Con hábito blanco y negro
marcharon las golondrinas,
los nidos
quedaron bajo el alero
a merced de
las inclemencias del tiempo.
Mutilados por la humedad,
el frío y el
viento,
la calidez del
hogar se escapa
por las
fisuras abiertas,
desprendiéndose
a trozos
su deshabitada
forma redondeada.
En la luz de una farola
la silueta de
la lluvia,
gotas vivaces
que crean su melodía
percutiendo
contra el cinc de los canalones
y los
transparentes vidrios de los ventanales,
noche oscura
de otoño,
preámbulo del
inminente invierno.
Chimeneas que humean sus perfumes,
olor a pino y
encina que acompaña el paseo
sobre una
alfombra de hojas,
en el silencio
solitario de las sórdidas calles,
soledad acompañada
por los
recuerdos de la niñez,
piedras desgastadas
por errados pasos
tras unos
zapatos de tacón.
La densa niebla, oculta lo efímero,
tan solo lo relevante
salta a la vista,
las tristezas
quedan engullidas por sombras
y bajo la
luna, en una marmita,
se recogen los
efluvios subyacentes
de unos
tiempos que nunca vuelven.
Me encanta este Nocturne.
ResponderEliminaroír este piano interpretando a Chopín, ayuda.. incluso para ponerle título.
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