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miércoles, 25 de diciembre de 2024

El resurgir - Cap.- 26

 

"Ver con los ojos cerrados" 26

 

       Una mañana, a finales de ese septiembre.  De pronto un estruendo se oyó en el piso de arriba.     Por suerte el techo de la cocina no cedió, pero una gran polvorera, salía por los cristales rotos de los balcones.

              Salieron rápidamente y asustados a la calle. En cuestión de minutos se oían las sirenas de los bomberos dirigiéndose al lugar. Parte del tejado se había derrumbado.   Poco dura la alegría en la casa de los pobres;  aquella entrada de esos vándalos que revolvieron toda la cocina un par de semanas antes, tenía otra intención distinta al robo, una acción premeditada y pagada para poder cumplir los deseos de algún ruin adinerado.

 Los agentes de seguridad que acudieron al siniestro, se percataron de que los diferentes puntales que debían sujetar ciertos lugares de la techumbre por precaución, habían sido quitados uno por uno e intencionadamente con algún fin,  porque  estaba claro que solos no se podían soltar en su totalidad.

     Todos estaban tumbados en el suelo, incluso los que supuestamente debían de estar sujetando la zona que se había mantenido  correctamente en su sitio.

       Se tiró todo el escombro al patio trasero, con una gran lona se cubrió el hueco para proteger de posibles lluvias y se volvió a apuntalar el tejado para evitar posibles incidencias.

   Familiares y voluntarios se afanaban para dejar todo limpio, para poder seguir prestando el servicio de comidas en los próximos días.  La parte de calle estaba cerrada con unas vallas al tráfico rodado y un tipo de andamio, cubría la acera como precaución de posibles desprendimientos de cascotes.

     Como acuden buitres o hienas a la carroña, en cuestión de días allí estaban los peritos del ayuntamiento para hacer un informe, que como era previsible, daría como resultado que el edificio estaba en ruinas.

     El desalojo era inmediato y la demolición inminente.

   Era algo que todos sabían que iba a suceder, daba igual como estuviera la estructura, ese informe ya llevaba varios meses firmado.

 

        Aquellas personas estaban acostumbradas a luchar contra viento y marea, ninguno se iba a quedar con los brazos cruzados. Tenían que buscar otro local y trasladar allí todo el equipamiento de la cocina.

   ¿Las instituciones? ¡JA! Todas les dieron largas; bueno que lo estudiarían.

    Incluso las asociaciones que representaban a las personas más vulnerables estaban demasiado ocupadas como para preocuparse de ellos.

     Tenían que buscar una solución, padres e hijos, ya habían pasado varios días pensando y pensando, como resolver aquel entuerto sin ninguna idea que les hiciera ver la luz evidenciando alguna solución.

    Se reunieron en aquel bar tranquilo;  pasaron toda la tarde “la mayoría del tiempo callados, sin tener nada que aportar” la única opción, era encontrar un local en alquiler y empezar de cero.  De donde sacar para pagar el alquiler, era lo único que les daba miedo, el resto ya se arreglaría con trabajo y constancia.

    --Había que seguir buscando y dando vueltas a las neuronas.

     Los estamentos oficiales, solo ofrecían buenas palabras, alegando problemas de infraestructuras disponibles y las consejerías vinculadas, decían tener las manos atadas en cuestión de presupuestos adicionales, a las partidas ya dadas o aprobadas para los próximos ejercicios.

 

      Paco, cada día salía a dar una vuelta por la ciudad y como consuelo de males iba anotando la dirección de locales cerrados.   Esa tarde se paró frente a uno grande, aún con la pared de ladrillo de obra;  hacía tantos años que estaba así, que las letras de “Se alquila” ya eran apenas legibles, a causa del desgaste del tiempo y en la fachada algunos vándalos habían hecho un par de boquetes por donde entrar y salir a saberse con qué intención.

      El número de teléfono de contacto imposible de descifrar;   era un local grande y bien situado, sin ser un local céntrico; en una calle de poco tráfico y pocos negocios, donde la intimidad de los que iban a comer, estaría protegida.

  Se asomó al interior por uno de los huecos.  Por un momento cerró los ojos y pudo imaginarse lo bien que quedaría allí el comedor.   Al no saber qué hacer, se le ocurrió hacerle una foto y mandarla por el grupo de “Was” al resto.

      Nada más verla Verónica, le dio un vuelco el corazón.  Algunas veces había salido la conversación con Manuel de ese local, que estaba muerto de risas y que se había convertido en un vertedero.

       Nada más llegar Manuel a casa de dar un paseo, Verónica le dijo que mirase los mensajes.

Verónica.- ¿este no es el local de don Andrés?

Manuel.- sí, menudo local más bueno y los gastos y dolores de cabeza que le está dando

Verónica.- qué le pasa ahora ¿más problemas?

Manuel.- pues que o lo adecenta de alguna manera o los vecinos lo denuncian, hay un hueco en la fachada y tiran todo tipo de basura dentro y claro eso se está convirtiendo en un nido de ratas.

Verónica.- ¿Y por qué no hablas con él?

