La nueva aplicación
de Smartphone/sensity, estaba a punto para ponerse a prueba entre unos pocos
escogidos.
Su pantalla, no era más que una
superficie de color gris y una textura rugosa.
Solo con cogerlo en la palma
de la mano, reconocía a su dueño, que solo por medio de dígitos encriptados de
voz, accedía a la comunicación con otro usuario sin identidad física. -Tan solo una clave de referencia.
La comunicación sensitiva, la única expresión. Ni sonidos, ni imágenes que pudiesen
distorsionar la percepción de las sensaciones.
A cada uno de los nuevos usuarios se le
proporcionaría la clave de otros elegidos al azar. En cada comunicación, cada uno de ellos debía
ir rellenando una especie de test, que la empresa iría analizando para realizar
las mejoras sobre las deficiencias que se apreciasen. Pasado un tiempo de entre todos se
elegiría a ocho del total para un reality virtual, con una gran cuantía
económica, como retribución por su participación.
Las
normas eran claras. Cualquier otro medio de comunicación entre ellos o intento
de averiguar su identidad, sería penalizada con la expulsión automática del
proyecto de experimentación.
Marieta; estaba impaciente. (En el receptor de objetos, una nueva
notificación).
Ella se acercó apresuradamente. Era
el nuevo dispositivo. Al extraerlo del
habitáculo, el sonido de la habitación se conectó automáticamente.
.- Sujete en su mano con la pantalla hacia arriba su nuevo sensity,
mientras archiva sus datos térmicos y flujo sanguíneo (una vibración se puso en
marcha)
.- datos archivados…….. Diga la
secuencia de números pares del dos al veinte, para el reconocimiento de voz.
.- dos, cuatro, seis, ocho,
diez, doce, catorce, dieciséis, dieciocho, veinte.
.- efectuado satisfactoriamente. Su primer contacto será R3U1, utilice esta
clave para comunicar con él. Por favor, antes de realizar el primer
contacto, lea atentamente las instrucciones de su correcto uso y
utilidades. (El dispositivo dejó de
vibrar).
Cómodamente se recostó en
el Ω7 (un sillón ergonómico multiusos). Un vidrio con retro-iluminación
descendió hasta situarse a cuarenta centímetros de su cara.
Las funciones del Smartphone/sensity, fueron sucediéndose y
desplazándose según las ordenes emitidas por las pupilas de Marieta.
Todo estaba perfectamente
explicado de forma concisa. Una lista de usuarios con los que contactar y los
márgenes de horario mínimos diarios de utilización.
Cada día habría que contactar con la clave
asignada como obligatoria, durante al menos doce grados. El
resto del tiempo sería de libre designación, aunque al principio todos
escogerían el azar o mediante la elección de la contraseña que le resultase más
atractiva por su pronunciación.
.- nuevo mensaje sensorial
de R3U1. (Sonó en el audio de la estancia)
Al coger en su mano el dispositivo, noto un
calor diferente. La textura grisácea, empezó a suavizar su rugosidad en algunos
sitios. Ella acercó los dedos de su mano
y pudo sentir como otros dedos acariciaban los suyos. Eran muy suaves, largos, con un deslizar de
seda, por lo que pensó que R3U1, debía de ser otra mujer.
Luego
apoyó su palma. Al otro lado, una sola llena (tal vez del dedo
índice), examinaba sus líneas, antes de hacerle una señal con dos golpecitos,
que Marieta interpretó al instante.
Ahora sería el otro usuario quien pondría su palma para ser minuciosamente
explorada.
Los doce grados obligatorios, se habían
pasado volando, pero nada les impedía seguir visualizando por medio del tacto
el reverso de sus manos.
Tras 22º de “conversación” se
sentía agotada. Algo que parecía no tener importancia, requería de un estado
mental de concentración extraordinario.
Un sentido (el del tacto) al que casi nadie
le daba importancia en unos tiempos en que lo audiovisual superaba a la
realidad y la tridimensionalidad ya se había quedado anticuada. La
cuarta dimensión y el concepto etéreo formaban parte del entorno.
Ya el tiempo y el espacio, no tenían relación
con la distancia y las distintas creencias de tiempos pasados, se unificaban en
un solo ser que todos poseían en su interior.
Por primera vez en su vida,
había experimentado una sensación que hizo quedase grabada en su mente, cada pliegue
de la mano de aquel usuario y cada línea curva de su palma. Era
como una llamada a una quinta dimensión desconocida.
Cada día cumplía con el requerimiento
establecido. Los contactos con el resto de usuarios, se le hacían eternos, tan
solo esperaba recibir el aviso de disponibilidad de R3U1. Y como cada tarde,
recorría los surcos de su mano, sintiendo con ello una paz placentera, como
nunca antes había soñado.
En una de aquellas comunicaciones, Marieta,
apoyó su frente a la textura.
R3U1, le respondió con un signo
de interrogación en ella. Entonces pegó su mejilla.
La contestación fue una
admiración y al posar sus labios, también los labios de R3U1 se acercaron,
separándose los dos rápidamente, ante una sensación indescriptible.
