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viernes, 8 de noviembre de 2019

Minutos de Vida (14)




    Muy pronto, de mañana, aún de noche, Reme cruza la puerta en dirección a la cocina.     Hasta que llegue Dolores (la otra cocinera).  Irá sacando y colocando lo necesario para preparar los desayunos.  Solo cuatro manos  para dar de comer a tanta gente.
     Arturo hoy se ha levantado un poco antes.   La espera en el pasillo, para no entorpecer luego su monótona tarea.  Es una cosa rápida, tan solo saber si está dispuesta a echar una mano.    Durante el resto de la jornada, ya habrá tiempo de hablar con tranquilidad.

Al momento Rafael, ya está apostado junto a la puerta que da al patio.   El sol empieza a despuntar y  Mercedes descorre el cerrojo antes de subir a despertar a los demás para que se aseen antes del desayuno.   Justo hoy que no hace frío apenas,  ha bajado con la bata, las zapatillas y una mantita, para ponerse sobre las piernas.   Dolores mira por la ventana y se ríe.   Reme calienta la leche en la pota mientras mueve la cabeza.
      .- este hombre va al revés. 
           --- Se rasca la nariz y entonces Dolores se queda perpleja---.
.- ¿Qué le ha pasado a Rafael? Mira Reme ¿Qué lleva en las manos?
      .- yo diría que… vete a ver que yo voy poniendo las tazas
    Dolores sale al patio y se acerca despacio (por la mañana es muy asustadizo) le intenta coger las manos y él tira hacia tras al contacto que le provoca dolor.
       .- pero que te ha pasado. Que has preparado ahora
.- hola, buenos días. Mira, no sé.
    ---  Poniendo sus manos con los dedos hacia arriba ---
      .- ¿te duele?
.- la luz ya no está, pero no se ha escondido
       .- pues claro que no. ¿Me enseñas luego la luz?
.- no, no está, pero luego viene (en voz baja, como si fuera un secreto)
        .- vale, me voy para dentro, pero que no se entere nadie
.- nadie, nadie, Ssssss
         --- cómo no va hacer lo que haga falta por ayudar a ese sol de persona---

    El desayuno está servido, todos van bajando por turnos y sentándose en las sillas.    Nadie se preocupa de Rafael, siempre entra el último y a veces ni entra hasta media mañana, cuando algún alma caritativa se acuerda de él y le obliga a tomar la leche fría antes de devolver la bandeja sin tocar a la cocina.
   Ya es la hora acordada.   Arturo entra al comedor. Los ancianos aprovechan los rayos de sol que entran por los ventanales.
     .- Rafael ¿Dónde anda Rafael?
      --- Alguien vocea desde el fondo ---
           .- estará en el banco
     .- allí es donde teníais que estar todos para que os dé el aire, que al final vais a criar polillas
         --- nadie contesta. El silencio de la indiferencia es la mejor respuesta ---