Manuel.- bueno sí, pide una millonada por el alquiler, así pasa, que no lo va a alquilar en la vida

Verónica.- llama a Roberto y díselo, no sé, hay algo que me dice…

Manuel.- pues hazme caso a mí, que lo conozco mejor que ese algo que te dice

Verónica.- pues ahora lo llamo yo; hay que intentarlo, se merecen que demos un paso adelante.   El no, ya lo tenemos

        Verónica llamó a Roberto para que pasase urgentemente por su casa.

   Allí, Verónica fue haciéndoles soñar con una locura imposible de realizar, pero había que intentarlo.  Cerraron los ojos para ver un arcoíris entre las nubes y el suelo, y por él pasearon durante unos interminables segundos.

      -- Esa tarde, ya casi de noche Manuel y Roberto fueron a hablar con don Andrés a su casa—

Manuel.- espérame aquí que subo yo a ver si está y le digo que baje

Roberto.- vale, pero no tardes

  --Manuel, no dudó ni un momento a la hora de llamar con decisión al timbre--

Manuel.- perdone que le moleste en su casa y a estas horas, pero tengo que hablarle de algo importante y urgente

Andrés.- pues tú dirás

Manuel.- no, es que hay un señor esperándonos abajo

Andrés.- anda, si es tan importante, baja y dile que suba

     En un momento los dos estaban arriba.  Andrés los esperaba en el rellano.

Roberto.- coño Andrés, no sabía que vivías aquí

Andrés.- y tú, de que conoces a Manuel

Roberto.- es buena gente. Lleva meses ayudando en el comedor siempre que puede;  bueno él, su mujer, su hijo, toda la familia

Andrés.- ahora entiendo algunas cosas, es muy trabajador

Roberto.- pero no me digas que trabajas en la asesoría de Andrés

Manuel.- sí, es mi jefe

Andrés.- pero pasar y sentaros. Ya verás que alegría se lleva Natalia

Roberto.- pues no es porque estés tú delante, pero no tiene nada más que buenas palabras hacia su jefe, pero nunca me dio por preguntarle donde trabajaba, ya sabes cómo soy

Andrés.- ya lo sé, y no cambies

Roberto.- pues venimos a darte la lata

Andrés.-  Natalia, sal, mira quien ha venido a vernos

Natalia.- mi Robertito, que poco te dejas ver

Andrés.- bueno, a ver qué os trae por aquí tan urgente

Roberto.- queríamos pediros un favor muy grande, demasiado grande

Natalia.- ya está dicho ¡sí! Y ahora ¿os apetece un café?

Roberto.- que es muy grande

Natalia.- que he dicho yo que sí, y punto en boca

Andrés.- déjalos hablar

Roberto.- cuéntaselo tú Manuel

Manuel.- pues verá usted, yo se que tiene un local vacío que es grande y que por más que se empeña no es capaz de alquilarlo a nadie

Andrés.- sí, el mamotreto ese, que me va a tocar dividir en tres para poderlo arrendar y ahora encima problemas con los vecinos

Manuel.- pues si se lo pudiera ceder por unos meses a unas personas que dan comidas a gente necesitada. Con los que está Roberto.  Solo un tiempo, hasta que les cediera otro, alguna institución

Natalia.- pero que pasa

--Roberto les explicó todo lo sucedido paso por paso.

Andrés.- ¿cómo? Mañana mismo lo tenéis por el tiempo que queráis, pero esto hay que organizarlo bien.   Mañana me das un listado completo de empresas que sean clientes nuestros y yo me encargo de que cada una, ponga lo que esté en su mano para tenerlo montado y funcionando lo antes posible

Manuel.- y perdone, pero de que se conocen ustedes ¿son familia?

Natalia.- más que eso, Julia es nuestra sobrina y mi ahijada, y gracias a esta cuadrilla de descerebrados (porque están todos rematadamente lokos) y el proyecto disparatado del comedor social, fue perdiendo todos esos miedos que la amedrentaban por su ceguera, y llenó de luz su casa, y la nuestra.    Estos chavales están dando un ejemplo de compromiso y trabajo a toda una sociedad y muchos como ellos han podido darse cuenta de que luchando, se consiguen las cosas que nadie te regala.   Más valía que aprendiesen de ellos estos “politicuchos” de medio pelo que tenemos en esta ciudad.  Pero no te preocupes, que como esperes recibir el mínimo apoyo de su parte, ya puedes esperar sentado.

Roberto.- pues ahora Julia ha hecho un grupo de música muy chulo y la Hija de Manuel, es la cantante.

Natalia.- pues a ver si dan un concierto y las vemos.  Ya me dijo mi hermana que sonaban muy bien y que Lucía es la que les hace las letras.

Andrés.- pues lo dicho, mañana empezamos a mover hilos

Roberto.- muchas gracias

Natalia.- las gracias a ti, por todo lo que has logrado con estas chicas y chicos; que falta hacía, que alguien empezase a mover el culo por ellos.

          

  --salieron de allí con sus dudas un poco más aliviadas, pero aún quedaba mucha tela que cortar.

     El primer paso estaba dado.   Casa por casa fueron dejando la buena nueva, para que esa noche al menos, durmieran un poco más tranquilos.  Una puerta nueva se abría a la esperanza, ahora ya estaban convencidos que nada iba a poder con ellos, buscarían la ayuda donde hiciera falta.

 

 


 

1 comentario:

  1. A veces, uno se encuentra con buena gente en el mundo. Ojalá todo les salga bien. Un abrazo maese.

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