En la extensa llanura que anida en
papel pautado, desapareciste sin dejar rastro. Tus huellas, las nieves y el
viento las ha borrado. Tras las lluvias de la primavera, la hierba ha
cubierto tus pasos y el destino que seguiste, se convierte en una incógnita
inalcanzable a mi vista y mis sentimientos.
¿Qué habrá sido de los
recuerdos de aquellos, tantos años? Tal
vez algún día des la vuelta a tu rostro, y marchando al pasado en el pentagrama escrito,
añores el tiempo vivido.
Tus recuerdos sé que no serán igual
que los míos, pues cada uno, a nuestro modo, vivimos la experiencia de
diferente manera, con sonidos de un color indefinido, con distintas conclusiones de lo ocurrido. Las decisiones tomadas confrontaban en
deseos ególatras y al final, ese nuestro camino, se bifurcó en dos, para cruzarse
nunca jamás.
La grandeza de la estepa, se reduce
en un anhelo que bajo mi pelo cano, hoy te recuerda.
Nada se puede revertir cuando los destinos humanos toman rutas diferentes. A veces parte el corazón y en otras es el camino de la esperanza y felicidad. Vaya uno a saber qué nos tocará, pero hay que seguir sin mirar atrás. Un beso querido amigo. America Santiago.
ResponderEliminarEl nunca jamás... ¿quien sabe donde?,,, ¿quien sabe cuando?.
Eliminarlinda noche, compañera.