     Rafael ha oído la puerta. Se tapa con la manta hasta las orejas y cierra los ojos haciéndose el dormido
      .- vamos, no te hagas el remolón que tienes que venir conmigo
      --- ni caso. Con él no va la cosa ---
       .- vamos Bella, que este no quiere venir
.- ella no va
        .- sí, ella se viene conmigo a un sitio guay
.- ¿y yo?
          .- claro, tú también puedes, pero como no quieres venir
.- sí, yo sí
         .- pues venga. Deja aquí la manta y luego venimos a buscarla
        Entran en el gimnasio, lo que a Rafael no parece hacerle mucha gracia. Están solos. Arturo se sube a una estática y le indica que lo acompañe para hacer ejercicio.  Mira a un lado y otro pero no se da por aludido.
        .- vamos, anímate y pedaleamos juntos un rato
.- yo no, que lo haga Bella
       .- será jodío. Ahora sí que me ha pillado
   --- Al momento entra Laura y cierra la puerta con sigilo --
A Rafael esto le suena a encerrona, se aparta a un rincón y se sienta agachando la cabeza.
              .- muy buenos días, ¿que estáis, haciendo ejercicio?
       .- ya ves, no se quiere subir a la bici
             .- pero Rafael, si es guay
.- ¡calla! – sin levantar la cabeza
      Laura va y se sienta a su lado, intentando demostrarle confianza.
                .- ¿sabes quién soy?
                .- y ese, ¿Cómo se llama?
.- ¡calla!
        En ese instante se abre la puerta. Por sorpresa entra Andrea.
      Rafael se levanta raudo y se dirige a ella, cogiéndola de la mano y casi arrastrándola hacia el pasillo.
.- vamos, vamos.
       .- espera Rafael
             .- ¿Cómo tú por aquí, a estas horas?
        .- que he venido a decirle a la directora, que los martes y jueves tengo que estar necesariamente en el turno de mañanas.    Me he apuntado un curso de auxiliar de enfermería  y es por las tardes
              .- y qué, ¿Qué te ha dicho?
      .- me ha sorprendido.     Al decirle que solo había cogido dos materias, ella me ha sugerido que mejor que haga el turno de mañana todos los días y así ya puedo apuntarme a todas las asignaturas
                     .- Pues qué bien, yo se que tú puedes
          .- por cierto ¿Qué ha dicho Dolores?
                           .- sin problema, pero ya hablaremos más adelante
.- vamos, vamos
        .- mira a ver si contigo quiere hablar
                       .- a ver ¿Qué te pasa?
.- ella no
                       .- no, no, ¿quieres que juguemos tú y yo?
.- y Bella
                        .- claro y Bella.
.- vale
                     .- mira, esta se llama Laura y ese ¿Cómo se llama?
.- ese, malo no
                     .- no,  no es malo, ya lo sé, pero ¿Como se llama?
.- no ve al perro
                     .- anda y porqué
.- es un secreto
                      .- pero a mí me lo puedes contar ¿a que no te importa que me lo cuente?
         .- lo puedes contar, pero solo a ella
  ---  Rafael acercó su boca al oído de Andrea---
.- se cayó de pequeño
                          .- ¿y se hizo mucho daño?
.-Ssssssss
   -- poniendo el índice sobre sus labios y mirando a Laura --
                .- pero como me llamo
.- no, malo no
                         .- hacemos una cosa, pregúntale a bella
    Rafael, cambió su mirada, su rostro se puso tierno y sonrojado, cerró los ojos y dijo:
.- Arturo
       Ellos comenzaron a aplaudir, había acertado... Rafael se tapó la cara por vergüenza con una sonrisa pícara.
            .- no te de vergüenza
.- no, ella no.   Con gesto enfadado
                               .- por favor, no tienes que ser así con Laura, ella es buena
             .- tranquila, es normal
                              .- no, de normal nada. A ver ¿cómo se llama esta chica tan guapa?
.- guapa no
        --- no pudieron por menos que romper a reír ---
                               .- bueno pues ¿Cómo se llama esta chica tan fea?
   Rafael encogió los hombros a modo de no saber.
                              .- venga, se lo digo a Bella y tú luego lo repites. Se llama Laura. La-u-ra.  Laura.    Repítelo
.- fea
                                .- fea no, Laura
.- fea Laura
                                .- solo Laura, a ver
.- fea ya no
                               .- Entonces como se llama
--- Volvió a encoger los hombros y quedó callado ---
           .- nada no te esfuerces, que me quedo con fea
.- sí, fea Laura
               --- Arturo se partía a carcajadas ---
             .- pues ahora a montar a la bicicleta
                    .- ya, ya, eso te lo crees tú. Dice que a la bici que se suba Bella
            .- este solo hace lo que le interesa
                               .- vamos Rafael. Bella, que nos vamos al banco
.- sí, vamos
            .- para eso mira que dispuesto está
--- pasillo adelante daba pasos rápidos hacia la puerta del patio, no lo volviesen a enganchar otra vez ---

   
         Arturo y Laura, quedaron riéndose de las ocurrencias de Rafael.
    Poco a poco se irían ganando su confianza y formando parte de su mundo imaginario.




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