"Ver con los ojos cerrados" 27
Manuel pasó la noche sin dormir por los
nervios, un largo rato sentado en la cocina, celebrando la buena noticia junto
a Verónica y sus hijos. Luego dando
vueltas a los posibles pasos correctos a seguir, así hasta casi amanecer.
A la
mañana siguiente; llegó a la oficina antes de la cuenta y se puso a recabar
datos de empresas relacionadas con materiales de construcción, y cualquiera que
pudiese colaborar.
A media mañana entró al despacho con la
lista preparada y sus teléfonos de contacto.
Manuel.- aquí tiene el listado que me pidió
Andrés.- pasa y siéntate.
Manuel.- usted perdone, pero ¿me podría hacer un café? No
he dormido en toda la noche y salí al final de casa sin desayunar
Andrés.- ¿y cómo fue el juntarte con esta panda de lokos?
Manuel.- pues se lo voy a contar: Aquel día de no vine a
trabajar y al día siguiente me fui pronto con la escusa de ir al médico, era
porque estuve allí
Andrés.- o sea que era mentira
Manuel.- pues sí, y lo habría seguido haciendo, si no
hubiese sido Roberto, que me prohibió ir por allí excepto los fines de semana
Andrés.- pero no termino de entender
Manuel.- allí, nada más poner los pies en esa cocina,
encontré lo que me hizo darme cuenta de lo hermosa que puede ser la vida
Andrés.- entonces, por eso cambiaste tan radicalmente con
todo
Manuel.- por eso y porque alguien me dijo, que se puede
ver con los ojos cerrados
Andrés.- esa, es una frase de mi sobrina que nunca he
entendido, ella por desgracia la entiende demasiado bien
---Manuel
se terminó la taza de café y se volvió de nuevo al mostrador.
Pasaron algunos días llenos de llamadas de
teléfono y de hacer hipotéticas cuentas del costo inicial de la obra.
Un día, Roberto se presentó en la oficina
a media mañana.
Manuel.- ¿qué haces por aquí?
Roberto.- me ha dicho Andrés que tiene que hablar con los
dos
Manuel.- pues vamos a ver que quiere
Roberto.- ya estamos aquí
Andrés.- pasar y sentaros que ahora mismo estoy
concretando una cosa
Mientras hablaba por teléfono (con él
sujeto entre el hombro y la oreja) iba haciendo unos cafés, para tomar con
tranquilidad.
Andrés.- Ya está. Ahora
mismo, cuando habéis entrado, estaba terminando de hablar con un aparejador y
un arquitecto; se han comprometido los dos en ir a medir el local y tenerme un
proyecto pasado por el colegio y sellado en breve. Pero
habrá que hablar con alguien del ayuntamiento que agilice su aprobación para el
permiso de obras
Manuel.- en el ayuntamiento trabaja el padre de Antonio
Andrés.- ¿Antonio? ¿Es ese niño con autismo que es un larguirucho?
Roberto.- sí, ese, el que se atranca cuando se pone
nervioso
Andrés.- pues apúntame el teléfono y dile yo me pondré en
contacto con él cuando estén los planos
Manuel.- cuando vaya al mostrador le paso el contacto y lo
llamo que tengo allí el teléfono
Andrés.- ya os diré día y hora, para ir con ellos y ver la
distribución que queréis
Roberto.- el día que quieran me llamas y sin problemas
Andrés.- ahora después voy a llamar a una empresa de
material industrial que me debe algunos favores, a ver si en estos días puede
ir a desmontar toda la cocina y llevarla al local para que quede allí guardada
Manuel.- sí, porque cualquier día meten las excavadoras y
esas no respetan nada
Andrés.- está claro que tienen demasiada prisa y muchos
mirando hacia otro lado. Por cierto,
me tenéis que dar un número de cuenta donde ingresar cualquier aportación como
donativo, que yo me encargo de que no sean pocos
Roberto.- eso ya lo hablé con el resto de padres y
decidimos radicalmente que no. Nada de dinero en efectivo que pueda crear una
sospecha de fraude o enriquecimiento ilícito de alguno
Andrés.- pues esta sí que es gorda; y entonces de donde vamos a sacar para los
materiales
Manuel.- ya lo tenemos pensado
Roberto.- se hace un listado de todo lo que se necesite y
cada donación que sea directa en algo que se refleje en la lista. Usted quiere donar 1000€ pues compra dos
pales de ladrillos y que los lleven a la puerta del local
Andrés.- eso va a complicar la cosa
Manuel.- sí, pero va a dejar nuestras manos limpias
Andrés.- en eso tenéis razón, ya lo organizaremos lo mejor
posible.
