Siente aproxima la noche,
oye sigilosos pasos, lentos,
escalera que peldaños
sube inexorablemente.
Enmudece el horizonte
y del cielo las pestañas
ciernen sobre las montañas
como persiana indolente.
Dichosos, esos que aún,
sueñan sus amaneceres
esos, que tienen la luz
aún alojada en su mente,
los que saben ser queridos
cuando el abrazo está ausente.
Manos viejas, pelo cano,
con la mirada marchita,
intenta hallar las palabras
de un verso que no está escrito,
quiere llamar a su madre,
pedirle, venga a su lado
y nadie escucha su grito.
Tiene su bello pasado
en un papel desgastado,
recuerdos que se fragmentan
por los dobleces truncados,
tiempo que se marchitó
en un bolsillo guardado.
Rostros de grata sonrisa,
beso dulce en la mejilla,
lapsos mudos cada día
manos de bellas caricias,
y luego otra vez la noche,
la noche, que no termina.
Imagen de la red
La ternura hecha poema ! Hermosisimo poeta..Enhorabuena!
ResponderEliminartoda la dulzura que se merecen.
EliminarToca las fibras y lleva a reflexiones, de esas que hacen llorar. Felicidades, poeta.
ResponderEliminarMi objetivo, solo capta lo que ve.
EliminarLuego... escribe lo que siente.