Y me encanta hacerme el tonto
cuando escucho
tu pregunta
para confirmar
el llanto.
Saber que eres como yo.
Saber que soy como tú.
Saber que nos parecemos
en esas
pequeñas cosas.
Que la sensibilidad aflora
vertiendo lágrimas
blancas,
uniendo nuestros
sentires
que afloran
del corazón.
¿Qué somos unos llorones?
Pues sí. Somos llorones los dos.
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