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viernes, 27 de diciembre de 2024

El resurgir - Cap.- 27

 

"Ver con los ojos cerrados" 27

 

 

    Manuel pasó la noche sin dormir por los nervios, un largo rato sentado en la cocina, celebrando la buena noticia junto a Verónica y sus hijos.  Luego dando vueltas a los posibles pasos correctos a seguir, así hasta casi amanecer.

  A la mañana siguiente; llegó a la oficina antes de la cuenta y se puso a recabar datos de empresas relacionadas con materiales de construcción, y cualquiera que pudiese colaborar.

        A media mañana entró al despacho con la lista preparada y sus teléfonos de contacto.

Manuel.- aquí tiene el listado que me pidió

Andrés.- pasa y siéntate.

Manuel.- usted perdone, pero ¿me podría hacer un café? No he dormido en toda la noche y salí al final de casa sin desayunar

Andrés.- ¿y cómo fue el juntarte con esta panda de lokos?

Manuel.- pues se lo voy a contar: Aquel día de no vine a trabajar y al día siguiente me fui pronto con la escusa de ir al médico, era porque estuve allí

Andrés.- o sea que era mentira

Manuel.- pues sí, y lo habría seguido haciendo, si no hubiese sido Roberto, que me prohibió ir por allí excepto los fines de semana

Andrés.- pero no termino de entender

Manuel.- allí, nada más poner los pies en esa cocina, encontré lo que me hizo darme cuenta de lo hermosa que puede ser la vida

Andrés.- entonces, por eso cambiaste tan radicalmente con todo

Manuel.- por eso y porque alguien me dijo, que se puede ver con los ojos cerrados

Andrés.- esa, es una frase de mi sobrina que nunca he entendido, ella por desgracia la entiende demasiado bien

   ---Manuel se terminó la taza de café y se volvió de nuevo al mostrador.

  Pasaron algunos días llenos de llamadas de teléfono y de hacer hipotéticas cuentas del costo inicial de la obra.

      Un día, Roberto se presentó en la oficina a media mañana.

Manuel.- ¿qué haces por aquí?

Roberto.- me ha dicho Andrés que tiene que hablar con los dos

Manuel.- pues vamos a ver que quiere

Roberto.- ya estamos aquí

Andrés.- pasar y sentaros que ahora mismo estoy concretando una cosa

     Mientras hablaba por teléfono (con él sujeto entre el hombro y la oreja) iba haciendo unos cafés, para tomar con tranquilidad.

Andrés.- Ya está.  Ahora mismo, cuando habéis entrado, estaba terminando de hablar con un aparejador y un arquitecto; se han comprometido los dos en ir a medir el local y tenerme un proyecto pasado por el colegio y sellado en breve.   Pero habrá que hablar con alguien del ayuntamiento que agilice su aprobación para el permiso de obras

Manuel.- en el ayuntamiento trabaja el padre de Antonio

Andrés.- ¿Antonio? ¿Es ese niño con autismo que es un larguirucho?

Roberto.- sí, ese, el que se atranca cuando se pone nervioso

Andrés.- pues apúntame el teléfono y dile yo me pondré en contacto con él cuando estén los planos

Manuel.- cuando vaya al mostrador le paso el contacto y lo llamo que tengo allí el teléfono

Andrés.- ya os diré día y hora, para ir con ellos y ver la distribución que queréis

Roberto.- el día que quieran me llamas y sin problemas

Andrés.- ahora después voy a llamar a una empresa de material industrial que me debe algunos favores, a ver si en estos días puede ir a desmontar toda la cocina y llevarla al local para que quede allí guardada

Manuel.- sí, porque cualquier día meten las excavadoras y esas no respetan nada

Andrés.- está claro que tienen demasiada prisa y muchos mirando hacia otro lado.     Por cierto, me tenéis que dar un número de cuenta donde ingresar cualquier aportación como donativo, que yo me encargo de que no sean pocos

Roberto.- eso ya lo hablé con el resto de padres y decidimos radicalmente que no.     Nada de dinero en efectivo que pueda crear una sospecha de fraude o enriquecimiento ilícito de alguno

Andrés.- pues esta sí que es gorda;  y entonces de donde vamos a sacar para los materiales

Manuel.- ya lo tenemos pensado

Roberto.- se hace un listado de todo lo que se necesite y cada donación que sea directa en algo que se refleje en la lista.   Usted quiere donar 1000€ pues compra dos pales de ladrillos y que los lleven a la puerta del local

Andrés.- eso va a complicar la cosa

Manuel.- sí, pero va a dejar nuestras manos limpias

Andrés.- en eso tenéis razón, ya lo organizaremos lo mejor posible.