Paso
a paso, fueron descubriendo cada recoveco de su rostro. Día a día, se iban formando una imagen
perfecta, no solo de sus rasgos, sus gesticulaciones,
la suavidad de una sonrisa o la tristeza
de una lágrima.
No existía la belleza ni la fealdad como
definición, solo algo emocionante llamado elasticidad, algo olvidado en el
infinito. Tal vez era aquello, a lo
que en los antiguos libros de papel denominaban deseo.
Llegó el día Marieta y R3U1
eran unas de las personas seleccionadas.
Esperarían el aviso y se
transportarían al punto: 83-BKF. M-32.
Allí a cada usuario, le esperaba una desnuda
habitación. Con las cuatro paredes
recubiertas de textura sensorial parecida a la del Sensity. En el techo unos tintineantes puntos de
luz que imitaban la visión del cosmos y
el suelo, forrado por una superficie ondulada en formas circulares,
con relieve de menor a mayor con respecto a su punto central.
La suerte, (algo que ellos ni
consideraban) quiso que por afinidad, R3U1 y Marieta, fueran elegidos como
espectáculo autónomo. A diferencia del resto, la comunicación entre ellos sería
exclusiva.
Ella lanzó su voz hacia el
techo….
.- ¿Cuándo conoceré a mis compañeros?
El silencio fue lo único que
halló como respuesta.
Fue moviendo sus manos sobre las paredes, pero al otro lado no parecía
haber nadie.
De pronto algo tocó sus pies. Las pisadas coincidieron en el mismo punto.
Se abalanzó contra la pared, allí estaban sus manos, era R3U1. Las reconocería
tan solo que pudiera rozar un poro de su piel.
Esas grandes superficies
acolchadas les dieron la opción de empezar a conocer sus brazos, piernas,
espalda.
El tiempo diario de
comunicación era de 80º, repartidos en segmentos de 20º.
El resto de la rotación,
Marieta permanecía en estado de latencia, rodeada por la ausencia total, de
aquel lugar de confinamiento.
Según la resolución
anatómica percibida, R3U1, parecía un
ser de sexo masculino, poco musculado, pero la suavidad de su piel y la
forma de deslizar sus manos, tenían la delicadeza del género femenino.
Por fin se decidió a apoyar su pecho y
abdomen. En esa comunidad de tendencias asexuales, el contacto físico hacia los genitales, se
consideraba un uso de aberración prehistórica.
La curiosidad de conocer, era más profunda que
su pudor. Se dejaría inspeccionar con el fin de que a
ella se le concediera la misma oportunidad.
Cuando R3U1, puso sus manos
sobre sus pechos, pareció dar un salto hacia atrás.
Ella, no se movió
ni una pulgada. Esperó, algo le decía que había sido un acto involuntario de
sorpresa. Sintió como lentamente la yema
de un dedo tocaba su abdomen, luego
cuatro dedos, tras estos la palma que se iba deslizando hacia la parte
superior hasta terminar recorriendo todo el torso.
R3U1, separó sus manos y pegó si cuerpo al panel. Ella, con sumo cuidado, de forma delicada,
acaricio su pecho sin prominencias, recorriendo sus costados desde la axilas,
llegó al abdomen y entonces en un gesto inesperado los músculos oblicuos externos
se epilepsaron.
El seguimiento de aquella
extraña relación, estaba marcando máximos históricos.
La marca promotora de aquel reality, batiría todos los record de atención
en su última jornada.
Estando Marieta echada
en el suelo, podo sentir como algo se movía a su lado.
Se sorprendió al notar su mano
era cogida con ternura. Abrió los
ojos. Las luces del techo estaban
apagadas, la oscuridad era extrema. Podría haber sentido “miedo”, pero esa mano
era bien conocida. Tras un instante,
un brazo la rodeó por la cintura y sus cuerpos se fundieron. Sus labios se llegaron a rozar en una
vicésima interminable y cuando despertó, aún conservaba el calor en su pecho.
El momento
final había llegado, los paneles desaparecieron. Una gran sala octogonal de gran luminosidad,
albergaba a siete participantes.
Marieta, hizo un recorrido con
su mirada. R3U1, no estaba allí.
Conocía demasiado bien sus facciones como para estar confundida.
El resto, hablaban entre ellos,
comentaban sus experiencias con gesto de agrado.
Desolada, se fue a un rincón y se
sentó. Una puerta se abrió y todos por
ella salieron. Ni cuenta de su existencia.
Marieta permaneció allí sentada.
El sonido de una sirena
opaca tras una locución invadió la sala:
.- lugar en
proceso de limpieza y desinfección…
Un androide robotizado entro
en la habitación. Se acercó a Marieta.
.- abandonen la sala.
Atmósfera no apta para la especie humana.
Muy amablemente le
tendió su mano para ayudarla a incorporarse.
En ese momento ocurrió el milagro.
Era él, su gran amigo, la cosa más preciosa que le había ocurrido en la
vida. Un abrazo inmenso hizo que las
paredes desapareciesen, el techo se elevase al infinito y una multitud en pie,
rompiese en un estruendoso aplauso.
Imagen de la red
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