.-Pues ya ve usted caballero,
con usted, yo vine a hablar.
.- Y ¿Qué desea el señor?
¿en qué lo puedo ayudar?
.- Hace tiempo no consigo
ver una estrella que adoro,
no puedo sentir su brillo
ni puedo admirar su rostro.
.- Puede ser que esté dormido
y no pueda abrir los ojos,
o puede que esté de espaldas
y ofuscado por su enojo.
.-Enojado, sí que estoy
pero la culpa no es mía,
por eso vengo hasta aquí
para arreglar la porfía,
.- Algo llegó a mis oídos
de que quitase el telón,
pero estás tierras son mias
y en mis tierras mando yo.
.-Si me priva de su vista
por un simple y ruin antojo,
me pondré del otro lado
pero sin cegar sus ojos,
un árbol no oculta el bosque
y el universo es de todos.
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