Como pretender pensar en voz alta, sin distraer el sueño de
quien duerme a mi lado. Como dibujar letras y notas en la oscuridad
para recordarlas al despertar. Como no
dejar escapar por la rendija de la ventana la hipotética belleza de unas rimas
surgidas de inquietudes del momento.
El lápiz mudo, se apoya en un cuaderno de papel pautado
esperando a plasmar la suave melodía silenciosa, el discurrir de los primeros compases de esa
metáfora suspirada que habla de amor.
Boceto como tantos otros,
irremediablemente quedará suspendido en la brisa, para deleite de pies
descalzos, manos de cera y labios que lanzan mariposas a las mejillas
sonrosadas y dormidas.
Blanco el papel
quedará dormido junto al lápiz de ojos cerrados, y otra noche mágica se
perderá junto a las blancas alas que
vinieron desde allí, la estrella que más brilla, la estrella donde están
aquellos a los que canto.
C.a.r.l. (España)
Seguir escribiendo en gris o en claro sobre la mixtura blanca de una superficie...Saludos al Maestro.
ResponderEliminarBoceto que sólo resonó en un instante de verdadera comunión y se disolvió como un azucarillo en una leve tacita de té. Ahora ya no es tuyo, ni mío, ni de nadie, ahora vuela solo, repitiéndose en un bucle, que no tiene fin, hasta el rincón más lejano de un universo que no entiende la belleza de la simple y humana palabra.
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