, si algún día a mí, me llegase a
pasar algo; vas a tener razón. Mejor será empezar por el principio, pero piensa
que hoy no dormimos
.-tengo todo el tiempo del mundo, pero
eso sí, ni una mentira más
.-te lo prometo
Se remontó a los tiempos en que eran
novios y lo destinaron al país vasco como escolta de un concejal de un pequeño
pueblo de la montaña. Ese concejal era
don Anselmo.
La historia avanzaba, mientras, los
minutos fueron pasando, hasta que llegó al día en que él, lo amenazo en su despacho con la pistola,
después de negarle el trabajo.
.- ¿y por qué le has dado la cartera?
.- si no lo hacía, mandaría a alguien a
recogerla y tan solo dijo que le podía pasar algo a Lidia
.-ahora ya no tienes nada con que
pararle los pies
.-me dio su palabra de que nos dejaría en
paz
.-ja, ese nunca tuvo palabra, solo ha
sido un trepa capaz de cualquier argucia
para subir un peldaño en el escalafón político, vendería a su madre por un
puesto en Madrid, aunque fuera de botones
.-pues te contaré un secreto que nadie sabe
.- ¿estás seguro?
.-esto solo lo sabremos tu y yo. En aquellos días en que........
.-cuidado no sigas, solo hemos de saberlo
nosotros.
Ya se acercaba el día del cumpleaños de
Lidia, cada uno, según habían quedado de acuerdo le compraría un regalo, pero
ninguno sabría el de los demás hasta la
hora de la tarta, entonces se desvelaría la incógnita.
Pasados los días y después de intentar
averiguar sin conseguirlo cual era el regalo los otros; por fin llegó el
momento.
Habían quedado con Jorge que ese día lo
llamarían por videoconferencia a la hora del acontecimiento. A lidia ya se le
hacían interminables aquellos minutos.
.-llama a tito y cuando conecte empezamos
a abrir los regalos
.-felicidades Lidia, mi regalo lo
dejaremos para el ultimo, dile a esos que empiecen, yo veo muy claro y nítido todo el comedor
Berta fue la primera en darle su regalo.
.- ¡alá! Que muñeca más bonita y tiene vestidos para
poder cambiarla. Gracias abuela
.-ven hija, a ver si te gusta el mío
Gloria saco unos pendientes de una cajita
y se los puso, luego le acercó un espejo para que pudiese ver cómo le quedaban
.- qué bonitos mamá,
te quiero mucho
.-parece que ya me toca a mí. Por
fin he vuelto a la tienda de regalos ¿te imaginas lo que te he podido comprar?
.-vamos no seas pesado
.-este es capaz de regalarle otro
huevo
.-pues no lista
Sí, que se había pasado por aquella tienda para ver a la dependienta, darle
explicaciones y pedirle perdón por lo ocurrido hacía ya justo un año, pero en
realidad compró su regalo en un comercio de al lado.
.-abre esta caja
.-hay que pequeñito,
que cosita mas cuca
Era una bolita de pelo, bajo la que se
escondía un perrito de pocos días. Solo
lo miraba, no se atrevía a meter las manos en la caja
.-le llamaremos Bol
.- ¿bol?
.-sí, porque es como
una bola
.-a ver Jorge, te toca
.- mi regalo está tras la puesta de
entrada, ábrela y mira en el rellano de la escalera
Lidia se olvidó del perrito y salió
corriendo; al abrir la puerta, justo allí, estaba sentado Jorge esperando; había puesto en la pared una gran foto de la
pared de su habitación para que todos creyesen que estaba en su casa, allí, en
un trípode que se fue al suelo con las carreras de Lidia al ir a abrazarlo
estaba atado el móvil que utilizó como Cam.
.-papá, mamá,
abuela, que está aquí
Jorge entró con ella en brazos; La enana
se le había agarrado como una lapa; no había quien la soltase.
Una vez se soltó, Berta, gloria y Matías
pudieron saludar y dar la bienvenida al
invitado sorpresa.
.-vaya, esto no nos lo esperábamos
.-mira, una muñeca y
un perrito, ah, y mi mamá me ha regalado unos pendientes; mira, mira,
.-pero saca a Bol de la caja
.-no que muerde
.-pero si no tiene dientes
Tras un par de intentos y acariciar con
cuidado su pelo suave, se decidió a cogerlo entre sus manitas.
.-ves, no te hace nada
.- que pequeñito que
es
.-mira te quiere chupar
.- ¿y si muerde?
.-déjate, ya verás cómo no te hace nada
Así observando su rostro iluminado por la
emoción, estuvieron unos minutos; luego, sin previo aviso, dejó el perrito en
la caja.
.-oye tito, ¿y tu
regalo?
.-mi regalo soy yo, he venido a felicitare
.-no, eso no vale;
digo el regalo
.-pues yo, ¿te parece poco regalo?
.-abuela, jo, dile
que me lo dé
.-venga, deja de fastidiar y dale su
regalo
Metió la mano en el bolsillo y sacó algo escondido
en su puño cerrado, al rato, después de que intentase ella abrirle los dedos
para verlo, se lo enseñó.
.-te he traído un regalo muy especial,
este anillo. ¿Lo reconoces mamá? Esto me lo regaló mi querido padre, cuando yo
cumplí justo los tres años, igual que tú ahora; lo llevé puesto hasta que me
quedó pequeño y lo guardé en sitio seguro como recuerdo, hasta hoy que pasa a
ser tuyo; dentro llevaba inscrito mi nombre y ahora también el tuyo. Trae la mano.
