Sola.
Callada espera viendo pasar los segundos en la aguja del reloj en la pared
colgado.
Sola.
Sentada en el mullido aburrimiento acolchado que llega hasta las corvas
entumeciendo sus nalgas.
Sola.
Rodeada de pulcritud y orden. Mirada que
busca y no encuentra, un para qué de las prisas.
Sola.
Atenazada por un frío inexistente. Cubierta por la manta de colores, abrazo
soñado de las manos que acarician su mejilla.
Sola.
Extraños que hablan sin decir nada. Familia en la tarde adoptada, que cuenta su
vida inventada.
Sola
esperando el caer del día.
Sola deseando que llegue la noche.
Sola en la alcoba.
Sola en la cama.
Sola. Desnuda.
Ciegas pupilas al techo clavadas.
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