Roberto.- también pensamos en poner empresas recomendadas y
que estas a cada pedido, hicieran un descuento adicional que se aportaría
también en materiales
Andrés.- eso
estaría bien y así todos salimos ganando
Manuel.- poco a poco con ideas de unos y otros, lo
dejaremos todo bien atado para evitar problemas y que aquel que colabore sepa
dando ha ido a parar hasta el último céntimo aportado.
Las llamadas empezaban a dar sus
resultados; a los pocos días, a primera hora
de la tarde, todos, padres e hijos, esperaban a la puerta impacientes a que
llegase Roberto. Dos camiones aparcaban allí al lado, y don
Andrés llegaba en el coche acompañado por el jefe de una empresa de mobiliario metálico.
Andrés.- ¿pero que hace aquí tanta gente?
Lucía.- Hola tío
Andrés.- mirar, estas son mis sobrinas más guapas
Manuel.- aquí ayudamos todos
Andrés.- pero si está hasta Verónica
Verónica.- todos, es todos
Paco.- por ahí llega Roberto
Roberto.- abro y manos a la obra
Andrés.- han venido todos los empleados del almacén a ocuparse
de la cocina, ellos saben cómo desmontar, cargar y colocar allí mejor que
nosotros; ya está todo organizado con órdenes concretas, así que lo único que
vamos a hacer aquí, es estorbar.
Tomás.- pues yo quiero verla por última vez
Samuel.- para qué,
para hincharos a llorar.
Tomás.- ya, pero…
Andrés.- nada, voy a llamar a Natalia y que nos invite a
merendar a todos esta tarde
Roberto.- buena idea, hay que celebrar que se van dando
pasos, aunque sea poco a poco.
Natalia escogió un sitio agradable y
espacioso, que no quedaba muy lejos de allí.
Toda la tropa, comenzó a desfilar en silencio, sus gargantas bastante
trabajo tenían con tragar saliva, mientras su cara fingidamente dibujaba un
gesto risueño cuando su mirada se cruzaba con la de algún compañero.
Cuando llegaron al bar, los camareros ya estaban
preparando una gran mesa para que estuviesen cómodos, y en la cocina ya
empezaban a elaborar todo lo que Natalia les había encargado.
Entraron y se fueron colocando. Cuando llegó Natalia se quedó parada en la
puerta con rostro serio y porte altanero.
Natalia.- espero que no se os haya ocurrido empezar a
merendar sin mí
Lucía se levantó enseguida a abrazarla y
luego fueron hasta donde estaba sentada Julia.
Natalia.- mirar que ahijada más guapa tengo
Julia.- que bien hueles tía, como se nota donde hay
dinero
Natalia.- sigues igual de boba, como siempre
Las bandejas empezaron a salir; cada
cual iba cogiendo de aquello que más le apetecía, todo estaba excelente; a cada bandeja nueva que llegaba a la mesa,
miraban la cara que ponía Arturo, que al fin y al cabo era el entendido en la
materia.
--Llegó
la hora de los postres y Natalia se puso de pie.
Natalia.- ¿alguno sabe porqué he escogido este sitio?
Los padres de Julia y Lucía se empezaron
a reír
Andrés.- pues claro que me acuerdo
Natalia.- en ese piano del rincón, fue la primera vez que
oí tocar a mi sobrina y hoy voy a escuchar cantar a la hija de Manuel y
Verónica
Lourdes.- vaya vergüenza
Antonio ya llevaba del brazo a Julia, y
Lucía levantaba la tapa y colocaba el asiento
Samuel.- vamos pánfila, levanta el culo
Natalia.- yo tengo una cosa clara, si no canta, la cuenta
de la merienda la paga ella
Tomás.- pues te vas a inflar a fregar platos
Gervasio.- yo que tú cantaba
Carolina.- mira que eres tonta, con lo bien que lo haces
Verónica.- vamos, date brío, que tu dinero sale de mi bolso
y te veo sin paga todo el año
Lourdes
por fin, se puso al lado del piano esperando la decisión de Julia, que pensaba
en que canción escoger. Quería que fuera una compuesta por su hermana y que
tuviera un mensaje de amistad indisoluble.
Andrés.- lo grande que está ya ¿Cuánto hacía que no la
veíamos?
Natalia.- desde la comunión, y que guapa es
Manuel.- ha salido a su madre
Verónica.- calla cencerro que van a empezar
Manuel.- ya me tocó
Andrés.- y te extraña
Natalia.- que os calléis
Al terminar todos aplaudían, menos
Natalia, que tenía las manos ocupadas buscando un pañuelo en el bolso.
Se sentaron para comer el postre y
después del café y unos chupitos, todas se fueron animando a canturrear alguna
coplilla.
Natalia, cantaba y bebía, bebía y cantaba, mientas Andrés asentía con la cabeza pensando:
Vaya noche me vas a dar
Bien gastado estaba el dinero de esa
merienda.
Excelente siempre el Maestro dando a conocer la filosofía del conocimiento, hermandad, lealtad y honradez.
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