Por el parque solitario,
una hoja se
desliza.
Merodea solitaria,
empujada por
la brisa.
En nido de golondrina
donde su
dueña ha partido,
ocupa cálido
alero
el gorrión
que busca abrigo.
El sol tapado por nubes
Y las
aceras heladas.
El
griterío está ausente.
Los abuelos y los nietos
se esconden
tras las ventanas.
La soledad, el silencio,
la desnudez
de las ramas,
conforman
brillante imagen
por
escarcha engalanada.
Oído de quien escucha.
Mirada, de aquel que ve
inspirando con
el alma,
siente el
tacto de la niebla
que
acaricia su garganta.
Palabras con vaho al aire
antes de
escribir en folio
lo ya
pensado en voz alta.
Alaridos y gemidos.
Los gritos del aire frío.
El
frío…. Que no se calla.
... y el alarido en un maullido de gato que espanta la calma de la noche...La Luz que se esconde en un silente coche...
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