Lidia se quedó mirando la expresión de
tristeza de Berta sin pestañear, mientras Jorge, ponía el anillo en su dedo
corazón. Para el anular aún era demasiado grande.
.-a ver, las copas para brindar, yo saco el
moscatel
.-ahora todos a cantar: cumpleaños
feliz….
Y de esa manera el jolgorio volvió a
invadirlos en el comedor.
En la cocina, Gloria recriminaba a Jorge
por haberle regalado ese recuerdo a la niña.
.- ¿como se te ocurre darle un recuerdo de tu
padre?
.- ¿y qué mejor que se lo ponga ella?
.-pues a tu madre,
¿no sé yo si le habrá hecho mucha gracia?
.-está más contenta que unas pascuas con
que se lo haya regalado, pero le he recordado otros tiempos en que eran
distintas las cosas
.-tú también; ya le
podías haber dicho algo, para que estuviese avisada
La tarde entre risas y juegos se pasó en
un plis-plás; antes de la hora de cenar, ya tenía puesto el perro, un vestido
de la muñeca, que andaba semidesnuda en la caja de Bol.
Después, esa noche, había que acostarse
temprano, al día siguiente, irían todos a despedir a Jorge hasta la estación;
el tren salía muy temprano para poder llegar a tiempo de coger el avión. Luego, Matías las volvería a subir a casa y
después directo a por la fruta.
.-venga perdigón, ponte el pijama y a nuestra
cama
.-de eso nada, esta noche, Bol, la
muñeca, Lidia y abuela dormimos juntas en mi habitación
.-¿pero qué leche vais a meter al perro
en la cama? cuidado a ver si lo espachurráis
.-ya tengo yo cuidado
.-tú te quedas como un ceporro en seguida,
como no tenga cuidado la muñeca esa, mañana amanece con el pelo planchado, en
vez de una bola, va a parecer una rata
.-no hagas caso, que no tienen ni
idea
Una vez acostadas, pusieron a Bol y a la
muñeca en la almohada; luego Lidia se arrimó un poquito al oído de Berta para
susurrarle:
.-pero no ronques,
que se asustan
.-yo no ronco
.-no sé, papá dice
que no es que soples, es que rufas
(En voz alta)
.-Matías, ya hablaremos tu y yo
.- ¿qué dices ahora?
.-nada, nada que arrieritos somos.-duérmete y deja de dar voces a estas horas
.-mira que siempre igual, parecéis el perro y el gato
(Gloria bajó la voz)
.- ¿has puesto el despertador?
.- si a las cinco y media
.-a dormir; buenas noches cariño
.-que descanses
Por la mañana después de vestirse, liaron a Lidia en un edredón sin quitarle ni el pijama; pobrecita, iba tan dormidita en los brazos de tito Jorge, al que ahora no le habría importado perder aquel tren por tenerla así mucho más rato. De regreso a casa, subió igual de dormida y sin despertarla; volvieron a meterla en la cama; enrollada tal y como iba.
A las pocas semanas, pudieron entender el porqué de las prisas por recuperar los documentos y la negra cartera. En los medios informativos de la provincia, la noticia ocupaba las primeras páginas. Se anunciaba la imputación judicial, del subdelegado del gobierno en un caso de corrupción de ámbito nacional.
.- ¿qué te parece Berta, ya cayó el pájaro?
.- ¿pájaro? mejor di, que a todo cerdo le llega su San Martín
.-da igual estos dentro de tres días están en la calle
.- ¿de tres días?, espérate a ver si entran
.-pues lo más seguro, ni eso
.-anda y que se pudra, se lo tiene bien merecido
Pasados unos pocos días de aquella noticia, a casa llegó una citación del juzgado. La fiscalía solicitaba su declaración como testigo.
La discusión estaba servida durante el postre ese día a la hora de comer.
.- ¿y qué piensas hacer?
.-pues no lo sé
.-tú, vete y di la verdad de todo lo que sepas
.-se demasiado
.-yo te apoyo, di la verdad y punto
.-si lo que sabes lo hunde, que se joda
.-no os quiero meter en esto
.-ya estamos dentro
.- ¿sin pruebas?
.-tú, solo tienes que contestar a las preguntas con sinceridad, no sea que estos, luego te vayan a acusar de perjurio o alguna historia de esas
.-es que con este tío, no voy a dormir a gusto hasta que se muera
.-pues que tampoco pueda dormir él
Acudió al juzgado y contestó a todas las preguntas sin tapujos; intentando no extenderse demasiado en las respuestas.
No se sabe ni cómo, pero su declaración se filtró a la prensa, antes de que él pudiera llegar a casa.
Aparte del de su familia, tenía el apoyo de todas las clientas. Animaban y alababan su valentía: si hubiese más gente dispuesta, esos estarían todos en la cárcel y si les hiciesen devolver el dinero, no habría hecho falta recortar y hacérselo pasar mal a tantas familias que no tienen ni para comer.
Aquellas palabras le hicieron recordar momentos no muy lejanos y aunque nunca olvidados ya no estaban tan presentes; él había tenido mucha suerte, tenía que seguir adelante por el resto de la gente, los que aún seguían en aquella cruel situación.
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