Roberto.- también pensamos en poner empresas recomendadas y que estas a cada pedido, hicieran un descuento adicional que se aportaría también en materiales

Andrés.-  eso estaría bien y así todos salimos ganando

Manuel.- poco a poco con ideas de unos y otros, lo dejaremos todo bien atado para evitar problemas y que aquel que colabore sepa dando ha ido a parar hasta el último céntimo aportado.

        Las llamadas empezaban a dar sus resultados;  a los pocos días, a primera hora de la tarde, todos, padres e hijos, esperaban a la puerta impacientes a que llegase Roberto.    Dos camiones aparcaban allí al lado, y don Andrés llegaba en el coche acompañado por el jefe de una empresa de mobiliario metálico.

Andrés.- ¿pero que hace aquí tanta gente?

Lucía.- Hola tío

Andrés.- mirar, estas son mis sobrinas más guapas

Manuel.- aquí ayudamos todos

Andrés.- pero si está hasta Verónica

Verónica.- todos, es todos

Paco.- por ahí llega Roberto

Roberto.- abro y manos a la obra

Andrés.- han venido todos los empleados del almacén a ocuparse de la cocina, ellos saben cómo desmontar, cargar y colocar allí mejor que nosotros; ya está todo organizado con órdenes concretas, así que lo único que vamos a hacer aquí, es estorbar.

Tomás.- pues yo quiero verla por última vez

Samuel.- para qué,  para hincharos a llorar.

Tomás.- ya, pero…

Andrés.- nada, voy a llamar a Natalia y que nos invite a merendar a todos esta tarde

Roberto.- buena idea, hay que celebrar que se van dando pasos, aunque sea poco a poco.

       Natalia escogió un sitio agradable y espacioso, que no quedaba muy lejos de allí.  Toda la tropa, comenzó a desfilar en silencio, sus gargantas bastante trabajo tenían con tragar saliva, mientras su cara fingidamente dibujaba un gesto risueño cuando su mirada se cruzaba con la de algún compañero.

   Cuando llegaron al bar, los camareros ya estaban preparando una gran mesa para que estuviesen cómodos, y en la cocina ya empezaban a elaborar todo lo que Natalia les había encargado.

      Entraron y se fueron colocando.  Cuando llegó Natalia se quedó parada en la puerta con rostro serio y porte altanero.

Natalia.- espero que no se os haya ocurrido empezar a merendar sin mí

       Lucía se levantó enseguida a abrazarla y luego fueron hasta donde estaba sentada Julia.

Natalia.- mirar que ahijada más guapa tengo

Julia.- que bien hueles tía, como se nota donde hay dinero

Natalia.- sigues igual de boba, como siempre

        Las bandejas empezaron a salir; cada cual iba cogiendo de aquello que más le apetecía, todo estaba excelente;  a cada bandeja nueva que llegaba a la mesa, miraban la cara que ponía Arturo, que al fin y al cabo era el entendido en la materia.

   --Llegó la hora de los postres y Natalia se puso de pie.

Natalia.- ¿alguno sabe porqué he escogido este sitio?

       Los padres de Julia y Lucía se empezaron a reír

Andrés.- pues claro que me acuerdo

Natalia.- en ese piano del rincón, fue la primera vez que oí tocar a mi sobrina y hoy voy a escuchar cantar a la hija de Manuel y Verónica

Lourdes.- vaya vergüenza

       Antonio ya llevaba del brazo a Julia, y Lucía levantaba la tapa y colocaba el asiento

Samuel.- vamos pánfila, levanta el culo

Natalia.- yo tengo una cosa clara, si no canta, la cuenta de la merienda la paga ella

Tomás.- pues te vas a inflar a fregar platos

Gervasio.- yo que tú cantaba

Carolina.- mira que eres tonta, con lo bien que lo haces

Verónica.- vamos, date brío, que tu dinero sale de mi bolso y te veo sin paga todo el año

           Lourdes por fin, se puso al lado del piano esperando la decisión de Julia, que pensaba en que canción escoger. Quería que fuera una compuesta por su hermana y que tuviera un mensaje de amistad indisoluble.

Andrés.- lo grande que está ya ¿Cuánto hacía que no la veíamos?

Natalia.- desde la comunión, y que guapa es

Manuel.- ha salido a su madre

Verónica.- calla cencerro que van a empezar

Manuel.- ya me tocó

Andrés.- y te extraña

Natalia.- que os calléis

        Al terminar todos aplaudían, menos Natalia, que tenía las manos ocupadas buscando un pañuelo en el bolso.   

      Se sentaron para comer el postre y después del café y unos chupitos, todas se fueron animando a canturrear alguna coplilla.

      Natalia, cantaba y bebía, bebía y cantaba, mientas Andrés asentía con la cabeza pensando:

           Vaya noche me vas a dar

 

               Bien gastado estaba el dinero de esa merienda.

 

 


 

1 comentario:

  1. Excelente siempre el Maestro dando a conocer la filosofía del conocimiento, hermandad, lealtad y honradez.

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